Dedicación especial para: neutralvic (espero te guste ¡Besos! 😘)
-Te prometo que sera la ultima persona a la que tendras que mostrarte. -habló suave el moreno. -Por favor, gatito... Es por tu bien.
-¿Prometes que será la ultima? -respondió el ojigato desde el cuarto de baño. Llevaba casi media hora encerrado en ese lugar, con Vic pegado a la puerta intentando con palabras dulces convencerlo de salir. Pero el minino era terco, tenía miedo y estaba enojado; una muy mala combinación.
El castaño suspiró, estirando sus piernas verticalmente y recargando la cabeza en la puerta. El piso no era cómodo, su trasero estaba ya entumido por el tiempo que llevaba ahí sentado. Pero era su culpa. Si, ciertamente era su culpa.
Debió haberle hecho caso a Jaime. Debió llamar al médico sin mencionarle nada a Kellin, pero sólo bastó con ver el rostro pálido de su minino y esa mueca de dolor en su boca para que las palabras salieran por si solas terminando con la tranquilidad de la mañana y arruinando el desayuno que tanto trabajo le había costado hacer.
"Llamaré a un médico. Su nombre es Justin, es amigo de Jaime y vendrá a examinarte."
Y sólo eso bastó para que el pelinegro, con ojos sorprendidos y orejas erizadas dejara caer los cubiertos, y con pasos rápidos y decididos caminara directo al baño, encerrandose en este. Sabía que se estaba comportando como todo un crio, pero el nerviosismo y el miedo que atacaban todo su ser al escuchar la palabra médico era algo que no podía controlar. Sus instintos le pedían buscar un refugio, y aunque en algunas ocasiones, Vic era su refugio, en estos instantes, prefería estar lejos de él. Se sentía traicionado, Vic quería entregarlo a ese tipo que seguramente lo pincharia con sus agujas y lo conectaria a cables de nuevo.
No, se negaba rotundamente.
-Lo prometo, bebé. Y dime, ¿Cuándo he roto yo una promesa que te haya hecho a ti?.
Y Kellin sabía la respuesta; nunca.
Vic siempre cumplía lo que prometía, no importa lo mucho o poco que tuviera que dar para lograrlo, pero lo hacía.
El minino suspiró ruidosamente desde el otro lado de la puerta. El sentimiento de miedo inundaba todo su sistema y la opresión en el pecho no lo dejaba respirar de manera normal. Pero también era cierto que su semblante no era el mejor. Su piel seguía estando pálida y un tanto reseca, las ojeras bajo sus ojos estaban cada vez más oscuras y los dolores abdominales seguían, a veces unos más fuertes que otros.
Tal vez no perdía nada con intentarlo.
Al oír el seguro de la puerta del cuarto de baño ser destrabado, Vic se pusó de pie. El minino salió, sus orejas agachadas al igual que su felpuda cola entre sus piernas. Sus mejillas sonrojadas y la mirada triste. No había escena más dolorosa para el castaño que aquella. Odiaba hacer llorar a su gatito. Se sentía todo un maldito cada vez que lo hacía.
-Todo estará bien, Kells. -dijo con voz suave y cariñosa al menor, tomándolo por las caderas, que desde hace días había notado que crecían al igual que su pequeña cintura. A Vic no le molestaba, en lo absoluto. Incluso podía jurar que Kellin se miraba más hermoso de lo que ya era.
El gatito se abrazó a su torso, escondiendo el rostro en su pecho. Vic pudo notar como temblaba.
-Tengo miedo Vic. -habló con voz gangoza, sus mejillas volvieron a mojarse.
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"Little Cat"--Kellic Quentes
FanficVic solo quería un gato. Portada hecha por: @kitmhwa ®NO SE PERMITEN ADAPTACIONES.