¿Alguna vez años sentido esa sensación de poder olvidar todos sus problemas con tan sólo estar al lado de la persona que quieres?
¿No?
Pues Kellin si.
Estando al lado de Vic, podía olvidar sus problemas, todos sus recuerdos, como si nunca hubiera pasado nada.
Víctor era de esas personas que siempre te hacían sonreír cuando te sentías mal. Hacía tontería y media con tal de pintar una sonrisa en tu rostro, y eso a Kellin le encantaba. Le encantaba ver como su chico siempre estaba atento a él.
Incluso después de aquella noche en donde habían hecho el amor sobre el sillón de la sala-porque si, Kellin había llegado a la conclusión de que aquello no sólo había sido sexo, sino que habían hecho el amor; a él nunca le habían hecho el amor-a la mañana siguiente, Vic había preparado el desayuno para ambos, y había estado más cariñoso de lo normal, tanto que él mismo había tenido la idea de no ir a trabajar ese día. Eso Kellin lo agradeció, pues su cabeza seguía hecha mierda por haber recordado lo que ya no quería.
Se la habían pasado casi todo el día recostados sobre aquel sillón. Durante la tarde, Víctor había pedido pizza a domicilio para comer, y durante la noche, se quedaron dormidos viendo películas.
Un día bastante relajado para ambos, en el cual no sobraron los abrazos, caricias y besos que se daban mutuamente.
El día de hoy, el gatito Kellin se encontraba mucho mejor. Se encontraban en el restaurante cubriendo sus turnos de trabajo.
El pelinegro limpiaba las mesas que se iban desocupando, tomando los trastos sucios para así llevarlos a la cocina de vuelta, mientras que Vic entregaba platos con comida y bebidas, ayudado por sus dos amigos.
Gracias a la llegada del minino al restaurante, el trabajo era menos para todos.
A Kellin le sorprendía lo rápido que se llenaba el lugar durante el día.
El móvil del castaño timbró en el momento en que entraba a la cocina por un pedido más.
Con el entrecejo fruncido lo sacó del bolsillo de sus jeans de trabajo, leyendo sobre la pantalla la palabra mamá. Presionó la tecla verde para después llevarlo a su oído mientras espera que le entregaran el pedido siguiente.
-Hola, mamá ¿Qué pasa? -preguntó un poco preocupado, su madre nunca lo llamaba durante horas de trabajo.
-Vic, ¡Oh, cariño! Perdoname si te molesto en tu trabajo, pero tu padre me dijo que te avisara que hoy quiere que vengan, tú y Kellin, para cenar. -respondió la mujer apenada.
-No te preocupes, mamá. -dijo Vic. -¿Mi padre quiere que vallamos a cenar? -cuestionó confundido.
-Si, es que como no ha tenido la oportunidad de conocer a Kellin, por su trabajo ya sabes, quiere aprovechar la cena de hoy para conocerlo oficialmente. -explicó Vivian.
-Vic. -lo llamó la ayudante del chef, indicando que el pedido para la mesa número 12 estaba lista, el ojimarron asintió en comprensión.
-¿Mamá? -volvió a hablar al teléfono, Vivian hizo un sonidito con la garganta, avisando que escuchaba. -Esta bien, dile a papá que iremos después del trabajo.
-Víctor. -reprendió de nuevo la misma chica, la comida se enfriaba.
-Mamá... Uh, tengo que colgar. Nos vemos más tarde. -dijo Vic, viendo como la mujer se enfadaba más.
-De acuerdo hijo, cuidense. Te amo. -respondió.
-Yo igual, adiós. -rápidamente colgó, guardando el móvil de nuevo en el bolsillo de sus jeans, para después tomar la bandeja con el pedido y salir casi volando del lugar.
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"Little Cat"--Kellic Quentes
FanfictionVic solo quería un gato. Portada hecha por: @kitmhwa ®NO SE PERMITEN ADAPTACIONES.