Narrador Omnisciente
El castillo era frío en los días de lluvia, y éste era uno de esos. Ya era de noche y descansaban todos los habitantes de este castillo, menos uno. Era aquel que miraba con tristeza y un dejo de envidia, por el gran ventanal a las madres y padres que protegían a sus pequeños, a los jóvenes enamorados dándose besos de pasión, era aquel que gobernaba el país solitariamente y, debido a sus años, anhelaba tener su propia familia.
Una esposa, luego hijos, nietos y finalmente morir junto a la persona que amas. Ése era su plan de vida perfecto, y sólo necesitaba a una mujer para empezar y aunque no hacían mucha falta buscar una ya que solía recibir propuestas de casamiento por parte de uno que otro rey y muchos nobles de los más altos rangos, ninguna le parecía suficiente, siempre encontraba algún defecto físico o no creería que ese matrimonio beneficie a su país.
-Abre la siguiente carta. La propuesta que ha hecho Gran Bretaña es bastante tentadora, la princesa Victoria, he oído, podría ser la esposa perfecta; sin embargo, también quiero beneficios para mi pueblo.- dijo el hombre, con evidente frustración ante las incompetentes opciones.
-El imperio Ruso, mi señor...¡Qué intrigante!, es poco usual que el Zar sea quien de el primer paso.- Ludwing, secretario personal y amigo íntimo del rey, abre el sobre y lee el contenido para sí mismo; al finalizar dirige la mirada hacia su superior y dice:- El Zar hace una propuesta de matrimonio entre usted y su hija menor, Anastasia. Y vea, también mandaron un retrato.
El hombre del ventanal se acerca a su acompañante y pide ver el retrato, su secretario obedece enseguida y toma el paquete forrado de cuero que descansaba sobre la mesa, junto a otros cuadros sin descubrir y otros súbitamente ignorados; aparta la nota que él escribió después de recibirlo, indicando ser el cuatro de la princesa, quita el hilo y cuidadosamente lo descubre.
Era una joven hermosa, la más hermosa que Dimitri y Ludwing habían visto jamás: posaba con un vestido verde con hilos de oro y sobre sus hombros descubiertos, caía su largo cabello castaño, de rostro angelical y cuello perfecto, una nariz respingada, labios grandes y rojos...pero lo que más llamó su atención, fueron los hermosos ojos azules de la princesa; los cuales, cautivaron al rey de inmediato.
-¿Cuántos años tiene?.- preguntó Dimitri después de un buen rato de haberse perdido en los ojos de la joven princesa.
-15, señor.
-Yo 27.- da la media vuelta y cierra fuertemente los ojos para sacarse de la mente el rostro de aquél retrato perfecto.
-Su madre tenía 15 y su padre 30 cuando se casaron, no es mucha diferencia.
-Dime porqué debería elegirla a ella y no a Victoria.- dijo sin estar realmente interesado en la respuesta porque ya había tomado una decisión.
-Eh...Bueno, ya sabe usted que me gusta tener referencias de las posibles esposas de mi rey, y de Anastasia sé que, a diferencia de las demás princesas, su preparación para ser esposa, madre y reina inició desde sus 5 años; tomando clases de etiqueta, idiomas, música, poesía... De todo, para ser complaciente hasta para el corazón más exigente. Además que, hablando políticamente, el imperio Ruso es de un tamaño impresionante y podríamos exportar diferentes materias primas, y por su cercanía con China nuestro comercio se expandirá, entre otras ventajas como...
-No necesitamos nada de eso, Ludwing.-lo interrumpe.- A demás, Gran Bretaña nos ofrece cosas mejores, en sus cartas siempre lo expresa el rey. Pero no negaré que la belleza de Anastasia me ha cautivado y eso le da gran ventaja ante las demás propuestas, una gran ventaja...
Reinó el silencio en la habitación pero no había necesidad de palabras para saber que los dos hombres estaban de acuerdo con lo que pasaría, finalmente había llegado el momento en el que el rey se desposaría.
-Entonces,.- rompió el largo silencio.- responde la propuesta del Zar... Acepta. Que la princesa viaje de inmediato y comenzarás los preparativos, la boda debe realizarse lo más pronto posible.
-Se hará como usted desee. La siguiente semana comenzaré con los preparativos, así, mientras la princesa viaja hasta aquí...
-Sí, como sea.- volvió a interrumpirlo.- Eso es asunto tuyo.
Ludwing comenzó a escribir la carta para el Zar y Dimitri volvió al retrato de la que sería su esposa.
<<Anastasia Romanov... Anastasia, mi Anastasia... ¿Eres real o es solo un sueño más? ¿Qué misterios esconden tus ojos que me han hechizado inmediatamente? Serás mía y solo mía, tu belleza no podrá poseerla ningún otro hombre, al fin y al cabo, eres digna de un rey y no menos.>>
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La Reina Infiel
RomanceEducada desde niña para ser la esposa y la reina perfecta, la princesa del Imperio Ruso está lista para casarse y cumplir con las expectativas. Pero un amor del pasado la hará estremecer de nuevo y ahora, su matrimonio y su vida, están en juego... ...