Capítulo 13: Nana

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Desperte por el ligero ruido de la puerta al abrirse, estaba alejada de ella pero aún así me encogí en mi lugar.

Vi entrar a una sirena mayor, la delataba su cabello blanco, su aleta no era muy llamativa pero como yo no estaba acostumbrada a verlas se me hacían de lo más increíbles.

De un verde bonito, ni muy fuerte, ni muy bajo sus ojos grises me escaseaban completamente de arriba a bajo y viceversa.

--¿Nanami?-- podría jurar que esa señora estaba llorando-- te has convertido en una hermosa sirena.

--Disculpe yo no la conozco-- me levante lentamente.

--Debemos irnos rápido antes de que alguien venga-- me apresuro, se acercó a mí mientras me daba una bolsa la cual no acepte.

--No la conozco-- volvi a repetir-- como sabe mi nombre?

--Yo te lo puse pequeña-- abrí los ojos de asombro

-- ¿uste... usted es mi mamá?

--No, cariño creo que ya sabes la respuesta a esa pregunte-- me coloco la bolsa en mi hombro-- lo supiste desde el primer momento que viste a tu hermana.

Dolor era la palabra incorrecta para describir lo que sentía en estos momentos, estaba destrozada y mi corazón estallaba en mil pedazos.

--Te lo explicaré después primero debemos sacarte del palacio.

--Yo no se quien es usted, solo confío en dos personas y una de ellas me mandó aqui.

--Lo sé cariño, Lucas te espera en el refugio-- la sola mension de él hizo que fuera con ella.

Recorríamos pasillos y pasillos sin fin, mi cabeza daba vueltas de tanto ir por un lado y otro. Si hubiera escapado es más que obvio que me hubiera perdido.

--¡Nana!-- escuche cómo gritaban, nos había encontrado maldición-- ¿que haces?-- estaba furiosa.

--No puedes encerrar a tu hermana-- se volteó a enfrentarla.

--No e smi hermana-- espeto enojada.

--Lo es, y lo sabes-- estaba muy calmada. Varios guardias estaban llegando me oculté atrás de ella como esperando que me protegiera aunque sabía que no podría-- que hayan crecido separadas no significa que no esté para ti.

--Somos dos desconocidas, ella no pertenece aquí, tú misma la abandonaste hace años.

--Era eso o que estuviera muerta-- le tomé de la mano horrorizada-- tu hermana había nacido como humana pero yo no podía permitir que la futura reina muriera por eso lo hice.

--¡Nana aléjate o te encerraré con ella!-- grito aún más furiosa.

De la nada hubo una explosión y mucho humo, ella me tomó fuerte de la mano y me arrastró lejos.

Llevábamos cierta distancia recorrida cuando no podía más, no tenia fuerzas para nadar, llevaba mucho sin comer a parte de descansar muy poco.

--Tienes que darte prisa, nos podrán alcanzar y eso refujio no está cerca.

--No puedo, tengo hambre, estoy cansada y asustada...¿tu los mataste?

--Fue una ilusión cariño, la bolsa que te di viene comida saca algo mientras nadas-- logramos nadar como por una hora más cuando senti que algo rozó mi brazo, rápidamente me empezó a arder y vi la sangre salí, algunos guardias nos pisaban los talones y traían armas con ellos; tipo flechas.

--Esto es mucho para mí-- le llore-- quiero a mi mamá-- era muy salvaje incluso para ellos.

Seguimos nadando por nuestras vidas tratando de perderlos sin ningún éxito, a pesar de los hechizos que la señora (la cual no conocía su nombre) hacía no daba efecto alguno. Un grito por parte de ella me sacó de mi crisis, una de las armas había atravesado su aleta.

Me asusté tanto que lo único que hice fue tratar de subirla a mi espalda y nadar lejos de todo el peligro.

--Debes dejarme-- estaba loca, no sabia donde estábamos, claramente no iba a dejarla aquí.

--No lo haré-- con todo mi valor, di la vuelta y me enfrente a ellos, tenia miedo de volver a repetir ese hechizo.

Cause una explosión tan fuerte que retumbó probablemente en todo el océano, no me detuve a mirar si hubo heridos o no, simplemente cargue a esa señora y nade hasta ponernos en un lugar seguro.

--¿Cómo hiciste eso?-- su voz sonaba impresionada. Paramos para descansar un poco y revise su herida, estaba muy mal y sangraba mucho-- debes irte Nanami, ellos nos encontrarán siguendo el rastro de mi sangre.

--Entonces debemos curarte-- dije, era la segunda vez que utilizaría ese poder para curar algo tan grave. No deseaba quedarme sola y por el momento ella es todo lo que tenia.

Saque el metal de un tirón y ella gritó de dolor, me disculpe y puse mis manos en su aleta, como en aquella ocasión con Lucas de mis manos salía una pequeña luz que relajaba, después de varios minutos su aleta estaba como nueva pero su cara estaba pálida.

--¿Como hiciste eso?-- volvió a preguntar. Como que había muchos "como hiciste eso" en nuestra conversación ¿no?

--No lo sé, la primera vez que usé esto fue cuando hirieron a Lucas por protegerme y ahora lo hice por ti.

--Tienes...-- yo la interrumpí diciéndole que lo sabia, tenia el mismo don que mi madre; la reina Erudice.

PERLAS DE MAR👑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora