Narra Abril
Unos brazos me impulsaron hacia arriba.
Estaba temblando. Notaba como mi cuerpo se tensaba solo por un toque. Tenía los ojos bañados en lágrimas. El maquillaje seguro estaría corrido y además el labio me temblaba.
—Calmate pequeña. –Alguien me dijo al oído.–
La voz de Kian hizo que todo mi cuerpo entrara en una sensación de paz.
—¡¡Pelea, pelea, pelea!! –Gritaron todos a la vez.–
Kian me apretó más a él y comenzamos a caminar.
La gente seguía gritando. Todos estaban dejando la pelea de ring en segundo plano.
—¿¡Dónde vas con mi chica!? –Gritó el hombre siguiéndonos de cerca.– ¡Me la pedí antes!
El agarre de Kian aumentó. Se estaba concentrando en no darle una buena paliza.
Siguió tirando de mi, pero la gente que había hecho el círculo, no cedía.
—¡Déjame pasar si no quieres que te reviente la cabeza! –Gritaba Kian desesperado por sacarme de ahí.–
La camiseta de Matheew aún seguía en mis manos. Era incapaz de soltarla.
Empujaron a un chaval que había a mi derecha para que otra persona pudiera entrar al círculo.
Los ojos de Matheew y los míos se cruzaron. Este lleno de sudor y con algunos arañazos, corrió hacía a mi.
Me agarró de la cara y empezó a inspeccionar que me había pasado. Al acabar mirando en mi cuello, sus ojos cambiaron.
Ya no era una mirada tranquila y sensata. Se había convertido en una mirada llena de rencor y odio.
—No se muevan de aquí. –Ordenó Matheew con la voz ronca.–
Kian asintió. Pegó mi espalda a su pecho y apoyó su cabeza en la mía.
¿Por qué no nos ibamos?
¿Que estaba pasando?
Matheew seguía sin camiseta, ya que la tenía yo.
El hombre que al ver como se acercaba Matheew había retrocedido varios pasos, se encontró con la mirada enfurecida que soltaba mi compañero a doquier.La gente había retrocedido varios pasos por miedo a que ellos entraran en la pelea sin quererlo.
—¿Nunca te han dicho que a las mujeres no se les toca, o qué, gilipollas? –Matheew se acercó al hombre que prácticamente estaba en medio de todo el círculo.– No solo has tocado a mi chica, que al ser MÍA –Recalcó.– es más importante. Sí no que te has atrevido a manosearla como si fuera una muñeca.
—¡Ella me provocó! –Gritó excusándose.– Mi culpa no es que tengas una novia tan guarra, amigo.
Eso fue la gota que colmó el vaso.
Matheew se abalanzó a él sin importarle los gritos de Roxy que había entrado en todo el lío para ver que pasaba.
Le propinó un puñetazo en la mandíbula que le hizo voltear. Este intentando defenderse, intento pegarle una patada en el abdomen. Matheew aprovechó para coger su pie y así cayó al suelo.
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I Thought It Was Cliché © [EDITANDO]
Teen Fiction[Me pareció que era un cliché] «Un golpe» Intentaba resistirme. «Dos golpes» Me mordía los labios para no gritar. «Tres golpes» Un pequeño gemido se escapaba de lo más profundo de mi. «Cuarto golpe» Las lágrimas empapaban mi cara llena de moretones...