If you could only see the beast you've made of me
I held it in but now it seems you've set it running free
Howl — Florence + The Machine
☆★☆
Es la primera vez que siento esto al ver un bebé, ese murmullo cálido saltando fuera del corazón, enredándose en las costillas y acelerando el pulso.
—Supongo que es sobre lo que todos hablan —pienso, con esos ojitos risueños mirando a través de mí.
Me asusta ejercer demasiada presión en el abrazo o dejarlo caer; casi grito cuando rodea mi dedo con su manita y me reconoce, sé que lo hace.
No me gusta quedarme a solas con el bebé. No estoy lista y sé que todos piensan lo mismo desde que me desmayé durante el concierto. Me gustaría decir que se equivocan, pero opino igual. Lo peor que podría sucederle a cualquier ser humano es tenerme como madre.
No sé cómo recostar al bebé en la cuna, siempre hay alguien para ayudarme; miro hacia los lados como si de la pared pudiera emerger ayuda.
Es tan pequeño e indefenso.
Contengo el aire, sostengo su cabecita y bajo despacio el cuerpecito hasta la cuna. Mueve sus piernitas y las manitas como si quisiera volver a abrazarme. Creo que es la única persona en el mundo que quiere abrazarme ahora mismo. El familiar nudo vuelve a estrangularme dispuesto a sacarme las lágrimas.
Heredó sus ojos y la forma de sus labios.
Las piernas me fallan, me sostengo del borde de la cuna y las primeras lágrimas caen en ese trayecto silencioso hasta rozar la manita regordeta que exige otro abrazo.
Es lo único que me queda de él.
Los recuerdos del concierto están envueltos en una densa niebla de confusión. El brillo de la pantalla del celular disparó algo en mi cabeza, tiró del gatillo que hacía falta. Sofía me sostuvo, junto con Teresa, y me ayudaron a llegar a una silla. La música me provocó una terrible jaqueca, las personas del evento me llevaron agua y alguien gritó que llamaran a los paramédicos.
Las voces eran pastosas, aletargadas, y las personas sombras sin rostro, fantasmas esperando por destazar lo poco que quedaba de mí. Se movían alrededor, caóticas, y lo único que podía hacer era forcejear con las manos que me sostenían, presionar el botón de apagado del celular, rogar que nadie más viera aquello.
La oscuridad reinó, la niebla cubrió todo mi panorama, y no pude ver más a esas sombras rodeándome. Entonces escuché a Dimas, su voz fue lo único a lo que pude afianzarme en medio de la confusión y el dolor punzante que se habría paso hasta mi pecho. Entrelazó su mano con la mía y me desmayé; me dejé ir con la firme convicción de que abriría los ojos y despertaría en su habitación, todo habría sido una pesadilla.
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II. La Melodía de Aura 2 - Obsidiana
RomanceObsidiana es la segunda parte de "La Melodía de Aura", es necesario leer primero Preludio. La Melodía de Aura es una historia llena de música, literatura, emociones a flor de piel y amores que jamás podrás olvidar. Si te interesa, debes empezar...