capitulo diesinueve

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Camila

Baje furica las escaleras, maldita Lauren. Y su poder de hacerme sentir tan diminuta fácilmente.
Nunca aprendía la lección y me enamoraba de las personas que no eran capaces de amar.
Yo tenía la leve idea que Lauren en el fondo tendría ese lado tierno que podría salir a flote gracias a mi.
Pero ya veía que no.

Me metí en la oficina de papá, donde habían varios estantes con diversos tipos de libros . Me encantaba la variedad que había.
Tomé el más próximo, y comencé a leer para tranquilizarme.
Siempre había sido mi forma de alejarme del mundo por un breve tiempo.
Golpearon la puerta de la oficina, no tenía ni idea de quién se trataba. Cerré el libro memorizando antes la hoja en la que me quedé.
-Pase.
Papá empujo la puerta y me sonrió con nostalgia.
-Hola kaki.
No. No podía ser.
Esa voz la utilizaba cada vez que yo me sentía mal . Y como en ocasiones anteriores me tomo entre sus brazos y  lloré en su pecho.
Con su mano acariciaba mi cabello en intentos en vano para tranquilizarme.
-¿Discutiste con Lauren?
Asentí energética con la cabeza.
-¿Sabes Kaki? Siempre me imaginé llevándome a mi niña del brazo por la iglesia para entregársela a un muchacho que la valorará.
Mi llanto se intensificó, porque tal vez eso ya no podría cumplirselo, con la pésima suerte que tengo en el amor.
-Pero ahora, pensado las cosas bien. No estaría mal, verte en un vestido de boda mientras te entrego a Lauren. -con su mano me despego de su cuerpo , tomando mi mentón para que lo viera directamente a los ojos.
-Solo quiero tu felicidad Camila, se que Lauren te ama, se ve en sus ojos.-nego con la cabeza por unos segundos.-No como Kenneth.
Lo miré un rato, hasta que mi llanto cesó. Tomo una fuerte bocanada de aire.
-Camila, la vida no es color de rosa.
Pero tú puedes ir pintandola de ese color...Con Lauren .
Fue poniéndose de pie al momento que me dejaba con suavidad en el sofá.

Papá me paso los dedos por mis mejillas limpiando el resto que me quedaba.
-Te amo tanto Papi.
-Ten paciencia con Lauren , Mila.

Aún no quería enfrentar las cosas con Lauren, quería seguir pensando.
Fui a mi escondite que era el mismo desde hace varios años.
Mi mirada estaba en el jardín de mis padres, a lo lejos se veía el centro botánico.
El día estaba muy bello, con el sol brillando tanto.
-Esta bella la vista.-la voz ronca de Lauren hablo, no aparte la mirada de enfrente.
Me perdí en la madera de la casita del árbol que me mandó hacer papá cuando tenía cinco años.
-Lo está Lauren.-susurre.
-Camila...Quiero pedirte una disculpa.
-Olvídalo Lauren, fue culpa de ambas.
Se sentó a mi lado, con su perfume alcanzando me.-Se que te estoy presionando mucho , y lo lamento.
-No quiero dejarte ir.-Susurro.-Pero nos estamos destruyendo.
-¿Sabes Lauren? Mi padre me hizo entender que "La vie en rose" no es rosa.
Pero nosotras podemos pintarla de ese color Lauren, por muy negra  que se ponga. No se, si quieras intentarlo conmigo.
Suspiro.
Busque sus ojos verdes que dejaron de mirar al frente.
Bajo sus ojos hacia mis labios.
-Creo que te voy arruinar.
-Quiero correr el riesgo.
Con un suspiro desgarrador tomo mi mano con la suya temblando.

A pesar de la reconciliación en mi lugar sagrado que era la casa del árbol, las cosas seguían tensas y en todo el día no la he podido besar ni tocar.
Tampoco era algo que me urgía por hacer.
Entre a mi habitación, más bien nuestra.
Estaba sentada sobre la cama, con una camisa llegando hasta sus muslos, sin nada más.
El cabello húmedo sobre sus hombros mojando la tela.
En su mano sostenía el bote de crema para cabello.
-¿Puedo?-Pregunte señalando el bote.
-Claro.
Me senté detrás de ella, coloco una pequeña cantidad sobre la palma de mi mano que la esparcí con la otra.
Con suaves movimientos le di un leve masaje a su cuero cabelludo.
-Mañana saldré con mi mamá para hacer "compras", no se si quieras venir.
Gimió frustrada.
-Puede que después de las compras, vayamos tu y yo al cine. Ahora que lo pienso no hemos tenido una cita normal.
-Camila...Tu y yo no somos una pareja normal.
Mis manos se detuvieron unos segundos y aún que me dolía el corazón, trate que mi voz sonara normal.
-Pues no hemos tenido una salida Lauren. Deberíamos tenerla.
-De acuerdo, si eso te hace feliz.

La ví dormirse, que dicha de aquellas personas que podían concebir el sueño a esta hora, ya que hay desdichados como en mi caso que nos atormentan los pensamientos y no nos dejan descansar.
A través de mi balcon mire la luna que brilla opaca mente.
Era estúpido pensar que me reflejaba en la luna.
Cansada por no poder dormir, cerré las puertas y comencé a ir hacia la cama de donde el otro lado estaba Lauren con una pierna sobre una almohada.
No importaba cuanto debía de luchar para que esa chica pudiera ser completamente para mi. Y aún así, cuando ella me diga que no puede más. Daré el triple de mí para que sea suficiente para ambas.
Con ese pensamiento decidí cubrirme con la sábana y cerrar los ojos para despertar al dia siguiente con la morena a mi lado y con su calor cubriendome.

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