Capítulo 21

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Narra Abril

El cielo está precioso, los pajaritos cantan encima de los árboles dando un concierto sin parar. Era digno de mirar.
El sol calentaba mi piel desnuda. Una sonrisa más grande que mi cabeza entera.

¿Podía ser más feliz?

Después de haber pasado días y días con mi novio...

¡¡SI, NOVIO!!

Me tocaba ir a clases.

No podía dejar mis estudios en segundo plano, pero teniendo un novio como Matheew hacia maravillas.

Saqué mi móvil que no paraba de vibrar. El pequeño icono del Whatsapp estaba instalado en la barra de notificaciones.

Pulsé y se abrió la aplicación.

Matheew🐒: ¿Cómo está lo más bello de Alemania entera? 9:33

Matheew🐒: Como no me respondas en menos de cinco segundos empezaré a quemar tu ropa interior de monja. 9:35

Matheew🐒: Ya he quemado un par que tenía un mierda de dibujo de esa cosa amarilla que no habla. 9:46

Matheew🐒: Lo he buscado por Google, pero como es una payasada ni te lo escribo. 9:50

Matheew🐒: ¿Quién te compra la ropa interior Abril? ¿Una vieja de 90 años, ciega? ¿Y ese tanga con un cerdo? Así es normal que no folles. 9:53

Matheew🐒: Olvida eso, lo escribió Kian. 9:54

Mis mejillas comenzaron a arder.

No podía creerme que los dos gilipollas estuvieran en mi habitación.

Tendría que poner un candado.

Yo: ¿Pueden dejar de mirar mi ropa interior, malditos hijos de perra? 😠 No os interesa quien me compra la ropa interior. Malditos depravados. Le voy a poner un candado a la puerta y no van a volver a entrar.

Matheew🐒: Nooooooooooo, que a Kian le gusta ponerse tu pijama ese calentito del oso. Creo que ya se qué regalarle para su cumpleaños. Dice que es lo mejor que han inventado. Pero también dice que ningún invento le quitará el lugar, que él es la mejor creación creada por el hombre.

Lo dejé en leído. Me había molestado muchísimo que se metieran en mi habitación como si eso fuera un museo.

Me senté en el escritorio más alejado de la profesora. Hoy no tenía muchas ganas de prestar atención a una vieja aburrida.

Mi móvil volvió a vibrar.

Lo dejé encima de la mesa esperando a que dejara de vibrar. Pero este seguía y seguía vibrando.

—Alguien insiste en contactar contigo. –Adivinó sentándose a mi lado.–

Giré mi cabeza de la sorpresa, Kev comenzó a sacar sus cosas de la mochila.

—Hoy me sentaré aquí, no te importa ¿verdad? –Me preguntó apoyando su cabeza en su mano, mirándome.–

Negué con la cabeza.

Desde que había visto lo agresivo que se había puesto Matheew cuando nos pilló juntos, había algo de él que no me gustaba un pelo.

—¿Por qué no me hablas, Abril? ¿A caso Matheew te lo ha prohibido? –Sonrió con sorna.– No pensaba que eras la típica mujer que hace lo que el hombre quiere, sin opinar nada. Obedeciéndolo como si fueras su perra fiel...

—Nadie me prohibió nada. –Le interrumpí.– Y me alegrías la mañana si te quedarás totalmente callado, ignorándome. –Solté sin pensarlo.– Y respondiendo a tu acusación sin fundamento ninguno: soy una mujer de los pies a la cabeza. Nadie decide por mi, eso que te quede bien claro. –Gruñí.– Y ahora cállate.

Mi móvil volvió a sonar. Lo agarré y lo desbloqueé.

Tenía que ignorar a Kev de alguna manera.

Matheew🐒: Abril, no me ignores por favor. 10:05

Matheew🐒: No miré tu ropa interior, sólo vi la que estaba en la colada. 10:06

Matheew🐒: Al menos respóndeme a esto. ¿Llegaste bien a clase? 10:07

Pulsé el signo del micrófono para así grabar un mensaje de voz.

Faltaba muy poco para que la vieja aburrida viniera a empezar a dar clases.

Y no creo que pudiera entretenerme tanto en escribir.

—Llegué bien. –Empecé a hablar y vi como Kev elevaba las cejas, cuando vio que estaba mandando un mensaje de voz, se acercó a más a mi.– Y espero que sea cierto eso que dices, porque o si no te voy a sacar la navaja suiza que tengo bajo la almohada. –Bromeé.–

Fruncí el ceño al ver como Kev se acercaba más y más. Cuando vió de quién se trataba, se le iluminaron los ojos.

—Esta apunto de empezar la clase.. –Intenté despedirme rápido.– Así que ya...

—¡Matheew amigo mío! –Gritó ilusionado.– Adivina a quien tengo a mi lado. ¿Lo has adivinado ya? –Agarró mi mano para que no pudiera eliminar el audio.– Es bastante lista y ahora no quiere hablarme. ¿Tu sabes el porqué?

—¿Quieres dejar de ser tan gilipollas y soltarme? –Grité enfurecida.–

Kev sacó a relucir sus dientes perfectos.

Qué a mí me provocaban arcadas.

Forcejee con él aún con el móvil en la mano, grabando.

La gente ni si quiera nos miraba. Ni mis chillidos los alertaban de algo.

Pensaban que estábamos jugando.

—Me a dicho un pajarito que has dejado a Roxy. –Siguió hablando Kev.–  Y ese no era el trato, para nada.

Osea que él tenía algo que ver.

Maldita sea.

—Tu sabes más que nadie lo que ella está dispuesta a hacer. –Prosiguió.– Y quiero que sepas, que yo también estoy dispuesto a hacer muchas cosas por ella. –Amenazó.–

Movió mi dedo y el audio se envió.

Siempre quejándome de que se me acabaron los megas, y ahora teniendo me pasa esto.

Dejó de sujetar mi mano.

Lo miré con la mirada enfurecida.

—¿Qué cojones quieres, Kev? –Chillé llamando la atención de la clase.– No solo me jodes la mañana, si no que además utilizas mi teléfono para enviar mensajes patéticos. ¡Patéticos como tú! –Exclamé levantándome de la silla.–

Mi móvil comenzó a sonar. Alguien estaba llamando una y otra vez. Pero estaba tan nerviosa por pisotear a Kev que no tenía cabeza para otra cosa.

—Relajate princesa. –Rió este.– Siéntate y tengamos la clase en paz.

La rabia invadió totalmente mi cuerpo. Eleve la mano y le pegué un bofetón.

—¡¡ABRIL!!

Si quieren estar en el grupo ya saben

Hoy estoy deprimida, no tengo nada mas que decir.

I Thought It Was Cliché © [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora