Prologó

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Se dice que en el mundo existen muchas criaturas mágicas vampiros, hombres lobo, hadas, sirenas, duendes, elfos, bueno un sinfín de ellos. Pero la verdad yo no he visto ninguno me encantaría conocer uno algún día, aveces tengo sueños donde soy una bella sirena con una cola hermosa de color café claro casi parece dorada y con un corona en mi cabeza, claro que eso es solo un sueño. No sé si esas criaturas existan ya que en mi corta vida las pocas veces que ido al mar nunca he podido ver una, tal vez esa es mi criatura favorita y mi verdadero sueño...

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— ¡MI REY! ¡La reina! –dijo un guardia. Después de que el guardia alterado llegara se fue nadando lo más rápido que pudo hacia la habitación donde estaba la reina dando a luz.

— ¡Ah!—gritaba la reina de dolor.

—Tranquila todo saldrá bien solo tienes que pujar para que él bebé salga—dijo la mujer mayor que la estaba atendiendo.

—Duele mucho—seguía gritando mientras el rey entro en la habitación. Solo estaban ellos tres.

Después de un rato de dolor para la reina y de ansiedad frenética por parte del rey empezó a coronar la bebé desde que la vio salir sabía que sería una niña muy bonita, dotada de dones hermosos pero cuando acababa de ayudarla a llegar a este mundo se llevo una sorpresa realmente grande tenia piernas humanas por lo que grito del asombro y eso atrajo la mirada de la reina y el rey. Me miraron con horror.

— ¡Ese monstro no puede ser mi hija!— grito la reina totalmente enfadada.

— ¿Qué es esto?—dijo el rey. Aquella mujer miraba a esa bebita, después de un largo o más bien eterno silencio la reina empezó a gritar de dolor y logró darse cuenta que otra cabezita empezaba a asomarse por lo que quedo shock la reina iba a tener gemelas. Rápido cubrió a la primera niña y la puso en el cunero, mientras se disponia a ayudar a la reina con su otro bebé, en este caso fue todo lo contrario estaba viendo que tenía una cola de sirena; eran dos bebés muy diferentes.

— ¿Por qué duele tanto?

—Su majestad es otro bebé—dijo rápidamente.

— ¿Qué, eso es imposible? ¿Por qué?—se notaba la sorpresa en su vos. Arreglo a las dos bebés y las puso juntas en el cunero tan bonitas que se veían; una con cabello pelirrojo y la otra castaño claro. Era de lo más extraño que una fuera humana y la otra sirena pero ella sabía que esas niñas eran especiales en especial la humana.

—Desaste de ese monstruo—dijo la reina—. No quiero ver eso cerca de mi hija.

—Su alteza, es su hija—dijo mientras la cargaba.

—No hables Sara, esa cosa no puede ser nuestra hija, aléjala de nosotros—guardo silencio—. Has lo que quieras con ella.

Solo hizo lo que le pidieron y juro quedarse callada con respecto a eso, nadie debía enterarse de que la reina había tenido una niña humana. Salió  del palacio con esa pequeña mientras todos celebraban el nacimiento de la nueva princesa. Después de estar nadando por horas y horas se detuvo a descansar, tenía estrictamente ordenado deshacerse de ella lo más lejos que pudiera del palacio así nadie la vería, pero la verdad es que no sabía que hacer no quería matarla ni hacerle algún daño, era hermosa y especial tenía unos ojitos encantadores que la miraban.

Decidió que pasara lo que pasara la mantendría a salvo, nado por días enteros con la bebé en brazos solo paraba para descansar y darle de comer no sabría lo que le pasaría una vez que la dejara en aquel mundo, pero eso podría ser mejor que en el océano donde la rechazaron.

Después de días llegó a su destino era de noche lo cual le facilitaba las cosas le colocó un collar de una perla y una concha de preciosos colores donde decía su nombre y dejo que el océano la guiara a la orilla.

—Adiós mi pequeña sirenita—dijo con una sonrisa triste—. Esperare tu regreso.

PERLAS DE MAR👑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora