Educada desde niña para ser la esposa y la reina perfecta, la princesa del Imperio Ruso está lista para casarse y cumplir con las expectativas.
Pero un amor del pasado la hará estremecer de nuevo y ahora, su matrimonio y su vida, están en juego...
...
Es mucho más hermosa en persona, al tener su mirada color zafiro clavada en mí siento que el corazón se acelera, algo que usualmente no me sucede. Se sonroja después de que besé sus suaves y dulces labios, no puedo evitar sonreírle. La tomo del brazo y al comenzar a caminar para salir de la iglesia, mis invitados aplauden y nos sonríen. No puedo estar más orgulloso.
Finalmente salimos y la gente del pueblo que fielmente nos esperaba afuera gritan bendiciones para nosotros y felicitaciones. Levanto el brazo para hacer un saludo a los espectadores, más contentos parecen, ella en cambio, solo los mira y no expresa ningún sentimiento.
-Se supone que tienes que saludarlos.-le digo una vez que subimos al carruaje y éste avanza.
-Con un brazo estaba agarrada a ti, y con el otro sostenía mi ramo; ¿cómo iba a hacerlo?
-Puedes hacerlo ahora, por la ventana. Les encanta cuando hago eso.
Y así, vamos saludando a todos y haciendo un recorrido por las calles principales de la cuidad, donde mucha gente esperaba que pasáramos. Anastasia va saludando, la gente se me muy emocionada con ella y parece que ya la quieren.
Es delgada y tiene una piel como de porcelana, su cabello largo y castaño hacen contraste con su blancura, su cintura pequeña la hace ver frágil y delicada, toda una princesa. Y su aroma...vaya, tiene un gusto excelente, eso la hace más deseable. Estoy impaciente porque llegue la noche.
-No sabía tu nombre hasta hace un rato. Nadie me lo dijo.- dice, mirando a la ventanilla y saludando.- Ahora quiero saber por cuántos años eres mayor que yo.
-12 años. Pero la edad es solo un número, ¿no crees? Te prometo, Anastasia,.- tomo su delicada mano y ella me mira.- entiendo que esto fue muy precipitado y no tuviste mucho tiempo para asimilarlo, sin embargo, sé que esto funcionará. Tú tienes la preparación y yo no soy tan malo como crees; te haré feliz y tú a mí.
-Y si no funciona, ya estamos casados y eso ya no podemos arreglarlo.
Al decir eso, suelta mi mano y vuelve a la ventanilla, ¿pero qué...? Sus palabras me dejan desconcertado, se supone que debería estar igual de feliz que yo o hasta más, ¡acaba de casarse! Es lo que se espera de toda princesa... Bueno, quizá aún no comprende bien las cosas pero pronto lo hará y entonces, demostrará su preparación para este puesto.
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Una vez que han transcurrido todas las formalidades sociales, ha llegado la hora del primer baile de la noche. Ya se lo he comentado a Anastasia, le tiendo la mano y la recibe, nos levantamos al mismo tiempo de nuestros tronos y todos en el salón hacen una reverencia.
-A veces es molesto cuando lo hacen, como ahora pero no estés nerviosa, es solo un baile más.- le susurro.
Veo como esboza una sonrisa y no sé porque pero me hace sentir feliz, y hace que la quiera un poco más. Llegamos al centro y los músicos comienzan a tocar así que pongo mi mano derecha por su cintura y con la otra mano sostengo la suya, y recarga delicadamente la mano donde tiene la sortija sobre mi hombro y empezamos a bailar.
