Quédate a Mi Lado- Dramione

Capítulo 4

Slytherin le llevaba la delantera a gryffindor por 60 puntos y cuando pensamos que nada podía salir peor...

¡Draco Malfoy ha atrapado la snitch!- todos los de su casa festejaron y comenzaron a gritar su nombre, hace bastante que slytherin no le ganaba gryffindor.

Ron no estaba de humor, cuando terminó el partido no habló con nadie y Harry fue uno de los primeros en perderse entre la gente y caminar hacia la sala común.

-Este es sólo el primer partido, habrá más y si entrenamos duro podremos ganar...- Animaba Ginny.

Al contrario mi mente tenía lugar para una sola cosa: Slughorn anunció un examen para la próxima semana, los finales no serían hasta un poco antes de terminar el año, por lo cual faltaba mucho, y como dicho profesor había notado que no a todos se les daba muy bien la última poción enseñada iba a tomar esa prueba con el objetivo de terminar de aclarar dudas.
Pero mi mezcla no estaba ni cerca de ser perfecta y sabía muy bien que no lo solucionaría con solo leer, necesitaba a alguien que me ayude.

Cuando llegue acompañada a la sala común Harry se encontraba sentado y, más que enojo o tristeza, su mirada reflejaba confusión.

-¿Harry? ¿Sucede algo?- Preguntó Ginny.

-Acaba de suceder algo muy extraño.- contestó este.

-Que no hayamos ganado no es algo extraño, fue por Malfoy. Slytherin no jugó limpio, estoy casi seguro.- dijo Ron.

-Eso es exactamente a lo que me refiero.- dijo aún con la mirada en sus pies, sin moverse del sillón. Todos lo miramos y luego comenzó a explicarnos.- aunque Malfoy atrapó la snitch sin trampas, su equipo no jugó de la misma manera, me lo dijo alguien de allí. Y aquí va lo más desconcertante de todo; fue Draco quien lo hizo, él me contó que luego del partido escuchó a algunos jugadores de slytherin hablando sobre la manera en que nos habían ganado y que no les había resultado fácil hacer ciertos hechizos con los profesores mirando cada detalle.

Todos nos quedamos de piedra al oír eso ¿Malfoy diciendo la verdad? Era extraño.

Quizá estaba algo alegre de que la mañana siguiente empiece con la clase del profesor Flitwick, pues encantamientos era una materia en la que me iba muy bien y de verdad me gustaba.

No podía decir lo mismo de mi compañero de banco, quien con cada clase parecía estar más estresado.
Para comenzar, alguien tendría que explicarle que los hechizos no le salían bien porque no agitaba correctamente su varita, y en segundo lugar no se pronunciaban de aquel modo.
Abrí los ojos pensando en que tal vez podría... no. Malfoy no era de fiar, si le pedía que me ayude con pociones me explicaría mal a propósito, pero por otro lado era la única opción que me quedaba para aprobar ya que Harry, Ron y Ginny estaban entrenando día y noche para el próximo partido contra Hufflepuff, no se permitirían perder una vez más. Neville ayudaba a Luna, Seamus a Dean y los demás sabían tanto de la materia como yo.

Salió un humo blanco de la varita de Draco. Rodeó los ojos y la dejo sobre la mesa, cerrando con furia su libro.

-Nunca lo lograré.- murmuró para si mismo.

Probablemente no aceptaría ni aunque le ofreciera mi ayuda a cambio de la suya pero tenía que intentarlo, cualquier cosa era mejor que nada.

-Malf...- comencé a decir pero me detuve. Si quería que esto funcione tenía que dejar de llamarlo por su apellido.- Draco.- dije más segura llamando su atención.- creo que has notado que me salen bien los encantamientos y yo he notado que se te da bien pociones entonces me preguntaba si...

-Acepto.- me interrumpió él.

-Ah?- pregunté confundida.

-Acepto que me ayudes y a cambio ayudarte.- dijo con seguridad.- pero no estudiaremos con Weasley al lado, cuando voltea a verme parece que quisiera asfixiarme con la mirada.

-De acueeerdo...-dije cansada, aunque era cierto, si Ron tuviese esa habilidad no dudaría en usarla con Malfoy.- ¿comenzamos mañana?- propuse finalmente.

Y él asintió.