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Alex

Cada vez que recibo una carta de Lib una sonrisa tonta se me dibuja en la cara. Me cuenta lo que esta haciendo en la universidad, y siento una gran felicidad al ver que esta contenta.

Parece que fue ayer mismo cuando nuestros labios de unieron por primera vez, cuando la sentí y mi corazón latía mas que nunca.

La relación empezó viento en popa, y parecía que navegaríamos en ese mar de felicidad que nos envolvía. Pero sabia que tarde o temprano tendríamos que tomar caminos distintos; los dos teníamos fantasmas del pasado que nos seguían atormentando y antes que hacernos daño el uno al otro decidimos dejarlo, porque ninguno de los dos soportaríamos que alguien sufriera.

No me voy a engañar a mi mismo, la sigo queriendo, la echo de menos y todos los días pienso en ella; pero al igual que ella tengo que avanzar en cierta manera para no quedarme estancado.

Castillos de arenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora