16 de agosto 10:00 AM

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Me desperté esa mañana, y lo primero que hice fue revisar mi celular, estaba ansiosa, y sí, había un mensaje de Alex:
“Te conozco y se lo ansiosa que eres, se que leerás éste mensaje con una mano en el corazón, mientras late fuerte. También se que saltarás de emoción al leer ésto: ¡FELICES 8 MESES HERMOSA! Me alegras la vida cada día más, créeme que eso incluye cada problema que tuvimos y los que quedan por venir. Eres la chica más increíble que he conocido. No has sido la primera, pero sí la verdadera, la que me es leal, mi compañera y mi mano derecha. Te amo. Espero que pasen los meses y y tú sigas ahí. Perdóname por cada lágrima o por cada vez que sentiste una presión en el pecho por mi culpa...”
Me sentí bien, él era muy lindo, y a pesar de los problemas, siempre opté por ver el lado bueno de las cosas. Lo amaba, en serio, lo amaba mucho.
Luego de lavar mi cara, entre otras cosas, decidí contestarle el mensaje:
“Me dejas sin palabras, eres muy dulce cuando te lo propones. Por favor, nunca te vayas, quiero que lleguemos a viejos y tú sigas saludándome cada mes y cada año. Te amo.”
Bajé a desayunar, y allí estaba mi mamá, esperandome con el café preparado, y hablamos un rato, nos pusimos al tanto de las cosas que nos estaban pasando, principalmente a mí, ya que hace tiempo no hablábamos sobre mi vida. Sin duda alguna, hablar con ella siempre me daba un poco de paz, era reconfortante.
Mamá tenía una cara un tanto extraña, estaba actuando como si ocultara algo, y sí, así fue, sacó de su bolsillo un sobre muy bonito, y me dijo:
–Hija, estuve con Alex hace un rato y  me dejó ésto para ti.
Era una carta, me había invitado a almorzar a un restaurante muy bonito, salté de emoción, como siempre, y luego lo llamé para hablar sobre el tema.

Después del primer amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora