Obsidiana es la segunda parte de "La Melodía de Aura", es necesario leer primero Preludio.
La Melodía de Aura es una historia llena de música, literatura, emociones a flor de piel y amores que jamás podrás olvidar. Si te interesa, debes empezar...
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Una llovizna ha cubierto nuestra ropa mientras corremos hacia la entrada del bar. En el trayecto en automóvil nos distrajimos conversando sobre la novela de Eso, de la película vimos poco y recordamos menos. Es como me enteré de que Eric ha conseguido una columna en una revista cultural que se distribuye en el norte del país, su sección es sobre literatura y cine. Sugerí que podría leer su columna, me dijo que sí; no tiene idea de lo feliz que me hizo. La parte mala fue que pidió leer alguno de mis trabajos, confesé que todos descansan en algún rincón olvidado del disco duro de mi laptop luego de eliminarlos.
—¿Por qué hiciste eso? —preguntó con verdadera sorpresa.
Me limité a encogerme de hombros, es parte del secreto que no planeo confesarle...
No sé si algún día me atreva a contarle a alguien más...
El bar no está lleno como de costumbre, supongo que es culpa de la intermitente lluvia. Me alegra tener una noche tranquila para revisar las facturas de los distribuidores del bar y enviárselas a Federico por correo electrónico.
—¿Quieres ayuda? —me pregunta Eric.
Su mano descansa en mi hombro, niego con una sonrisa tímida. Nos hemos besado una vez más al salir del automóvil y nos detuvimos por la lluvia.
Es demasiado agradable sentir a alguien preocupado por mí, no recordaba ese sentimiento.
—Es rápido. Intentaré terminar antes de la segunda parte de la banda.
—¡Mira esa sonrisa! —grita Nicolás.
Entorno los ojos. Vi a los chicos desde la entrada, me recordaron a un grupo de perritos de la pradera con los cuellos en alto mirando hacia el horizonte.
Las cervezas decoran la mesa, así como platos de alitas fritas. Es una sorpresa no ver a Bere o Henrik por aquí, pero sé que Eric habló con su primo antes de que fuéramos al cine porque ha mencionado que no hubo ensayo.
Sofía está al extremo con Cedric, creo que están tomados de la mano. Teresa está sentada en el regazo de Nicolás, la he visto pellizcarle el brazo cuando él me ha gritado.
—Nicolás, eres como un megáfono viviente —le digo con una mueca—. ¿Cómo lo soportas, Tere?
La chica tiene una de esas miradas de borrego a medio morir, no es necesario que me responda.
La situación entera es agradable. Tengo amigos, estoy conociendo a una persona que parece interesarse en mí y me agrada mi trabajo. Casi puedo olvidar mi nerviosismo por enfrentarme a todos ellos luego de salir con Eric. Casi puedo olvidar a Dimas, pero sus ojos celestes se concentran en nosotros sin disimulo, Minerva le imita no sé bien por qué.
—¿Y qué tal la película? —pregunta Gabriel.
Gabriel tiene una sonrisa enorme en los labios, sé muy bien lo que intenta.