[ 29 ] ~ De vuelta a la rutina

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NARRA AKAASHI ELLIE


El reflejo del sol atravesando el ventanal me dio de lleno en el rostro. No quería abrir los ojos. Me negaba a levantarme. ¿Qué es lo que estoy haciendo? ¿De qué huyo? Solo le causo problemas a los demás y aun así me perdonan. ¿Merezco perdón? ¿Valgo la pena? ¿Que gano torturándome de esta manera?

Me senté en la cama tratando de callar mi mente quien parecía no dar tregua. Mire justo el minutero del reloj alcanzando las nueve de la mañana. Será mejor que vaya al hospital y seguramente pase el día ahí.

Baje las escaleras dominadas de un gran silencio. Seguro mi padre y mi hermano seguían durmiendo. Me acerqué al living y la puerta de entrada se abrió dándome un gran susto. Me sorprendí al ver que quienes ingresaban eran Nishinoya y Keiji con bolsas en sus manos.

ー   Buenos días, Ellie.

Saludo un alegre Yuu seguido por mi hermano.

ー  Buenos días, hermana.

Ambos se acercaron a la cocina y dejaron lo que habían traído. Yo los seguí aún sorprendida.

ー   Yuu ¿no fuiste a clases?

Cuestioné preocupada. No quería que por mi culpa se saltara las materias, más sabiendo que se le estaban poniendo difícil.

ー  Si, pero es viernes. No me pierdo de nada nuevo. Por favor ¡No me golpees!

Levantó sus brazos en modo de defensa y yo no había movido un músculo. Él sabía que me enloquecía su falta de responsabilidad, pero después de todo ¿Quién era yo para juzgar? Si al fin y al cabo llevo casi una semana sin ir al instituto y le había pedido que no me deje sola.

« Akaashi, no aprendes mas. »

ー  No te haré nada, tonto ¿Qué traen ahí?

Keiji me miró sonriente y vaciando las bolsas del mercado me respondió.

ー  Lo suficiente para un buen desayuno.

El pan que tenía en su mano derecha olía recién salido del horno. Por dios, era mi debilidad después de los dulces.

ー  Ustedes dos quieren hacerme engordar.

Reproche tratando de que no se me cayera la baba.

 ¿Y qué? ー retrucó Yuu ー Serias igual de hermosa.

La sangre se me subió a la cabeza en ese instante. ¿De donde saca tanta dulzura este chico? Avergonzada y, algo asustada, miré a mi hermano esperando su obvia reacción cuando alguien coquetea conmigo. Pero me ¿decepcione? ¿sorprendí? El nos miraba a ambos sonriente. ¿Debía tomarlo como una aprobación? Me sentí feliz y aliviada.

(...)

Nos encontrábamos en el living terminando el desayuno. Estaba casi lista para salir camino al hospital cuando Keiji me dio una noticia.

ー  Este mañana llamaron del hospital. Hoy le harán los últimos estudios a Mamá, si todo sale bien le darán el alta mañana mismo.

Mi corazón dio un pequeño brinco ante la noticia. Realmente tengo que remarcar que fue uno pequeño. « Por dios ¡Es mi madre! ¿Que soy capaz de cuestionar? »

ー  Que bueno.

Solo me limité a decir con una sonrisa ladina. No quería que mi mente me desafíe de nuevo.

Ellie...  ー  me miró un serio Nishinoya ー  ¿Que le dirás a tu madre cuando la tengas frente tuyo?

Quedé petrificada ante su pregunta. ¿Que se supone que debía contestar? ¿Por que me hacía este tipo de preguntas en un momento así?

ー   No quiero que me respondas. Solo piénsalo.

Agregó y solo me llame al silencio.

Si lo que intentaba era evitar una guerra de neuronas, definitivamente había perdido. Sentí una brutal tacleada. Como cuando en el voleibol no intentas rechazar el balón porque estás convencida de que se va afuera, y termina siendo punto.

Pero el otro lado de la realidad, era que no tenía idea de que le iba a decir.

(...)

Día Lunes. Madrugar para volver a la jornada escolar tal como había prometido. Finalmente le dieron el alta a mi madre y el domingo ya se encontraba descansando en casa. Su salud comenzaba a dar puntos positivos, pero aún así le dieron reposo y licencia laboral de catorce días, bajo total cuidado mío. Lo que significaba terminar las clases y volver inmediatamente a casa. Temporalmente adiós club de voleibol. Tenía que ponerla a ella por delante de todo. Como siempre.

Mi hermano y mi padre regresaron a Tokio el domingo por la noche, casi madrugada del Lunes. Se percataron de que mamá esté cómoda y todo esté en orden en casa. Y Nishinoya se fue a su casa el sábado por la tarde. Recordó que tenía una casa y una familia también, aunque prácticamente lo obligue a irse. Ya había hecho mucho por mi.

Abrí la puerta y emprendí camino al instituto. Tanaka me recibió muy alegre al verme ingresar al salón. Y ni hablar de Kaeshi y Kateno. Lloraron al verme. Los idiotas me habían hecho lloriquear a mi con su emocional bienvenida.

Me sentí perdida toda la clase de Literatura. Habían avanzado bastante en mi ausencia. Esto iba a ser difícil, aunque mi interés era nulo.

El receso se hizo presente y no tuve mejor idea que ir sola al pabellón a colocar la red y dejar todo preparado para el entrenamiento de los chicos más tarde. Supongo que ya que no iba a estar presente, esta era una manera de decir « Aún estoy aquí » 


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Volver A Empezar | Haikyū! (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora