[ 38] ~ Compañeras

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—   Dudo que esa cosa llegue con vida a la universidad.

Mire dudosa a mi amigo quien apenas podía caminar cargando la maqueta del sistema solar.

—    Estoy bien, gracias.

Balbuceó con sarcasmo.

—    No pienso ayudarte.   — me crucé de brazos —   La última vez que lo hice la dejaste caer y me echaste la culpa.

—    ¡Mentirosa! Yo no la deje caer.

Nos quedaba media cuadra más, así que podría decirle que lo había logrado.

—   ¡Buen trabajo!

Palmee fuerte su espalda causando que la maqueta en sus manos se tambaleara. Ambos entramos en pánico, pero solo fue un susto. Esta no cayó.

Dimos un sonoro suspiro y me aleje de él antes de que me mate.

—    Te veo en el gimnasio luego de la feria ¿cierto?

—    Si, no olvides que hoy tenemos el último partido del año.

Me recordó y me perdí por los pasillos de aquel enorme edificio. Según me contó Tooru, el último día de entrenamiento del año se lleva a cabo un partido mixto entre ambos equipos de voleibol que representan la universidad. Este iba a ser el primero para mi, pero me divertía el hecho de poder jugar contra mi amigo.


(...)

Mi salón de clases era un completo desastre. Papeles de colores, guirnaldas, pompones, globos. Todos haciendo manualidades para decorar el gimnasio. La feria se llevaba a cabo ahí y luego del mediodía despejaran la cancha para los partidos de exhibición de los clubes deportivos

Yo estaba encargada de las figuras de papel. Lo que no era buena idea porque soy muy torpe y estoy utilizando tijeras.


—    ¡Es muy guapo!

Susurro casi a gritos una chica sentada a mis espaldas. ¿Acaso Oikawa estaba cerca? Reí para mis adentros pensando en eso. El mocoso era muy popular.

—    Dicen que es uno de los ingresantes del año que viene.

Le siguió otra. ¿Ingresantes? Entonces no se trataba de mi amigo. Tenia entendido que quienes se encontraban haciendo el curso de ingreso iban a estar por aquí el día de hoy. Pare las orejas de pura chusma.

—      Exactamente entrarán seis a nuestro departamento de educación, y oí que uno es más lindo que el otro.

Canturreo una tercera. Solo hablan babosadas. No me llevo mal con ellas, pero no parecían ser personas con las cuales podría compartir algo en común. En sus frentes tenían tatuadas las palabras: fiestas, alcohol, chicos y glamour. En mi caso no tenía nada de eso. Aparte de que envidiaban a muerte que viviera con el crush de sus vidas, aunque no me veían como una enemiga; tenían en claro que era como su hermana menor.

Volver A Empezar | Haikyū! (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora