capitulo veinte

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Camila

-¿Crees que esté bien este color para el cuarto de visitas?-mamá veía cortinas .
No se decidía entre el melocotón o rosa pálido.
Me estaba comenzando a exasperar, había aceptado acompañarla para hacer las paces, pero no se atrevía a dirigirle la palabra a Lauren.

También el hecho que ella no soltaba el celular y se mensajeaba con sepa dios, no me tranquilizaba. Trate de pensar que se trataba de lucy.
-Karla, te estoy hablando.
Me encontré con los ojos de Lauren , estaba sorprendida por la forma en que me llamó mi madre.
Una sonrisa juguetona apareció en sus labios.
Un poco más aliviada , me dirigí a mi mamá.
-Melocotón.
-Karla...me gusta.-comento cuando pase a su lado, no aparto los ojos del celular pero esa sonrisa seguía .
-Calla.

Mis manos jugaban con unas velas aromáticas, cuando llamaban mi atención me las llevaba a la nariz.
-¿Quieres una cielo?
Me sobresalte con la voz de Lauren.
Mire sus manos vacías, alce una ceja sorprendida que por fin se hubiera despegado del aparato.
Tome el cristal entre mis manos, llevándolo a su nariz.
-¿Te gusta?
Cerro los ojos inhalando el aroma de vainilla.
-me gusta.
Pase de largo a Lauren con el frasco de cristal entre mis manos.
-Cami, hablaba con Lucy del ...
Gire sobre mis talones con una sonrisa tranquilizadora.
-No tienes porque darme explicaciones Lau, entiendo.
-No tengo, pero quiero.-su mano rodeó mi muñeca con suavidad deteniendome.
Mis ojos viajaron a este acto, ella estaba perdida en mi piel, deslizando los dedos de abajo hacia arriba una y otra vez.
-Eres muy...suave. Es increíble que me dé cuenta hasta ahora.
Me acerqué a su mejilla dejando con delicadeza un beso.
Un gruñido nos hizo girar el rostro a la misma dirección, mi madre con el rostro contraído, nos lanzo miradas de advertencia. Entonces sentí como Lauren se iba alejando de mí, soltando mi muñeca.

-Madre, será mejor que le avises al chófer que venga por tí. Lauren y yo nos iremos al cine. -sonreí con esa sonrisa diplomática que me enseñó la misma mujer que tenía frente a mi en versión más vieja.
-No hemos terminado Karla.
Me encogí de hombros.
-¿De que sirve mi opinión? Sí siempre haces lo que mejor te convenga.
Deje la vela en su lugar.
-vamos cielo, luego regresamos por ella.
Lauren sonrió, hacía tanto tiempo que no veía esa sonrisa.

Salimos de la tienda departamental como dos niñas que habían hecho un desastre, riéndonos entre nosotras.
-¿Viste su rostro?-le pregunte a Lauren.
-Claro que lo vi, "Karla".
Hice una mueca en clara señal de que no me gustaba que me dijeran así.
Lauren hizo un puño mi blusa, atrayendome a sus brazos.
-Estamos en un lugar público, ¿No le importa señora fotografa?-murmure pérdida en sus labios demasiado cerca.
-lo que más he querido hacer desde hace rato, es esto... así que no me interesa.
Pegó sus labios a los míos con un suave beso, creí que lo haría con rudeza. Pero fue demasiado suave.
Su mano fue soltando mi ropa para rodear mi cintura con su brazo y apretarme a ella .
Fue abriendo sus labios dándome paso. Me encantaba cuando Lauren me dejaba el control aunque fuera un pequeño momento.
Delinee su labio, jugando en la entrada de su boca. Gimió en frustración de mi juego absurdo, reí frustrando más a mi chica.

Me separe de ella jadeando. Tenía el ceño fruncido.
-Cielo, estamos en un centro comercial.
-ohh...

Lauren caminaba a mi lado sin agarrarnos de las manos, con estas golpeándose al caminar deseosas de unirse.
Al llegar al cine, Lauren compro los boletos de la función más próxima.
Mientras yo veía las chucherías que comeríamos.

-Mantequilla.-lauren se colocó detrás de mí, envolviendo mi cintura con sus brazos.
-Acarameladas.-hice un mohin con mi labio.
-Damas, se puede que sea la mitad de mantequilla y la otra acaramelada.-nos interrumpió el muchacho.
-vale.-alce las manos al aire.-pero quiero nachos extra grandes.
-¿Donde entra toda esa comida, señorita cabello?-me pico el estómago.
Me encogí de hombros.

Fue un día tan gratificante, que me sentía en el paraíso con Lauren.
Había pasado todo el día con ella.
Desbordando amor, envolviendo todo el tiempo entre sus brazos. O llenando mi rostro de besos.
Y lo mejor fue, que cuando llegamos a mi casa. No se detuvo.
Atacó mis labios en la entrada de mi casa, mientras yo metía la llave a la cerradura como una chiquilla en sus quince años que lleva por primera vez a su pareja para enrollarse.
-Vamos Mila, apúrate.
La puerta ni cedía ante la llave. Y yo estaba comenzando a frustrarme de no poder entrar.
Cuando está logro abrirse un "Aleluya" se escapó involuntariamente de mis labios.
Haciendo que la ojiverde riera.
La chica no tardó en subirme a su cintura y conmigo encima, subir las escaleras hacia nuestra habitación.
-Camila, detente.-escuche la voz de mamá en algún lugar de la casa.
Lauren estaba por separar sus labios de mi, antes de eso tome su rostro con mis dos manos.
-Vamos Lauren, tardas mucho.
Y con una última risa, siguió el camino hacia nuestro destino.

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