Capítulo 11: Coral

344 42 4
                                    


Iba tan feliz por haber comprado ese vestido, si mamá lo viera se enamoraria por lo que lo voy a conservar muy bien para mostrarle cuándo regrese a casa.

Sentí un pequeño tirón en mi aleta y voltee a ver a una pequeña sirenita; sus cabellos eran negros y su ojos de un profundo azul, sus ropas es tan viejas y desgastadas y su cola se veía un poco maltratada.

--¿Estas bien?-- me agache y la estuve en brazos era un pequeña muy hermosa-- ¿estás perdida?

--Nanami no deberíamos distraernos-- la niña volteo a verme con admiración.

--¿Tu nombre es nanami?-- me pregunto asombrada.

--Así es preciosa, ¿y tu como te llamas?-- apreté uno de sus cachetes en forma cariñosa.

--Coral-- depósito una de sus manitas en mi cara-- eres igual a la princesa, ¿tu también eres una princesa?-- voltee a ver a Lucas y este hizo una seña de que mi hechizo se estaba desvaneciendo.

--Tenemos que irnos antes de que alguien te vea-- dijo sin más.

--Pero no podemos dejarla sola, esta perdida--le rogué y el bufo de enojó. Me puse la capucha otra vez y sostuve a la niña en mis brazos, después de un rato encontramos a su madre y esta estaba muy preocupada, pude ver como el parecido de las dos era similar aunque me desconcertó en la condiciones que estaban, eran personas muy pobres.

--Muchas gracias por encontrar a mi hija-- dijo a aliviada y sostuvo a la niña-- salí a conseguir algo para comer y de repente no estaba más a mi lado-- se ve que la paso mal.

--No quiero ser indiscreta pero, ¿están solas y su pareja?-- aquí voy yo y mi bocota.

--No tengo señorita, él murió en la guerra hace unos años cuando mi hija era un bebé-- me apenaba haber abierto otra vez la herida de su corazón-- trabajo en lo que pudo para darle una mejor vida.

--Tenemos que irnos ya-- dijo Lucas desesperado. Sabía que el no quería que me descubrieran ya que mi hechizo se desvaneció mientras encontrábamos a la mamá de Coral.

--Son una linda pareja-- me sonrió-- deben cuidarse mucho, tienen suerte.

--Somos una pareja rara señora, ¿me podría guardar un secreto?-- ella aceptó entonces yo me diriji a su pequeña niña.

--Es verdad hermosa, puede que yo sea  princesa y yo hoy te tengo un regalo-- con la magia que tenía en mi interior fui sacando los perlines más costosos que llevaba, cada perla danzaba a mi alrededor.

--¿Que haces?-- grito Lucas, afortunadamente estábamos sólos y nadie podía ver, hice que las perlas danzaran al rededor de la pequeña sirenita y ella chillo muy feliz mientras bailaba con ellas, su madre estaba más pálida que que cosa.

--Mira mami estoy bailando con perlas bonitas-- me quite la capucha y aquella sirena ahogo un grito al verme, para finalizar deje todas las perlas en las manos de aquella niña-- gracias princesa Nanami-- después de esas palabras mi corazón explotó de felicidad al ver a la pequeña que se acercaba a su madre feliz por el regalo que le había dado.

Hice una reverencia y me aleje del lugar tomado la mano de Lucas.

Una vez en la posada creí que me iba a gritar hasta que se cansara pero lo único que hizo fue verme con expresión rara.

--Te las devolver, juntare más para ti pero por favor no me mires así-- me rendí-- grita si te hace feliz.

--No voy a gritarte-- me miró atento-- es sólo que me sorprendes, tu don es sanar a la personas pero por lo que veo tienes uno con las perlas, creo que ya no me sorprende que hayas encontrado todas las que llevas en el bolso-- se relajó-- ahora lo que me intriga es saber quién eres, por que no eres cualquier chica y se lo dijiste a la niña, puede que seas una princesa: hija de los Reyes y hermana de Atena-- soltó sin más.

Era una posibilidad ya que nos parecíamos pero eso no significaba nada, necesitaba encontrar a Atena y después averiguar quien soy, si es verdad que soy una princesa y pertenezco a la familia real, cuál sea la respuesta a mis preguntas tenía bien clara las cosas pase lo que pase se quien soy y de donde vengo y nadie cambiara eso. Yo tenía una vida una familia a la cual no cambiaría por nada del mundo; ellos eran todo para mi y si estoy aquí era sólo por una cosa, que era ver a aquella sirena y saber un poco más de mi vida.

Logramos quedarnos esa noche en la posada y a la mañana siguiente nos levantamos para emprender el poco viaje que nos quedaba, según mi compañero sólo era 2 días para poder llegar a palacio y verla por fin.

Casi estábamos por salir cuando aquel señor nos detuvo.

--¿Se van?-- ambos asentimos-- ¿puedo saber su nombre?-- voltee hasta mi-- quiero agradecer su regalo, hace años llegó una señora grande que traía un bebé consigio los rumores decían que venía del Palacio aunque eso no quedó muy claro, cuando me pago lo hizo igual que usted me regalo una dorlini y sólo se quedó una sola noche, es la segunda vez que me pasa algo así.

Tremenda historia, ¿quien será aquella señora?

--¿Supo como se llamaba aquella mujer?-- el negó-- ¿y la bebé como era?-- se quedó pensando, trataba de revivir los detalles de su recuerdo.

--No la vi muy bien pero tenía el cabello rojo, una rareza para un bebé.

--¿No es normal tener el cabello rojo?-- pregunte dudosa.

--No señora, la mayoría se lo cambian con magia pero un cabello natural así no es muy común.

--¿Por qué me llama señora?-- muy tarde me di cuenta de mi estupidez.

--¿Ustedes no son pareja?-- pregunto.

--Claro que si-- interrumpió Lucas bruscamente-- lo que pasa es que ella tiene el cabello rojo y por eso tiene confusión-- aquel hombre nos miró tanto sorprendido como confuso.

--¿Es por eso que no sabía que son perlines?

--No soy de aquí señor, vengo de un lugar muy diferente al océano-- le sonreí-- mi nombre es Nanami-- y emprendi mi viaje.

PERLAS DE MAR👑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora