capitulo tres

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Camila

Abrí los ojos, dandome cuenta que no estaba en mi casa en mi propia cama con la televisión encendida.
Estaba en una cama un poco más grande que la mía, a pesar de la calefacción, hacia demasiado frío. Me puse unas pantuflas cortesía del hotel, y fui directo al baño. Me urgía un baño caliente para relajar mis músculos tensos y entrar en calor.
Mire en el baño, ya no quedaba toallas limpias.

-Nunca me imaginé ver a la mismísima Camila Cabello en pijama y andar así por todo un hotel de prestigio.-Dinah se colocó a mi lado, extendiendo una tarjeta a la recepcionista.-La pareja de la 765 piden servicio a la habitación desde hace media hora.
Dinah giro su cuerpo hacia a mí y levantó una ceja.
-Estoy de vacaciones.-me encogí de hombros.-y ya no tengo toallas limpias.
-Te veo al rato.-se despidió dejando un beso en mi mejilla y corrió con sus botines de tacón hacia el elevador.
La señorita me entrego un par de toallas.
Al pasar junto a un cuerpo, sentí el aroma del tabaco que probablemente ya se habría impregnado en mi ropa.
Me di la vuelta encarando a la persona. Era Lauren.
la morena vestía una sudadera gris que decía Kiss en letras grandes y un pantalón negro.
Tenía la vista fija hacia arriba en el techo, sonreí.
Hace muchos años, yo le había dado la idea a Dinah que pintara imágenes en el techo, para que cualquier persona que estuviera aburrida pudiera apreciarlo
-Fumar mata.-murmuré.
Bajo la mirada.
-Cada quien tiene un vicio.-Sonrió.
Llevo el cigarrillo hacia sus labios, y ese simple hecho me hizo sentir un cosquilleo en el estómago.
Aparte la mirada de sus labios, sus ojos brillaron con malicia y coquetería.
-¿Aburrida?-Pregunte.
-De hecho esto muy animada.-dio un paso hacia el frente.
Intenté no intimidarme.
Soltó el aire poco a poco, el olor a tabaco golpeó mi nariz haciendo fruncir mi boca en disgusto.
-Estoy viendo en que lugar quedaría perfecto de fondo, para una fotografía.
-Suerte.-le di la espalda para comenzar a caminar.
-Por cierto, esa pijama rosa te asienta muy bien.
La escuche reír.

Lauren

Me lance hacia la enorme cama de la suite. Lucy estaba en el sofá revisando las fotografías que había tomado en el camino del día anterior.
-¿crees que no me di cuenta que le tomaste fotos en el avión a Camila?
Solté una risa, fui atrapada como un niño cuando roba su primer caramelo.
-No sabía de quien se trataba.-lleve mis manos al rostro, restregandomelo.-La ví en la mañana.
-¿Y?
-Dijo que me moriría.-reí.-Me encontró fumando.
-Deberías dejar eso.
Torci los ojos.
-Lauren.
La seriedad en que lo dijo me preocupo.
-¿Si sabes que tus padres están invitados a la boda? ¿no?
Fue como si un gran peso cayera en mi estómago.
-¿Quien te dijo?-Me puse de pie enseguida.
-Me encontré con Allyson, estaba haciendo las invitaciones en su iPad, y me dió curiosidad, pedí la lista de invitados...-suspiro.-y están tus padres.
-No los veo desde hace meses...Cuando...
-Cuando ocurrió lo de la revista.

Estaba en una reunión muy importante para mi carrera, era la primera vez que Vogue quería contratarme, cuando de pronto mi padre inrumpio en la oficina lanzando una revista al centro de la mesa.
Todos los presentes se sobresaltaron de tal llegada teatral.
Abrí los ojos como plato, y mire a mi padre pidiendo una explicación silenciosa.
El primer valiente, estiro su mano hacia la revista. Era una revista cualquiera, de cotilleo.
Pero en la portada estaba mi fotografía, besando una modelo.
Cerré los ojos con fuerza, esto debía ser una broma. Pero definitivamente no lo era.
-No te quiero volver a ver.-gruño con los dientes apretados.
Cuando se hubo ido, la sala estaba en absoluto silencio, con mi respiración agitada escuchándose por todo el lugar.

Lucy acarició mi brazo reconfortandome. No me había dado cuenta en qué momento se puso de pie y llegó hasta a mi.
Mi madre una vez a la semana me llamaba, pero manteniamos conversaciones tensas en el teléfono.
-No podía evitar a mi padre toda la vida, ¿o si?
El celular de Lucy sonó, mía liga me sonrió en disculpa, debía contestar.
Tomo el celular entre sus manos con una sonrisa.
-Anda contesta, se que es Sarah.

Lucy no se dió cuenta en qué momento salí de la suite . Yendo hacia la de Dinah.
Golpeé un par de veces, hasta que Robert apareció del otro lado de la habitación. Con una toalla sobre su hombro, tenía el cabello húmedo, con las gotas resbalandose por su mandíbula.
-Necesito hablar con Dinah.-Dije, haciendo un énfasis en la palabra "Necesito".
Se sonrojo.
-Se está bañando. ¿Me das cinco minutos?
Asentí con la cabeza. Volvió a cerrar la puerta.
Recargue mi espalda en la pared, cruzándome de brazos.
Despues de unos largos minutos, que no fueron cinco. Salió Robert, me dejó la puerta abierta.
Entre a su suite, la televisión estaba encendida en un documental de la vida salvaje. La chica rubia, estaba en la cama con un mini shorth. Esparciendo con sus manos la crema para sus largas y esbeltas piernas.
-Hey Lau.-desvío la mirada de la televisión para regalarme una sonrisa, que está vez no correspondí.
Y eso la alertó.
-No me dijiste que invitaste a los Jauregui.
Cruzó sus piernas, poniendo su expresión seria.
-Es tu familia Lauren.
-Ya no me consideran como tal.-gruñi.-Debiste a verme avisado.
Alce una décima mi voz tomándola de sorpresa. Frunció el ceño, se deslizó de la cama para ponerse de pie.
-Sabes cómo esta mi situación con ellos.
Ya era tarde. Las lágrimas comenzaron a salir.
-Lau.
Alargo una mano, me aparte enseguida.
-Estoy dolida que no me hayas dicho nada. Y no lo ibas hacer, para que no faltará a tu boda.
-¿Ibas a faltar a la boda de tu mejor amiga por eso?-Se cruzó de brazos.-Eso me hace pensar, ¿Que clase de amigas tengo?
Eso dolió, y demasiado. Fue como golpear mi pecho con un bate de beisbol. Me quedé sin aire, no tenía palabras en la boca. Pero estaba tan dolida, que no pensaba en lo que decía.
-Se acabo Dinah. Me largo mañana.
Abrió los labios sorprendida, su rostro comenzó a bañarse en lágrimas.
Me di la vuelta y cerré la puerta de un porrazo.

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