El llanto y el grito

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-Dime una cosa Joel, ¿me vas a hacer a mí lo mismo que le has echo a él?- Dijo Alexander tapando mi boca con su mano.

     Le pegué un empujón para que dejase de ejercer fuerza en mis labios, pero no le moví ni un centímetro, fue él solo quien quitó su mano.

- ¿Que coño haces aquí Alexander?-Dije susurrando lo más fuerte que podía para dar a entender mi enfado sin alzar la voz.

- Pasaba por aquí y oí la música muy alta. Por cierto, ¿tú no estabas muerto?- Dijo sin mostrar verdadera intriga.

- No sé cómo has conseguido entrar aquí, pero vete ya- Dije frunciendo el ceño.

- Hay tantas cosas que no sabes querido Joel- Dijo pasando sus dedos por mis labios.

     Le pegué un manotazo y le dediqué una mirada furiosa, él sonrió.

- Digo yo que ya estamos en paz, ¿no?- Dijo Alexander.

- ¿Qué?

- Si, ya vamos empate, tu con el señorito Craig y yo con la chica del confesionario.- Dijo sonriendo malévolo.

     Lo miré unos segundos y me di la vuelta caminando hacia la habitación de Ryan. La mano de Alexander agarró mi camiseta antes de poder llegar. Me giré malhumorado.

- ¿Qué quieres?

     Él se quedó en silencio.

- ¿Quieres quedarte a mirar o prefieres hacer un trío?- Dije en un intento de herir sus sentimientos.

- No gracias, no quiero quedarme a mirar pero lo del trío...no sé, tengo curiosidad.-Dijo sonríente.

- Estás enfermo, tienes un probema muy grave en la cabeza- Dije enfadado.- Y ahora lárgate antes de que Ryan se despierte.

     Me di la vuelta para volver al dormitorio. Esta vez nadie me impidió llegar; cerré la puerta detrás de mí y volví a la cama junto a Ryan, que seguía durmiendo como si nada. Oí la puerta abrirse y me levanté de la cama alarmado. Alexander entró tranquilamente en la habitación con las manos metidas en los bolsillos su pantalón vaquero y me miró directamente a los ojos.

- Creo que he cambiado de idea sobre lo de mirar- Dijo susurrando.

- ¿Mirar el qué?.- Dijo Ryan, que se había incorporado en la cama.

     Alexander y Ryan mantuvieron un duelo de miradas eterno.

- Sal de mi casa ahora mismo DiMaggio- Dijo el moreno en un tono desafiante.

- Señorito Craig, disfrute de su juguetito porque puede ser que le quede poco tiempo por pasar con usted.- Dijo Alexander.

     El ojiazul se dirigió con pasos ligeros hacia mí y posó sus labios en los míos dándome un ligero beso. Con el mismo paso de antes salió de la habitación.

     El beso de Alexander me dejó sorprendido. Ya no recordaba la dulce piel de sus labios, ya no recordaba su cuerpo rozando el mío, pero en ese instante lo recordé todo. Su boca me dejó con ganas de más. Me quedé estático mirando la puerta y sin quererlo me llevé los dedos a mis labios y los acarié recordando el momento.

- Me parece que te ha gustado demadiado- Dijo Ryan enfadado.

- Perdón- Dije atropelladamente.- esto ha sido muy raro y estoy un poco confuso.

- ¿Confuso?

- Si, ¿cómo ha entrado Alexander aquí?, o mejor aún, ¿cómo sabía que estaba yo aquí?, o no, espera, espera, ¿por qué cojones te ha hablado así de formal?

Sobredosis(gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora