◆CATORCE◆

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Habían pasado dos meses realmente increíbles y felices sin ser molestados.
Ya no teníamos a la molesta Denisse ni al idiota de Axel. Los demás no nos hacían nada.

Giselle se juntaba con nosotros, Zayn seguía siendo serio con ella aunque a veces platicaban, muy poco pero lo hacían.

Si, Giselle había cambiado, ya no era la chica grosera y presumida de antes, era mejor así.

Zayn y yo pasabamos mucho tiempo juntos, después de la escuela íbamos a su casa o a la mía a hacer tarea y comer, tenía que obligarlo a hacerlo, seguía con esa idea de estar gordo.

Estabamos en mi habitación, apenas terminamos de hacer la tarea, yo me recosté en mi cama pues estaba cansado, fue un día agotador lleno de exámenes y tareas.
Zayn se subió sobre mi, ninguno hablaba, todo era muy cómodo y bonito. Acariciaba su espalda de arriba hacia abajo suavemente.
Luego me acomodé para estar sentado, él estaba hincado con su cabeza en mi hombro. De repente comenzó a mover su cadera causando que su trasero rozara mi entrepierna.

—Zayn...—traté de hacer que parara pero en vez de eso llevó su boca a mi cuello y succionó sin detener sus movimientos.

Yo ya me sentía muy excitado, mi entrepierna estaba dura y sinceramente no quería parar, no iba a hacerlo.
Alejé a Zayn para poder quitar mi camisa, él se mordió el labio y pasó sus manos por mi abdomen.
Quise quitar su suéter pero no se dejó, estaba muy tenso.

—Es demasiado pronto, lo siento—le dije a lo que negó

—No importa, podemos hacerlo, es solo que... no quiero que me veas, mi cuerpo es horrible, el tuyo es perfecto comparado con el mio

—Estoy seguro que tienes un cuerpo bonito, ya comes más asi que ya no estás en los huesos como antes

—Estoy obeso, Liam—bajó la mirada

—Deja de pensar que estás gordo, eres perfecto justo como eres, me encantas y escuchame bien, jamás dejes que te digan que no lo eres, no creas todo lo que te dicen, Giselle ya se disculpó y aceptó que solo lo hacía por molestar

—Bien pero no te burles

—Jamás lo he hecho y jamás lo haría—le sonreí mostrando cariño y confianza.
Fue subiendo su suéter junto con la camisa lentamente muy nervioso hasta que por fin la quitó y la aventó al suelo. Mi bebé ya no estaba tan delgado como antes, todavía se veían sus huesitos de las costillas y las caderas pero se encontraba mejor.

Me abrazó fuertemente y seguí acariciando su suave espalda.
Fui bajando mis manos hasta su trasero y lo apreté causando que de sus labios saliera un gemidito.
Luego me miró, su respiración ya estaba agitada y sus ojos vidriosos con pupilas dilatadas.
Me besó de una manera sensual, hambrienta y llena de excitación, esta vez él tomó el control del beso, justo como la primera vez que nos besamos.

Sus manos sujetaban mis mejillas, daba pequeños y placenteros saltitos, ambos jadeabamos y gemíamos en nuestras bocas.

Al separarse mordió mi labio, nada pudo excitarme más que eso.

Dirigió sus manos al botón de mi pantalón y lo quitó con desespero, se veía que ya estaba ansioso. Yo también estaba ansioso asi que hice lo mismo, quité su pantalón, zapatos y calcetines quedando completamente desnudos.

Él fue quien me tocó primero, su mano estaba estimulando mi pene, nos dabamos pequeños besos o de vez en cuando succionaba mi cuello marcandome.

Se bajó de mi para sacar algo de su billetera, cuando vi el objeto no pude evitar reír. Era un condón, yo no estaba preparado pero él sí.

Volvió a su pocisión anterior, acercó su boca a mi oído y susurró:

—Soy virgen—y luego mordió mi lobulo—¿Tú lo eres?—me miró

—Si, amor

—Somos nuevos en esto—rompió el paquetito y sacó el condón, lo fue poniendo en mi miembro. Desde un principio supe que me tocaría a mi ser el activo pero quizás más adelante él podría gozar de esa experiencia.

Acto seguido, se volteó dejandome a la vista su trasero, sabía qué hacer, había visto unos cuantos videos para cuando este momento llegara.

Primero me dediqué a besar cada parte de su cuerpo. Me enfocaba más en sus cicatrices de sus piernas y brazos, me dolía verlo tan marcado pero trataba de concentrarme en hacerlo sentir especial y amado.

Ensalivé tres de mis dedos y metí uno con facilidad, Zayn se removió incómodo pero no dijo nada, metí otro para acelerar el proceso.
Me tomó unos minutos prepararlo pero él dijo que estaba listo por lo tanto procedí a acomodarme entre sus piernas.

No puedo explicar lo excelente que era estar dentro, sus gemidos, su piel rozando la mía, el sonido de nuestros cuerpos chocar, nuestras respiraciones agitadas y entrecortadas, su rico aroma masculino. Todo era perfecto para mi.

Me encantaba cuando gemía y pedía por más con su voz un poco aguda o cuando se aferraba a las frazadas, eso me hacía saber que lo estaba haciendo bien.

Luego, se sentó de nuevo sobre mi, montandome. Así podía ver mejor sus gestos y mi boca quedaba a la altura de sus pezones para lamerlos y succionarlos.

—Eres tan hermoso—hablé haciendo que juntara su frente con la mia
Nos mirabamos y besabamos, sus gemidos quedaban ahogados en mi boca.
Dejó salir un gemido más agudo y fuerte corriéndose en mi abdomen sin ser tocado. Yo alzaba la cadera intentando llegar más rápido y así fue, tomé con fuerza su trasero y me corrí dentro del condón.

Se abrazó a mi por unos minutos descansando hasta que su respiración volviera a la normalidad.

Se separó y me dio un dulce beso, se acostó y se quedó viendo el techo, me acosté a su lado abrazándolo sin decir absolutamente nada.

***
Espero que no hayan tantas faltas xd lo escribí en mi celular.

Siempre en mi corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora