Mi Supermodelo Personal (TERMINADA)

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Respiré una gran bocanada de aire antes de contestarle.

- ¿Al cine? ¿contigo? –repetí como si fuese ecolalica y Aiden se echó a reír.

-Sí, mañana creo que es más apropiado, ¿Qué dices?

-Eh...

Pero antes de que pudiera salir del todo del ensimismamiento, el teléfono fue arrebatado de mis manos por Clark.

-Hola, Aiden, ¿Cómo te va? –lo saludó fríamente.

Quise quitarle el aparato, pero Clark se levantó y resoplé indignada. ¿Por qué no podía yo tener un día de paz y tranquilidad?

Y para rematar mi mal humor, en ese preciso instante Demian y Eros volvían de la habitación y ambos fruncieron el entrecejo al verme molesta y a Clark charlando con benévola confianza en mi teléfono.

- ¿Qué sucede? –preguntó Eros con los ojos estrechados, los cuales tomaron forma de dos rendijas pequeñas color verde.

-Me quitó el teléfono solo porque el hijo del doctor Robert llamó—hice pucheros, sin darme cuenta lo que eso significaba también para Demian.

-Bueno, ¿y para qué demonios te llamó? –ladró este cuando terminé de hablar. Lo ignoré rotundamente y luego lo vi corretear detrás de Clark— ¡Déjame hablar con ese rubio!

Elevé los ojos al techo, sulfurada, al no soportar ver a esos dos tontos tratar de pelearse por obtener mi teléfono; y estaba cien por ciento segura que Aiden Carrolw ya había colgado desde hacía un rato.

Me dejé caer frente al televisor, reanudando lo que tenía en mente mientras Eros vociferaba molesto al par de chicos con la intención de detenerlos.

No sé realmente cuanto tiempo realmente estuvieron así, por lo que me dediqué a mirar la película.

- ¡Eres un mago, Harry! –repetí el dialogo de Hagrid y el trío de hombres voltearon a verme con cautela— ¿Qué?

Entonces, sin perder más el tiempo, Eros aprovechó a quitarle el móvil a Clark estando distraído y me lo lanzó al regazo. Demian tuvo la idea de correr a cogerlo, pero lo metí rápidamente en mi blusa y titubeó.

-Eso es jugar sucio—dijo sonriendo con una sonrisa maliciosa y se sentó a un costado de mí, con un brazo sobre mis hombros—bien, ¿es la primera película de Harry Potter?

-Sí—respondí sin despegar la vista de la pantalla.

Clark se deslizó a grandes zancadas a mi otro costado y desplazó su masculina mano hacia la mía, entrelazando nuestros dedos. Fingí no darme cuenta de la pelea de miradas entre ambos chicos y continué mirando la película.

-Voy a preparar más café—anunció Eros con suspicacia, pero ninguno de los tres le hicimos caso.

Esa tarde solo alcanzamos a ver tres de las películas y eso porque Clark recibió una llamada de su madre muy preocupada, preguntándole si de casualidad había visto a Jodi de camino al departamento de Eros, ya que ella había salido poco después de él a hurtadillas y no contestaba el teléfono.

-Tengo que irme—me comunicó al oído, tratando de no alzar mucho la voz para que nadie, aparte de mí, lo escuchara—necesito encontrarla, aunque esta noche no duerma.

Cuando atendió la llamada y colgó, de inmediato me llamó a la cocina para hablar en privado. A pesar de que a Demian no le pareció correcto, lo dejó pasar porque sabía que era un asunto delicado a juzgar por el semblante de Clark.