t w e n t y - t h r e e.

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Barbara's POV.

Bajo del taxi tras haber pagado y busco entre todos los restaurantes mi favorito, Classy and Tasty.

— ¡Enana! - dejo de mirar para todos lados y me centro en el chico de mediana altura que no para de saltar y agitar su mano.

Río y camino hacia él.— ¿Sabes? Me das un poco de vergüenza ajena.

— Pf, nada nuevo. - sonríe y me abre la puerta para que pase al lugar.

— Ala, estás hecho todo un caballero. - ironizo mientras niego divertida con la cabeza.

— Pf, qué te esperabas de mí. - eleva una de sus peludas cejas y ríe.

— Pf, bla bla bla. - lo imito.— No cambias.

Ambos reímos y Adrien se adelanta para guiarme hasta la mesa que está al fondo cerca de la ventana, tal y como a mí me gusta.

— He pedido lo de siempre, si no te gusta, estás a tiempo de cambiarlo. - saca la silla por mí.

— No pasa nada, iba a pedirlo de todos modos. - le agradezco con la mirada y me siento.

— Entonces genial. - sonríe y se sienta enfrente de mí.

Justo en ese momento, el camarero llega con las bebidas.

— Aquarius de lima y limón para la señorita y un Nestea de limón también para el caballero. - le guiña un ojo.

Frunzo el ceño y miro al mesero confundida.

— ¿Le has guiñado el ojo al rubio? - señalo a mi amigo.

— Gracias por ser tan directa, morena. - Adrien me mira asesinamente.

— Pronto estarán los pedidos. - el chico todavía parado delante de la mesa, nos mira nerviosamente y corre para esconderse en la cocina.

— Vaya vaya, veo que sigues iguaaaaaaaaaal que siempre. - alargo la 'a' mientras miro intensamente al chico sentado delante mía.

Se encoge de hombros y vuelve a sonreír.— Ya sabes, lo típico, salí del armario hace ya tiempo.

Empiezo a reírme, no por el hecho de que sea gay, sino por la forma en la que lo ha expresado.

— No te cortas ni un pelo. - niego con la cabeza sonriendo.

Ian's POV.

Estiro mis brazos para desperezarme sin importarme que la gente me mire. Bostezo y sigo con mi paseo por las bulliciosas calles de Londres. Miro hacia mis costados para asegurarme de que ningún coche pase y cruzo el paso de peatones. En estos momentos es cuando me maldigo por no haber traído mi auto, de ser así no tendría que andar.

Ando un poco más y entro al local en el que había quedado con un viejo amigo.

— ¡Eh tú! ¡Mastodonte cejudo! - me doy la vuelta al escuchar el escandaloso grito y me dirijo hacia el rubio de ojos azules que no deja de hacer el ridículo.

— Cuánto tiempo, amigo. - choco mi mano con la suya y me siento en la única silla que hay puesta.

— Sorry amigo, pero vas a tener que buscarte otra, ahí va mi amiga. - sonríe burlonamente.

— ¿Has llamado a una amiga sin decirme nada? - bufo.— Podrías habérmelo dicho, creí que era una comida entre amigos, como en los viejos tiempos.

— Si te decía no ibas a venir. - se encoge de hombros y arrastra una mesa para ponerla junto a las otras dos.— Coge tú la silla, creo que me he quedado sin fuerzas.

LA NERD ES ¡MODELO!. - 1 y 2.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora