Estaba nervioso. El profesor Gunther estaba emparejando a mis compañeros de salón y yo no podía hacer nada mas que estar nervioso.
¿Ya mencioné que soy tímido? ¿Sí? Pues lo repetiré hasta que te canses.
Soy-muy-tímido.
Simplemente esperaba el momento en el que el profesor dijera mi nombre junto con el de algunos de mi compañeros para dejar de mover mi pie constantemente y dejar de morder el borrador del lápiz.
— Tomy... El joven Antonio...— todos lanzaron un bufido mirando mal al pobre Antonio.
“Y élquehizo?”-me pregunté mientras veía que Antonio se sentaba a mi lado.
—Vaya...nocreíquemepusieranconelmejordelaclase— mencionó riéndose mientras abría su libreta.
—¿A quéterefieres?— pregunté imitando su acción.
—¿Acaso nosabes? Ereselmejorde la clase ycadavezquehayuntrabajogrupaltodossematanporestarcontigo, admitoqueestoyenesegrupo.— lo miré con asombro ya que desconocía totalmente de esa información.
No dije nada más y me dispuse a trabajar junto a él mientras le hacía unas correcciones y el me daba sugerencias.
La clase acabó rápidamente y mi corazón se disparó ya que era salida.
Me paré rápidamente y me excuse diciendo que tenia que cuidar al gato–el que no tengo– y salí disparado del salón. Caminaba rápidamente para llegar a mi edificio ya que quería ver que otra flor había. Tal vez lo diga tarde pero soy un amante de las flores y la verdad que me estén regalando flores preciosas me va de maravilla.
Llegué a mi edificio y entre al lobby viendo al gato de la señora Poms merodear en el área y jugar con un florero de plástico.
Agarré al gato, es cual era peludito y muy manejable y entre al ascensor que estaba abierto. Esperé algo impaciente mientras hablaba con el gato de lo nervioso que estaba y este simplemente se me quedaba mirando. Al final si quede con un gato...
El ascensor se detuvo, las puertas se abrieron y salí doblando esta vez a la izquierda, no antes sin mirar atrás comprobando que habían florecillas amarillas frente a mi puerta.
Toqué la puerta de la señora Poms, ella abrió la puerta y cuando vio a su gato su mirada se iluminó.
—¡Señor Chukles! ¡Gato sarnosoytravieso!— exclamó tomando al gato abrazándolo — Milgracias, Tom, cuandonolovipenséenllamaralosbomberos — me reí y negué.
—Graciasminiño, cuandoquierastepasasquehiceunastartaletasyquieroquelaspruebes. Yyadejadellamarleseñoraquenoestoyvieja, acuerdate, Liliathestabien.—Me sonrió y no tuve más opción que aceptar riendo.
Me despedí y caminé rápidamente a mi puerta. Frente a esta había como una agrupación de florecillas chiquitas que salían de un mismo tallo. Lo agarré sonriendo ya que eran muy preciosas y despegue la nota que tenía plasmado mi nombre esta vez en un rojo muy marcado.
"¿Envidiaaesaspersonasquemehablan? ¿SereferíaaAntonio? Unmomento..." -me quedé pensando un poco y a los segundos abrí mis ojos con una sonrisa en mi cara.-"Osea... Queeseanónimoestaenmiclase..."
Tenía una pista, pista que atesoraría.
“Muy prontotedescubrirémianónimo..."-pensé entrando a mi departamento dejando el jacinto en su respectivo florero.
Esto era emocionante.
JacintoAmarillo: Envidia
Tom.
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