Historia

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Nora bajó y miró que el desayuno ya estaba servido, había decidido ponerse un pantalón corto estilo jean talle alto, un crop top negro y unos botines de tacón de igual color, decidió maquillarse un poco para cubrir las grandes ojeras que tenía y dejó suelto su lacio cabello rubio, Johan no había notado su presencia hasta que se dio vuelta para llevar las tasas de café a la mesa, él sonrió de lado al verla tan hermosa.

Johan: Está preciosa –Dijo acomodando las tasas en la mesa, ella sonrió sin mostrar sus dientes-

Nora: Gracias –Dijo tomando asiento- Johan, en verdad no tengo hambre –Dijo viendo de reojo los Hot Cakes en su plato-

Johan: Pero tiene que comer, quiera o no –sentenció de brazos cruzados, Nora suspiró y empezó a comer-

Nora: Johan ¿Me cuentas algo sobre ti? –Pidió la rubia, Johan suspiró y asintió-

Johan: Mi padre, Sebastián Montero, uno de los narcos más poderosos del país, me abandonó cuando tan solo tenía diez años por no ser ''Lo suficientemente fuerte para soportar su estilo de vida'' –Hizo comillas con los dedos- Mi hermano mayor, Andrés Montero, tenía 18 y ya estaba aprendiendo todo lo que necesitaba para formar parte del negocio de mi padre, mi madre no pudo mantenerme, así que me vendió a la mafia X y así conocí a Zack, tan solo tenía 19 años y para entonces la mafia no tenía tanta fuerza como ahora, es obvio, todos sus integrantes eran novatos, menos Zack, quien era uno de los cerebritos que mi padre utilizaba para formar planes de ataque y transporte de mercancía, Zack se cansó de mi padre y sobrevivió a la persecución y los intentos de asesinato ya que sabía exactamente cómo estaban entrenados sus hombres, le robó todos los clientes y empezó a entrenarnos, era débil, tan solo era un niño, pero me había dolido tanto el abandono de mi padre que me esforzaba por ser más fuerte, como todo niño tenía mis miedos, pero fui aprendiendo que dejarlos apoderarse de ti solo era para débiles, cada vez que me lastimaban, me cortaba o me castigaban en la bodega y tenía ganas de llorar, recordaba que por eso mi padre me había abandonado, había puesto su estilo de vida por encima de mí y yo iba a adaptarme, fui aprendiendo a no quejarme, a no llorar, a no temer, a ver la sangre y la violencia como algo normal, decidí imponerme y no volver a permitir que alguien me llamara débil otra vez o que alguien intentara pasar por encima de mí, Zack notó eso y fui ganándome mi lugar, aprendí a mentir a la perfección, a identificar cuando me mienten, examinar la situación y fijarme en cosas que quizá alguien normal no puede, en fin, una perfecta máquina de matar –Él sonrió de lado y respiro profundo para proseguir- Me volví calculador y olvidé por completo el significado de la palabra empatía, Zack me había entrenado a la perfección, me trató como un hijo y me permitió usar su apellido: Black. Mis conocimientos no terminaron ahí como cualquier otro soldado o en este caso, como cualquier otro sicario, aparte de todo Zack me obligó a aprender sobre sistemas y computadoras, aprender a planear diferentes formas de transportar mercancía sin ser descubierto, como relacionarme con los clientes, torturar víctimas para sacar información y a entrenar de cierta manera a nuestros nuevos integrantes de manera que no puedan traicionarnos, jugar con sus mentes, desaparecer nuestras huellas, pero luego Zack vio que ya no parecía una persona, sino una máquina, me enseñó que la familia era la cosa más sagrada que le podían dar a un hombre, que sacrificarse por seres queridos no era de cobardes, que todo verdadero hombre tiene palabra y que este nunca puede faltar a esta, entre otras cosas, yo entrené a Noah y se convirtió en mi hermano, no quiero que a su bebé le pase lo mismo que a mí porque no quiero que una historia como la mía vuelva a repetirse, los niños tienen que ser niños, no asesinos. La única arma que deben tocar es la de juguete y las únicas personas que deben matar son las de sus videojuegos, sus sueños deben ser: Querer ser astronautas, bailarinas o lo que sea, pero nunca ser un asesino perfecto que deja sus sentimientos de lado para enorgullecer a un padre que nunca los quiso por preferir la mafia, el narcotráfico antes que pasar tiempo con su hijo o hija –Hablaba de eso con tanta naturalidad mientras comía que Nora se asustó un poco, no había rastro de dolor en su rostro-

Nora empezó a imaginar que algo así la pasara a su bebé, sus ojos empezaron a cristalizarse, tenía pánico de pasar sola por esa situación, pero sintió la mano de Johan tomar la suya y volvió a la realidad, los ojos café claro de Johan se clavaron en los de ella, él se levantó de la mesa y tomó el rostro de Nora con delicadeza...

Johan: Escúcheme, jamás dejaré que ningún otro niño pase por eso y menos el suyo, le prometo que no la dejaré sola y que cuidaré a ese bebé como si fuera mío, no porque Noah sea mi hermano, sino porque usted se lo merece, no tenga miedo que yo estaré con usted –Nora lo abrazó y de nuevo Johan quedó estático sin corresponder el abrazo-

Nora: Tengo miedo de perderlo –susurró con voz rota, Johan negó y la alejó un poco para mirar mejor sus profundos ojos verdes-

Johan: Eso no pasara, mientras yo esté vivo, usted y su bebé estarán felices y a salvo –La tomó de la mano e hizo que se levantara- Por eso, estoy aquí –Dijo mientras conducía a Nora hacia la puerta-

Nora: ¿Dónde me llevas? –Preguntó al ver que se acercaban al auto-

Johan: Estoy cumpliendo mi promesa, aún no heolvidado que le hice cita en el doctor –Le sonrió y Nora le devolvió la sonrisamientras Johan le abría la puerta del auto-          

Diario de dos corazonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora