Capítulo 7

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  En realidad, no había querido creer que de verdad su padre lo forzaría a casarse. Y tampoco quería confesarle que había estado buscando algo... algo que aún no podía explicar. Pero fuera lo que fuera no lo había encontrado.
–He esperado porque aún no te conocía –dijo, sonriendo.
_____ sacudió la cabeza, con gesto enfadado.
–Creo que en lugar del "Príncipe Playboy", la prensa debería llamarte el "Príncipe Cuentista".
Él la miró, sorprendido. No recordaba que ninguna otra mujer le hubiese tratado de forma tan irreverente.
–¿Y tus sueños, James? –le preguntó luego–. ¿Cuáles son?
–Quiero ser un rey justo. Sueño con la paz y la prosperidad de mi país.
Los ojos de color caramelo se iluminaron.
–Esos son los sueños de un rey. ¿Cuáles son tus sueños y tus esperanzas como hombre?
James arrugó el ceño. ¿Sueños?
–No lo sé –contestó por fin–. No sé si tengo alguno.
____ asintió, como si esa respuesta no la sorprendiese.
–Además de que no nos queremos, somos demasiado diferentes el uno del otro como para que nuestro matrimonio pudiese funcionar. Yo no podría casarme con un hombre que no tuviera sueños y ésa es una de las razones por las que nunca me casaré contigo.
–Hay muchos matrimonios en los que el marido y la mujer son muy diferentes. El amor no es lo más importante en una relación –protestó James.
–Dime alguno –le exigió _____.
James tuvo que sonreír. El brillo airado de sus ojos y el reto que había en su tono de voz le resultaban irresistibles.
–Mis propios padres son un buen ejemplo. El suyo fue un matrimonio arreglado por razones políticas y llevan juntos más de treinta años. Cada uno tiene sus propios intereses, sus propias responsabilidades, sus propios amigos... y siempre les ha ido bien.
____ abrió la boca para decir algo, pero James no la dejó.
–¿Bailamos?
Sin esperar respuesta, tomó su mano y la llevó hacia la pista de baile.
–Y también Victor y Sara Thornton –siguió James, mientras la tomaba por la cintura.
Era perfecta, pensó, su dulce fragancia embriagando sus sentidos. Ninguna mujer lo había atraído como ella. _____ no era la más guapa que había conocido nunca, pero algo en ella lo atraía como no lo había hecho ninguna otra.
–Estabas hablándome de los Thornton –dijo _____, interrumpiendo sus pensamientos.
–Ah, sí. Él es el Gran Duque de Thortonburg y se casó con Sara hace años por sentido del deber más que por amor. Te los presentaría, pero se marcharon bruscamente ayer... hay rumores de problemas en Thortonburg. En fin, esos dos matrimonios han funcionado.
–Pero yo no quiero un matrimonio que funcione, quiero el matrimonio que tuvieron mis padres –replicó ella.
En sus ojos había un brillo de ternura y James la estrechó con más fuerza, deseando ser él quien evocase esa mirada.
–¿Fueron felices? –le preguntó.
–Más que felices. Eran algo más que marido y mujer. Eran amigos, amantes y estaban completamente dedicados el uno al otro. De verdad eran almas gemelas.
–¿Y ése es tu sueño?
_____ asintió, con los ojos brillantes.
–Quiero que mi marido sea mi amante, mi compañero, quien me guarde los sueños. Y mi consuelo cuando esos sueños no se hagan realidad. Quiero que mis hijos crezcan felices viendo el amor y el respeto que sus padres sienten el uno por el otro –al decir eso se puso colorada–. En fin, bueno, creo que estoy hablando demasiado.
–No te disculpes –dijo él.
Siguieron bailando sin hablar. James la apretaba contra su pecho, preguntándose cómo era posible que hubiera empezado la noche sin sueños y que ahora, de repente, los sueños de _____ fueran los suyos.
–Cuéntame más cosas sobre tus padres –dijo James más tarde, cuando salieron a la terraza para respirar un poco de aire fresco.
____ sonrió, recordando.
–Cada aniversario, mi padre le compraba a mi madre un regalo... un recuerdo de otro país. Un año era un paquete de té ruso, el siguiente una campanita de Holanda.
–Mi madre siempre recibe un diamante en su aniversario –dijo James, encogiéndose de hombros.
____ sonrió, intentando no pensar en lo guapo que estaba con el esmoquin.
–Mi padre no podía comprarle diamantes, pero le había prometido el mundo entero y cada año le daba un recuerdo de algún sitio lejano.
–¿En qué trabajaban tus padres?
_____ se sentó en uno de los bancos de hierro forjado que adornaban la terraza y James se sentó a su lado, sus piernas rozándose.
–Mi padre era mecánico y mi madre, profesora. Se conocieron cuando ella llevó su coche al taller y tres meses después estaban casados. Y el amor que sentían el uno por el otro llenó nuestra casa todos los días de su vida.  

La proposición del príncipe ♥ (James Maslow) [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora