Con una sonrisa resaltó el último día, hoy Kyuhyun regresaría y no volvería a separarse de su lado nunca más, los días para Sungmin fueron eternos en aquella oficina, aunque últimamente Kang Soo había desaparecido y extrañamente algunos empleados ya no lo miraban con recelo. Estaba seguro que Kyuhyun había hecho algo para arreglar el asunto sin decírselo, no le iba a reprochar porque era evidente que la situación se le estaba saliendo de control. Por otro lado su mente estaba enfocada en los preparativos de la boda y ahora más que nunca estaba llenándose de nervios, quedaban poco más de dos semanas para el gran día, ambos iban a presentarse formalmente a la familia del otro y esa era otra razón por la cual no había ido a trabajar ese lunes.
Trató de vestirse lo más casual que pudo pero también algo elegante, Kyuhyun no vendría solo, sus padres lo acompañaban, estaba tan nervioso que solo había tomado una taza de café antes de subir a un taxi que lo llevaría hasta el aeropuerto.
Kyu le había pedido calma, según él sus padres estaban felices con la noticia de la próxima boda y parecían conformes con la elección de su hijo, sin embargo era normal que Min estuviese así de nervioso, Sungmin era su asistente y temía que los padres del castaño pensaran igual que los trabajadores de la empresa. Claro que al rubio le causaba gracia la conclusión de que era un caza fortunas, nadie podría comprender como el castaño lo persiguió hasta que logro besarlo y desde allí su relación extraña de pareja surgió.
Sonrió mientras recordaba aquellos días, cuando Kyuhyun lo intimidaba solo porque se sentía atraído hacia él, Min nunca llegó a imaginar que terminarían comprometidos y que en poco tiempo se casarían. La vida daba ese tipo de vueltas donde se producían cambios totalmente inesperados, él que prácticamente hacia una lista de su rutina diaria donde la palabra "amor" estaba totalmente fuera de contexto consigo mismo desde que jugaron con él en el pasado, Kang Soo le había lastimado de una manera increíble y ese dolor fue la puerta que bloqueo todo tipo de emociones románticas, eso hasta que Kyuhyun llegó para descontrolar su perfecto mundo planeado.
No se quejaba ahora de cómo había cambiado el asunto, de ser así estaba bien que todo fuera como estaba ahora, Min era feliz, tanto que a pesar de estar nervioso no podía esperar al momento de verlo otra vez.
─ Hemos llegado al aeropuerto—escuchó la voz del conductor mientras el taxi se detenía
─ Gracias
Canceló el servicio y se dirigió al vagón donde Kyuhyun le había dicho que saldrían, en realidad había llegado con quince minutos de anticipación, aun así quería dar una buena impresión a los padres del castaño.
Los minutos transcurrieron de forma lenta y Min creía que si seguía esperando podría llegar a tener un ataque de nervios, la gente lo miraba con curiosidad, debía mostrar una imagen extraña porque parecía estar llamando la atención. Los pasajeros comenzaron a salir y Min debido a su baja estatura tenía que empinarse entre la multitud para ver a la gente, los nervios fueron reemplazados por ansiedad, necesitaba verlo, realmente lo había extrañado demasiado.
Cuando pudo observarlo como le fue posible se hizo campo entre las personas hasta llegar frente a él, no se contuvo en lanzarse a sus brazos, rodeo la cintura del castaño con sus piernas mientras le daba un beso profundo.
Kyuhyun parecía contento con su efusiva bienvenida, aun sin importarle que estaban en medio de un lugar público le correspondió de inmediato.
─ Vaya Min, también te extrañe demasiado
─ No vuelvas a dejarme solo, los días me parecieron eternos
─ ¡Pero que pareja tan dulce!—exclamó Ahra con emoción—ya sabía yo que ustedes no serían una relación pasajera—Sungmin se sonrojó recordando que el castaño no venía solo, cuando intento deshacer el abrazo Kyuhyun se lo impidió sosteniendo sus muslos con fuerza