Mientras por los pasillos de la universidad podía notar como multitudes de estudiantes se dirigían a distintos edificios donde tomarían alguna materia de su horario, al igual que ellos yo me dirigía a mi respectiva aula de clases además hoy tengo que entregar el marco teórico porque nuestro profesor nos lo pidió.
Ah... De tan solo pensar de tanto que me ha sido difícil el tan solo entender y avanzar un poco en el marco teórico, me ha sido muy estresante además de que últimamente nos han dado mucha tarea que terminar.
Y eso me ha estado provocando estar desvelándome teniendo cada vez más ojeras y menor rendimiento en el aula. Además, el día de ayer la profesora de matemáticas me saco del aula por quedarme dormido. Y al final termine que pedir la libreta a algún compañero ya que si no tenía las notas de la profesora tendría problemas para poder seguir el ritmo de la clase.
Después de recordar ese día, llegue al aula donde tendría que entregar el proceso de mi tesis. Entrando al aula noto como algunos compañeros se fijan en la persona que entro y al darse cuenta de que soy yo, desvía su mirada ya que parece que esperaban a otra persona. Como el profesor tal vez.
Ya han pasado al menos 31 minutos y el profesor no ha llegado. ¿Habrá tenido algún percance al dirigirse a la universidad?, bueno... Sinceramente espero que no sea así.
Durante el tiempo que he estado pasando en la universidad me he dado cuenta que no tengo muchos amigos, más bien creo que no tengo a ninguno que lo pueda llamar amigo ya que veo a muchos como mis compañeros aula, solamente así es.
Conforme el tiempo pasa lentamente todos mis compañeros se empiezan a molestar o angustiar y esto se debe a que el profesor aún no ha llegado después de haber pasado 40 minutos desde que empezó la clase.
Situación que es muy rara viniendo de un profesor como el, que es muy puntual, lo suficiente para llegar 15 minutos antes de iniciar la clase.
Durante los segundos que pasaban y siguiendo después los minutos, unos de mis compañeros llamado Fernando se levantó de su pupitre y camino dirigiéndose hacia la puerta del aula.
Aunque tanto a mi como los demás compañeros se nos hizo extrañó el que Fernando tuviese ese comportamiento.
Justo cuando Fernando iba a agarrar la chapa, algo extraño pasó, el suelo se empezó a iluminar de una manera atípica, además este piso no estaba diseñado para iluminarse.
Cuando empezó el piso a iluminarse varios de mis compañeros estaban tanto sorprendido como asustados porque ellos y ellas no saben que está sucediendo. Sin embargo, yo no reaccione así porque yo ya sabía que estaba pasando.
Eran escrituras de algún hechizo y aunque no quería tener que creerlo, allí estaba la prueba.
Aunque mis compañeros estaban sorprendidos por los acontecimientos y estaba indiferente, pero realidad era que estaba tan sorprendido como ellos por las marcas que estaba viendo y conforme pasaban esos segundos que parecían horas el piso brillo más que nunca.
Podía sentir como esa luz quemaba a treves de mis ojos, incluso si los cerraba podía sentir también como perforaban a través de mis parpados hasta llegar a mis pupilas. Lo único que podía hacer era cerrarlos y taparme la cara y tal vez por suerte ya no tendría que soportar ese pequeño y molesto dolor. Aparte de mí, mis compañeros también estaban sufriendo lo mismo que yo.
Durante esos pocos segundos alguno de mis compañeros gritaba o hacían alguna clase de gemido por el dolor que tenían en los ojos e incluso algunos terminaron tirándose en el suelo y yo solo estaba hincado.
Pero paso algo aún más extraño que todos los eventos que han pasado y es que me empezaba a sentir que me iba a desmayar, cuando decidí mirar a mi alrededor, me di cuenta de que era el único que no estaba inconsciente.
Pero cuando trate de levantarme sentía como mi fuerza me dejaba y entonces caí al suelo, podía sentir que mi cuerpo se sentía cada vez más pesado y mi consciencia se iba cada vez más y aunque di mi mayor esfuerzo para mantenerme consciente, todo fue en vano, al final ya no pude resistirme y me quede inconsciente en el suelo.
Cuando sentí que tanto mi fuerza volvía como mi consciencia, entonces empecé a intentar a levantarme, pero sentía que algo estaba mal y lo primero que note era que el piso era diferente al de mi aula. El piso era parecido al mármol o algún tipo de cerámica para el suelo. Estaba muy confundido.
Cuando pude sentarme, vi como la mayoría de mis compañeros ya estaban sentados y algunos pocos intentaban sentarse y otros seguían acostados en el suelo.
En lo que veía a los demás, se acercó un hombre de aparentemente 50 a 60 años de edad con un traje similar al de un sacerdote, pero mucho más ostentoso y refinado con un bordado de oro.
—Bienvenidos al Gran Imperio Gregoriano héroes invocados —. Dijo el Sacerdote mientras hacía una reverencia sin ser servil o arrogante.
Al escuchar al sacerdote quede impactado, ya que esto se parecía mucho cuando leía novelas ligeras y novelas web cuando hace tiempo era otaku.
Pd: Espero que hayan disfrutado del prólogo de esta pequeña historia, así también espero contar con su apoyo para seguir la historia a la vez que mejora.
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Invocado En Otro Mundo
ФэнтезиUn joven universitario de 22 años junto a sus compañeros de clase son invocados a otro mundo muy distinto siendo este de fantasía donde la magia y las espadas dominan el campo de batalla. Nuestro joven protagonista Víctor Méndez y sus compañeros de...