Accidentes.

983 9 0
                                    

Dentro, las luces de colores recorrían la pista de baile. Las chica agitaban las largas melenas, los chicos balanceaban las caderas apegándose mas a las chicas. Diana Thompson no prestaba mucha atención a lo que la rodeaba; estaba muy ocupada buscando a su muy irresponsable primo que había decidido venir a la fiesta de una de las personas más manipuladoras de todo East High. Sarah Connor. Ella era una de esas chicas que actuaban como si su mera presencia debieran cobrarla, ella se consideraba a sí misma demasiado importante como para ir a clases. ¿Como avanzaba de grado? se estaréis preguntando, pues, su padre es el director. Sarah era conocida por organizar grandiosas fiestas en clubes lujosos todos los sábados. El primo de Diana, Jim Kerr fue invitado a su fiesta. El problema era que Jim era de primer año, y todos los grados mayores sabemos perfectamente que si Sarah invita a un muchacho de primero, es por que lo quiere para limpiar después de la fiesta, es una especie de ritual. Y por eso una chica como, Diana Thompson, estaba aquí, para impedirle a su primo una gran humillación, como siempre. «Deberían de decirme “la salva-trasero de Jim” »pensó frustrada Diana.

 A duras penas distinguió a su primo bailando en una esquina del club con Shelly Murs, la más zorra de todo el instituto. Lo gracioso de este momento es que se supone que Jim odia a Shelly. Diana no creía que la chica fuera mala persona, al contrario, era muy dulce, solo pensaba que le gustaba meterse en los pantalones de los chicos, fueran del instituto o no.

 «Debe de estar muy borracho» pensó Diana intentando sofocar su carcajada.

Marchó a grandes zancadas, abriéndose paso entre el gentío.

La pista estaba llena de humo de hielo seco, por lo que choco por accidente con un muy fornido cuerpo antes de llegar a su primo. El muchacho con el que Diana se tropezó sonrió ampliamente dando a presumir su blanca dentadura. Los ojos del muchacho eran de un verde excesivamente brillante, como el de la hierba en primavera. Diana se quedo embelesada en los ojos del muchacho, sin mencionar su esplendido físico. El muchacho levanto levemente su camisa por unos segundos; durante esos pocos segundos Diana pudo observar su muy trabajado abdomen cubierto por una ligera capa de sudor.

— ¿Te gusta la vista? —Preguntó el muchacho de cabellos castaños, alzando una ceja y con aire divertido por como Diana lo miraba furtivamente.

Diana parpadeo varias veces sin poder creer que el chico de cabellos castaños le había dirigido la palabra. Bajo la mirada, el muchacho se estaba burlando de ella y a decir verdad se sentía un poco intimidada, ella nunca había mirado tan atrevido a un chico y menos en una fiesta. Un fuerte rubor apareció en sus mejillas, avergonzándola todavía más.

 —Te estoy hablando, preciosa. ¿No sabias que es de mala educación no mirar a alguien cuando este les habla?—El muchacho de hermosos ojos verdes se estaba divirtiendo mucho esta noche a su costa.

Diana no respondió y siguió con la mirada baja, tenia miedo de que si lo miraba se quedaría completamente atrapada por sus intensos ojos verdes.

El chico pareció tenerle la lastima por que se deslizó por su lado, veloz como una anguila, fuera del camino de Diana. No sin antes lanzarle a la chica una deslumbrante sonrisa. Sin poder evitarlo, Diana se quedo mirando al chico mientras se iba como una completa idiota. Notó el movimiento airoso de sus hombros, el modo en que se le agitaban los cabellos al moverse. Se le veía despreocupado. La chica aun sorprendida por su comportamiento; se volteó a donde hace unos minutos recordaba haber visto a Jim y a Shelly…, Solo que ya no estaban. «Genial, esto no puede ser mejor» se dijo Diana.

Eran las tres y media de la mañana y ella todavía no había encontrado a su primo. Ya cansada de divagar tanto por el club, dio marcha atrás y se coloco de puntillas, tratando de ver más allá de todo el océano de cabezas. En su intento de buscar una salida, empujo intencionalmente a una chica hacia la fuente. Diana entrecerró los ojos tratando de visualizar  quien era la chica.

Catalyst: La Diosa Perdida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora