Una semana había pasado ya desde el incidente en el baño, la noticia ya estaba en todos los medios de comunicación.
Gracias a eso, el instituto se ha hecho muy conocido y todos los estudiantes quieren ir a la secundaria donde Barbara Palvin estuvo, sí, estuvo, porque gracias a Jane Thompson que se dedicó a ir de radio en radio comunicando la estancia de la modelo en su escuela, ella tuvo que dejar la institución.
Barbara's POV.
— Sí, dentro de dos días regresaremos a Nueva York para continuar con la promoción que dejamos a medias. - miro a Candice hablar por teléfono mientras hago el amago de coger el mando para poder encender el televisor.
— Estoy que no paro, quiero matar a esa loca, nunca me cayó bien. - se echa en el sofá revoleando el móvil a cualquier lado.
Suelto una pequeña risita.— Dímelo a mí, mis redes sociales van a explotar. - suspiro mientras miro a un punto fijo en la pared color beige.
— La vamos a demandar, ya he hablado con la compañía. - me mira esperando mi respuesta ansiosamente.
— Eres una exagerada, no hace falta llegar a ese punto, Candy. - la miro.
— Hay una cosa que no sabes, ¿recuerdas la rata que recibiste en la puerta? - asiento.— La envió Jane.
— ¿Cómo estás tan segura? - ruedo los ojos mientras estiro mis piernas.
— Adrien la ayudó sin saber que la víctima ibas a ser tú. - bufa mientras me mira molesta.— No me puedo creer que vayas a defenderla a ella sabiendo todo lo que te ha hecho.
— ¿Mi Adri? - abro los ojos.— Por eso lo encontré en mi jardín. - murmuro para mí misma.
— Sí, tu Adri. - ella rueda los ojos.— Pero él no tiene la culpa. ¿Me crees ahora o quieres que te cuente más sobre la alocada vida de tu supuesta amiga?
Se cruza de brazos y me mira demandante. Niego.
— Déjalo, sigue con lo que ibas a hacer, no quiero ni pensar en ella, creí que era mi amiga. - inclino la cabeza hacia un lado.
Candice intenta decir algo pero el timbre la interrumpe. Se queja entre dientes y antes de levantarse, me mira y me señala, indicándome que me quede quieta.
Escucho cómo abre la puerta y luego unas ruidosas pisadas.
— ¡Barbara, cariño! - oigo la voz de Marissa gritar por el pasillo.— ¿Te vas de Londres?
Corre a mi lado al verme.
— Sí, no tengo nada más que hacer aquí. - hago una mueca mientras correspondo a su abrazo.
— Te voy a echar de menos, querida. - sonríe apenada.— Ian me ha dicho que quiere hablar contigo.
— ¿Eso ha dicho? - frunzo el ceño confundida.
Ella asiente.— Ve a mi casa, está en el patio. - me entrega unas llaves.— Con ésta puedes abrir la puerta de fuera.
— Vengo en un rato, gracias Marissa. - sonrío sinceramente.
Salgo a paso apresurado de mi casa y los flashes de las cámaras ciegan mi vista. Como puedo, me abro camino entre los dichosos reporteros y llego a la entrada de la casa de Ian, aún rodeada por ellos.
— ¿¡Qué opinas de que tu amiga te haya delatado!? - grita uno.
Suspiro y cuando consigo meter la llave en la cerradura, rápidamente la abro y la cierro al estar dentro.
Respiro hondo y busco al chico tonto que me atrae. Sólo eso.
— ¡Idiota! - grito al verlo sentado de espaldas efectivamente donde su madre me había dicho.
— ¿Qué haces tú aquí? - se gira y me mira desconcertado.
— ¿No querías hablar conmigo? - me acerco y me siento en la silla que está a su lado.
— Ah, sí, supongo. - vuelve su vista al frente.— Tienes mucho que contarme, ¿no crees, Barbara?
Me dedica una irónica mirada.
— Sabes que no podía decírtelo, además, ¿qué te importa? De todos modos no es como si te interesara. - río nerviosamente.
De repente, se levanta y me toma de la mano.
— ¿No te das cuenta de que me gustas, tonta? - se agacha a mi altura.
Lo miro con los ojos muy abiertos.
Ya se sabía, esto es muy cliché.
No es buen momento para que hables.
Ian te está hablando, estúpida.
Reacciono y lo miro avergonzada.— ¿Puedes repetir lo que estabas diciendo? No te estaba escuchando, lo siento.
El bufa y termina sonriendo.
— He dicho que me gustas, me atraes, ya sabes, eso. - se vuelve a levantar y se sienta de nuevo a mi lado.— Me dí cuenta ayer, gracioso, ¿verdad?
Ríe.
— Sé que te vas dentro de dos días. - hace una mueca triste.— Pero, quién sabe lo que nos tiene preparado el destino. No hace falta que me correspondas, con que lo sepas está bien.
Abro la boca pero él pone su dedo en mis labios impidiéndomelo.
— Sh... Sólo... Deja que haga una cosa más, ¿está bien? - sus ojos se vuelven llorosos.
Asiento aguantándome las lágrimas. ¿Acaso él me gustaba?
Me concentro de nuevo en él y veo cómo acerca su rostro al mío. Cierro los ojos por los nervios dejando que una lágrima se deslice por mi mejilla y siento cómo une sus labios con los míos.
-
Os dejo un regalito porque os quiero jé.🌚❣️
Me he puesto sentimental ok, dejadme.😳😢😢😂
Sólo digo que se acerca el final.🙄Votad y comentad si os ha gustado.💜
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LA NERD ES ¡MODELO!. - 1 y 2.
FanfictionNo todo aquel que te mira puede conocerte, ni todo el que cree conocerte sabe quién eres.