Después del primer amor.

La nueva del colegio.

Al fin y al cabo, tengo que continuar con el tema principal; después de llegar a clases y hacer el ridículo; todos bajaron la mirada, sí, nadie dijo nada, todos siguieron en lo suyo, sacando sus libros y empezando la clase.
Me sentí muy mal, era noviembre y yo recién llegaba a aquel colegio, nadie sabía nada sobre mí, y parecía no importarles saber algo, así que sólo busqué un lugar donde sentarme yo también.
Se supone que todos siempre quieren conocer a "la nueva", pero, conmigo nadie hizo el intento. Y de alguna manera, eso me hacía sentir peor. Siempre fui jodidamente sensible.
Los minutos en clase de historia pasaban lentamente, lo típico, hasta que sonó él timbre, ya era hora del recreo,
—Por fin, —suspiré.
Salí del aula, caminando sola como siempre, lo normal de una persona que llega en el último semestre, todos deberían pensar que era una loca, una rara a la que echaron del colegio anterior, no lo sé, pero por alguna razón nadie se me acercaba.
Pero luego llegó ella, la típica chica que vive alejada de todos los demás y que aprovecha a cualquier persona nueva para ya no estar sola.
—Hola, ¿te muestro el colegio? -Me dijo mientras tocaba mi hombro.
—Claro, —le respondí
Y así fue, caminamos por los largos pasillos de aquel enorme colegio. Mientras hablábamos pude notar en sus palabras y en su mirada una rara soledad, ella estaba sola, al igual que yo. La escuchaba hablar, y supe que ella tenía una chispa diferente, era especial. Sabía que encontraría una buena compañía en ella.
Los 5 minutos del recreo terminaron, y la invité a sentarse conmigo en clase, claro que aceptó, ella parecía ser una chica agradable. La verdad yo no entendía porqué estaba tan sola.
Pasamos todo el día juntas, hasta que llegó la hora y un timbre que nos dejaba en libertad. Se despidió de mí con una enorme sonrisa, como la de un niño pequeño cuando le regalan aquel juguete que tanto anhelaba.