[ 5 ] ~ Voleibol

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Para cuando quise darme cuenta estaba caminando detrás de él hacia el pabellón. Me iba a arrepentir por eso. Estaba segura.

Entramos y la mirada curiosa de todos los presentes se dirigieron a mi. Ingresé descalza ya que no tenía zapatillas de voleibol y solo iba a observar.

¡Kageyama! ーgritó el enano señalándome con su índice ー ¡El balón que lanzaste le dio en la cara! ¡Discúlpate!

¿¡Disculpa!? ¡Que tu recepción sea horrible no es mi problema!

Ellos realmente estaban apunto de irse a los golpes en ese momento.

¡Oigan! ーme miraron ー Mi cara esta bien, gracias.

Hable con sarcasmo y el resto carcajeó avergonzando a los "amigos".

Uno de los presentes golpeó la cabeza de ambos problemáticos con una expresión en su rostro que causaba pánico a cualquiera.

Acepta mi disculpa por este par. ー sonrióー Soy Chikara Ennoshita. Capitán del equipo.

Su asesina expresión cambió a una completamente dulce hacia mi.

No se preocupe por el incidente, estoy bien. ーdejé mi maldad de lado para salvar a aquellos dos de una muerte segura.ー Mi nombre es Akaashi Ellie, soy de tercer año.

Todos hicieron un ademán hacia el calvo que no me había percatado en ningún momento que estaba ahí. Y sus ojos me seguían comiendo. « ¿Qué le pasaba? »

Si, esta en mi salón.

Respondió sin interés alguno a las miradas.

Akaashi... ーmurmuró un rubio alto de lentesー ¿Tienes algo que ver con Akaashi Keiji?

Es mi hermano.

El signo de pregunta apareció en la cara de todos y me imaginaba el porqué.

¿Her-hermanos? ーretrucóー No me dan los números.

Eso es porque somos mellizos.

Todos saltaron asombrados. Y mi cerebro se activó.

Ah, claro. Ustedes habían jugado algún que otro partido de práctica contra Fukurodani ¿Cierto? Por eso lo conocen.

Asintieron aún perplejos. Era gracioso. Keiji y yo podemos ser hermanos pero es verdad que no tenemos mucho parecido. Mis ojos son un poco más grandes y mi cabello un poco más claro. Pero es común en mellizos no ser clones.

¿Y también juegas?

Preguntó Kageyama sin escrúpulos.

Aquí vamos de nuevo. Ya se me estaba viniendo a la cabeza la idea de grabar mi historia en un disco y repartidlo a los curiosos.

N-no, en verdad es una larga historia y yo solo acepte la invitación de este chico para ver su práctica, en serio no quiero distraerlos más.

Me defendí nerviosa y aparentemente todos captaron mi indirecta muy directa de no querer dar explicaciones.

Todos volvieron a sus posiciones y continuaron con el tema de la recepción. A varios se les parecía complicarse pero se los veía por un buen camino. Por dios, moría por tirarme en el medio de la cancha y mandar ese balón a las nubes.

Me quede sentada contra la pared observando cada movimiento que efectuaban, aunque tengo que admitir que no podía dejar de buscar a Nishinoya con la mirada pero no había rastro alguno del libero y eso tal vez me preocupaba. Un poco.

El entrenador que ingresó al pabellón poco después se acercó a mi lado y me susurró unas palabras que me dejaron altamente sorprendida.

« A mi no me engañas, pero tranquila, tu "secreto" está a salvo conmigo, aunque ¿sabes? Nos sería de gran ayuda tus conocimientos y habilidades »

¿Secreto? ¿Que tan secreto podría ser lo mio? Pero era demasiado notorio que no me gustaba hablar del tema y tal vez de eso me defendía. Y ¿Habilidades? Tal vez se refiera a las que deje morir hace medio año.

¡Muy bien muchachos! Acérquense. ーllamó el entrenador ーYa es hora de irse a casa. Recuerden que dentro de una semana tenemos el campamento de entrenamiento en Saitama. Así que espero se estén esforzando no solo en la cancha sino también en las materias escolares.

Todos asintieron con la conciencia tranquila aunque pude presentir un poco de nervios por parte del dúo dinámico de segundo.

Ellos irán a Saitama, y seguramente jugarán con mi hermano de nuevo. Moría por ir también. Realmente lo estaba necesitando. Desde que llegué aquí no hago otra cosa que echarle leña al fuego del pasado y empezar a torturarme. Y la única persona capaz de neutralizarme es Keiji. Y eso que recién es el día uno. Estoy apunto de colapsar.

(...)

Crucé la puerta del pabellón junto al resto de los chicos y entre en pánico.

¡Ya está oscureciendo! Mi madre va a matarme.

No me había dado cuenta que se había hecho tan tarde.

¿Por qué no le llamas?

Cuestiono obvió el chico pecoso. Creo que era Yamaguchi.

Es que no tengo como. No tengo un celular ni me se su número.

Reí avergonzada. En este siglo era raro que una adolescente no tuviera un teléfono móvil. Tenía mis motivos.

Acabas de mudarte a una nueva ciudad ¿y vas y vienes sola sin un celular por cualquier emergencia?

¿Acaso Kageyama me estaba regañando?

No eres muy inteligente ¿Cierto?

¿Y Tsukishima me estaba juzgando?

¿¡Acaso no están tomando demasiada confianza conmigo?!

Les grité y se echaron a reír.

¿Que ocurre aquí?

Oh rayos. Conocía esa voz.


Volver A Empezar | Haikyū! (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora