Castillos de arena

Nuevo destino

Otra vez esta sensación de dolor en el pecho... Pensé que ya habría desaparecido, pero estaba equivocada. Miro a mi alrededor y no veo nada, solo estamos el y yo frente a frente y me pregunta con una sonrisa:

- Porque me dejaste ir? Porque me dejaste ir? Porque me dejaste ir?

¿Porque?- es un susurro, pero siento como si me estuviera gritando al oído con fuerza.

-No... No se, lo siento, lo siento mucho, fue mi culpa, pe..perdoname por favor.- mi voz suena ridícula, y tengo que aguantar las ganas de sollozar que me provoca esta situación. Tiene razón, yo soy la única culpable, y me tenia que haber ido yo... no el, no el...

- Te echó de menos, todos los días, cada minuto me acuerdo de ti, solo deseo pedirte perdón, y que las cosas fueran diferentes.- le miro, pero ya ha desaparecido, y yo ahora estoy sola.

Me despierto entre sudores y temblando, hace mucho que no soñaba con el...Miro al techo y después al reloj, las 8:30, todavía tengo un par de horas por delante, pero conociendo a mi madre querrá llegar un poco antes a la estación así que debería ir guardando algunas cosas mas en las maletas. Me levanto de la cama y empiezo a guardar las ultimas cosas en la maleta, menos mal que ayer ya termine con la ropa y la mayoría de las cosas, si no hoy estaría volviéndome loca.
Cuando ayer les conté a mis amigos y a Jack que me iba creo que por unos minutos hicieron el paripé, y fingían que les importaba mi marcha; me dijeron que vendrían a visitarme en las vacaciones y que teniamos que seguir en contacto, pero yo se que eso solo durara unas semanas. Jack me llamo a la noche diciéndome que ahora que pasaba con lo nuestro, y yo simplemente le dije que no quería seguir con esto. Creo que estas palabras se las tenia que haber dicho hace meses, pero no queria crear mal rollo en el grupo, y siendo egoísta ( lo se es muy egoísta) me distraía durante algunos minutos... Se perfectamente que el no estaba locamente enamorado de mi, por eso también decidí seguir con todo esto, porque sabía que el día que se acabaría todo ni el ni yo sufririamos en absoluto.
Ya casi es la hora y mi madre y yo estamos en la estación con todas nuestras maletas; tengo que admitir que tengo un poco de miedo a todos estos cambios pero no pienso abandonar ahora. Nos subimos al tren y en apenas unas horas llegamos a la nueva ciudad. Hace menos frío, y solo hace un poco de viento, pero es agradable.

Cogemos un taxi y nos dirigimos a nuestra nueva casa, que esta apenas a unos minutos de la estación. En el trayecto he pasado los minutos mirando a mi madre, y en el parecido que tenemos las dos: un pelo rubio ceniza, un nariz pequeña, labios rosados de un tamaño normal... En lo único que no nos parecemos es en los ojos y en la altura; ella tiene unos ojos marrón chocolate preciosos y a diferencia de mi es muy alta, yo en cambio tengo los ojos de el, de un gris fuerte y no soy tan alta, aunque tampoco muy bajita. Cuando llegamos a casa todo esta impecable, la casa esta bastante bien; es luminosa y de madera, muy acogedora.

- Cariño tu cuarto es el de la izquierda, no es muy grande pero tiene baño propio, espero que te guste.- dice mi madre con una sonrisa en los labio. Meto mis maletas en mi nueva habitación y decido ir al baño para ver que aspecto tengo; todavía queda un poco de lápiz negro en los ojos y estoy cómoda con los vaqueros azules que he decidido ponerme esta mañana. Me hago una coleta dejando al aire mis muchos pendientes de aro que me cuelgan por las orejas; me gustan, aunque mi madre diga que son horribles.

Salgo de mi cuarto y voy a ayudarle a mi madre ha llevar todas las cosas que están fuera, pero ella me dice :
-Lib tranquila, no creo que me cueste mucho meter todo; porque no te vas a dar una vuelta y conoces un poco la zona?. Pienso que es buena idea, para ver que tipo de entretenimientos hay por aquí, así no tendré que pasar horas en casa sin hacer nada. Me pongo los auriculares y salgo a la calle; mientras doy un paseo veo una tienda de musica asi que decido entrar. La tienda no es muy grande pero esta abarrotada de discos, todo ordenado por géneros. Pop, rock... Yo solo intento buscar la de ska,  aunque también me gustan otros grupos como oasis o algo de punk creo que nadie superara nunca a mi genero favorito. Veo que los precios son muy baratos, así que cojo un par de cds y voy a pagarlos. El dependiente es un señor mayor con bigote, con una sonrisa agradable; pago y salgo de la tienda.
Derrepente abren la puerta y me choco con algo y caigo al suelo.

-Mierdaa que coño te pasa?-digo gritando, pero cuando miro arriba me encuentro a un chico mirándome fijamente a los ojos y que se le escapa una pequeña sonrisa.

- Perdona, no sabia que mi fuerza podía tirar a alguien con tan mal humor. - dice el desconocido ayudándome a levantar.

- Yo no tengo mal humor, solamente le enseño mi mejor cara a quien la merezca.- que se cree este para decirme que tengo mal humor, puedo que lo tenga pero eso no se le dice a un desconocido.

- Bueno, soy buena gente así que me encantaría ver tu mejor cara.- me mira de arriba abajo y después a los cds.

- Te gusta el ska?. Parece sorprendido.

-Si, lo escucho desde hace bastante, porque lo preguntas?

-No se, no conozco a mucha gente que le guste, pero mola.

- Bueno princesa guerrera a sido un placer conocerte, nos ve....

Antes de que acaba la frase salgo de la tienda y cojo el camino a casa; no se que acaba de pasar, pero que se cree ese chico? Princesa guerrera? Dudo que alguna princesa sea como yo, sea como sea tengo ganas de meterme a la cama y descansar, mañana va a ser un día duro, empiezo el instituto....