Sombras.

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            Cuando las luces se apagan, las sombras salen a jugar. Durante el día permanecen apenas visibles, persiguiéndote por detrás mientras caminas por la vereda, sin poder alcanzarte del todo.

            Cuando la sabana apenas cubre tu cuerpo, ellas ríen a tu alrededor. Porque no importa cuantos años tengas, ellas seguirán jugando mientras duermas.

           Muchos les temen a las sombras, aún cuando ya no son niños. Y así entristecen a esas entidades oscuras, que nos acompañarán toda nuestra vida. Nadie nace sin su sombra, y nunca nadie morirá sin ella.

           Uno no es nada sin su sombra, porque para definir la luz hace falta un poco de oscuridad, un poco de sombra. Si sabes que tu sombra, tu oscuridad, te persigue, sabes que entonces, caminas por la luz.

          No te asustes cuando esta te persiga a donde vayas, asústate cuando estés tan sumido en la oscuridad, que ya no seas capaz de distinguirla.


Epifanía.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora