"CUENTAME TU PASADO"

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Las últimas semanas habían sido maravillosas. Después de haber conocido a la familia del moreno, cada fin de semana iban y pasaban todo el día en aquella casa que Vivian le había dicho, era su segundo hogar.

Vivian era encantadora y Mike muy divertido. Lo hacía reír contandole cosas de Víctor cuando ambos eran pequeños y él tenía que quedarse a cuidarlo pues su madre y padre trabajaban, y como Víctor se volvía loco cuidando del pequeño Mike. Vic se molestaba por eso, pero después de unos cuantos besos, el enojo se iba. Hacía ya bastante tiempo de que había sido verdaderamente feliz. Vic se había convertido en su felicidad; en su todo.

Más sin embargo, el día de hoy no era muy agradable para el minino.

Era una fecha bastante dolorosa para él. Sus ánimos estaban hasta el suelo. Durante su horario de trabajo estaba tan desconcentrado que término tirando al piso dos tazas de café, que terminarían por ser descontadas de su próxima paga. En realidad eso le importó poco, ya tenía bastantes cosas en la cabeza como para preocuparse por otra más.

-Oye, gatito ¿Por qué no salimos a comer? -preguntó el castaño, saliendo de la cocina.

Víctor había notado como el minino no se encontraba en sus cinco sentidos desde hoy en la mañana. Sus ojos estaban apagados, sin ese brillo que siempre tenían, su rostro delataba más que nada lo triste que se encontraba. Eso a Vic le dolía. Le dolía ver así a su gatito. Quiso preguntar, pero creyó que no sería correcto. Sabía que Kellin le contaría por sí solo, sólo tenía que esperar a que el pequeño estuviera listo. Sin embargo, el mayor se esforzaba por hacer sentir bien a su minino.

-Podemos comprar lo que tú quieras ¿Qué se te antoja? -preguntó de nuevo, sentandose a su lado con una pequeña sonrisa en su rostro, que si Kellin no hubiera estado tan triste seguramente se la hubiera regresado.

El pelinegro suspiró, tomando después un sorbo de su tasa de té caliente que sostenía entre sus manos. -No, Vic... No tengo ganas. -respondió sin animo alguno.

Víctor imitó sus acciones, suspirando pesadamente. Observando con ojos tristes al gatito que tenía frente suyo, mirando por el gran ventanal que tenía el departamento, con una manta sobre sus hombros, aunque el clima estuviera perfecto y no hiciera frio, con la taza de té entre sus manos, sus orejitas agachadas y soltando suspiros cada cinco segundos. Por un momento cruzó por su cabeza que él había sido el culpable de que el minino se encontrara así de decaído, pero por más que intentó escarbar hasta lo más profundo de sus recuerdos de ese día, ninguna escena de él haciendo algo mal apareció. Sin embargo, recordó que Kellin en algunas ocasiones podía llegar a ser algo bipolar, y con la mínima cosa mal que hiciera, podía llegar a enojarse bastante.

-Kellin, no quería preguntar porque no quería ser entrometido. -comentó el castaño llamando toda la atención del ojigato. -Pero simplemente no puedo estar bien mientras tú estés así. Has estado triste desde hoy en la mañana, tú nunca te levantas temprano y, sin embargo, hoy lo hiciste. Estuviste distraído toda la tarde en el restaurante... Gatito, dime lo que te pasa.

Kellin sabía que estaba preocupando en demasía a su castaño, había querido evitarlo, pero simplemente era imposible no sentirse así y que su rostro lo reflejara.

El sol se ocultaba por detrás de las montañas y grandes edificios, llevándose con él todas las penas que sucumbian al pequeño minino, dándole la bienvenida a una noche oscura y llena de estrellas. Aquellas estrellas que todas las noches Kellin observaba, creyendo que la más grande era aquella persona que tanto lo cuidó y quiso durante el tiempo que estuvo con él. Esas estrellas que ahora se reflejaban en el gran ventanal del departamento que compartía con la persona que ahora sabía seria quien lo cuidaría y querría por el resto de sus días; o por lo menos eso era lo que él esperaba. No obstante, aquellas penas y recuerdos que el día había traído con él, no se iban, seguían ahí, haciendo que sus emociones se dispararan sin control alguno.

"Little Cat"--Kellic QuentesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora