Educada desde niña para ser la esposa y la reina perfecta, la princesa del Imperio Ruso está lista para casarse y cumplir con las expectativas.
Pero un amor del pasado la hará estremecer de nuevo y ahora, su matrimonio y su vida, están en juego...
...
-Es un gusto tenerlo de nuevo en mi oficina, oficial Arcadietevich. Pero digame qué es lo que lo trae por acá.
-Quiero terminar mi servicio en Alemania.
-¿Acaso es usted alemán?-preguntó el general.
-No, pero considero que debido a la unión de la princesa Anastasia con el príncipe Dimitri todos tenemos ciertos derechos en esa tierra.
-¿De manera que considera que hasta la gente mendiga tiene derechos también?
-Bueno, no todos. Pero nosotros, el ejército, tenemos más que los civiles. Parte de mi derecho es terminar mi servicio en donde yo lo desee.
-Sólo territorio nacional. Oficial Arcadietevich, yo no decidiré si usted se va, sus puntos en el ejército lo harán.
Esteban se quitó el sombrero y pasó su mano por su cabello rubio. Estaba exasperado debido a la tardanza y obstáculos que venían con su partida.
-General, recuerde los favores que le hice... Tome esto como mi manera de cobrarlos. De verdad necesito estar en Alemania.
El general lo pensó por unos minutos, viéndolo de esa manera las cosas cambiaban.
-Sólo por lo de Petrogrado ...
El General comenzó a escribir los papales de la transferencia de Esteban.
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Alemania.
-Ya 8 meses. Que rápido se pasa el tiempo.-dijo Dimitri mientras acariciaba el cabello castaño de la mujer desnuda que descanzaba sobre su pecho.
-Este es nuestro primer cambio de año juntos. ¿Qué haremos esa fecha? ¿Quieres que organize un baile? Invitaré a todos nuestros familiares, amigos y conocidos.
-No, no hace falta. Aquí en el palacio acostumbramos a cenar todos juntos, me refiero a la servidumbre, y luego me gusta darles un regalo.
-Vaya, jamás había oído de un rey que compartiera la mesa con los mozos. Ni que les diera regalos.-confesó.
-Mi padre me dejó esa costumbre. Lleva muerto más de diez años y en cada Año Nuevo, parece que está con nosotros. Ya es hora de levantarse.
Anastasia se levantó de la cama y caminó desnuda hasta el baño; y Dimitri seguía con los ojos la esbelta figura curvilínea. Ya se habían acostumbrado a intimar y el pudor que ella solía sentir había desaparecido.
-Hoy viene el pintor, ¿cierto? Voy a bañarme, no quiero que retraten sucia.-dijo antes de desaparecer por la puerta.
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