Quédate a Mi Lado- Dramione

Capítulo 2

Hermione:
Me levanté por el molesto sonido del despertador. Miré las camas de las chicas, estaban vacías. 
No recuerdo una sola vez que se hayan despertado más temprano que yo en todos estos años.
Un grito ahogado se me escapó al controlar la hora, pues estaba llegando tarde a la primera clase del día.
Según mi horario hoy tocaba la clase de encantamientos con el profesor Flitwick.
Me puse el uniforme lo más rápido que pude, no me preocupé por mi cabello, solo lo até ya que no tenía demasiado tiempo, agarré mis libros y salí corriendo. Que estupenda forma de empezar el año.

-Llegas tarde.- me recordó el profesor Flitwick, su rostro reflejaba confusión.

-Me dormí- dije. Miré todos los asientos. Compartíamos la clase con Slytherin. Todos las mesas estaban ocupadas excepto una, en la cual había una sola persona.
Miré al profesor en busca de ayuda pero solo se limitó a decir lo obvio.

-Malfoy está solo. Puedes tomar asiento, Granger.

Caminé y me senté. En todo el trayecto estuve mirando mis pies. Si no hubiese descansado más de lo debido podría estar en otro lugar perfectamente, no tendría que compartir banco con Malfoy.
Sólo deseaba que al profesor no se le ocurriera hacer un trabajo de a dos. Para mi suerte no lo hizo.

-Abran sus libros en la página 227, allí encontrarán las instrucciones para el encantamiento de hoy.

Busqué entre mis cosas pero mi libro no estaba allí.
Y entonces lo recordé; había salido con tanta prisa que olvidé el libro sobre mi cama.

-Es fácil, sólo tienen que agitar la varita asi- decía el profesor Flitwick haciendo una clara demostración a sus alumnos.

-Mmmm... ¿Profesor?- Alcé la mano para llamar la atención. El profesor me miró esperando a que hable.- Creo que olvidé mi libro.

-Oh, no hay problema, estoy seguro de que Malfoy estará encantado de trabajar contigo.- Todos se quedaron en silencio, incluso hasta él sabía que nosotros dos no nos llevábamos bien.

Pero era la única manera de trabajar.- Pensé.- no porque mi compañero de banco no me soportara iba a perder esta clase.
Draco sin decir nada colocó su libro ya abierto en mitad de la mesa para que ambos pudiéramos leerlo.
Eso me tomó por sorpresa, esperaba algún insulto proveniente de él, pero nunca llegó. 

A medida que iba avanzando la clase, más incómoda se tornaba la situación. De vez en cuando Harry o Ron me miraban de reojo mientras se reían por lo bajo y yo les dedicaba una mirada asesina.

Cuando por fin terminó la clase le di las gracias a Malfoy en voz apenas audible y alcancé a mis amigos.

-¿Cómo te fué con Malfoy?- me preguntó Ron mientras esbozaba  una sonrisa.

Yo solo puse los ojos en blanco.

-Hablando de Draco- comenzó Harry pero se detuvo al ver que lo mirábamos extrañados. Él nunca lo llamaba de esa manera. Pero solo se limitó a alzar los hombros en señal de indiferencia.- Dijo que tenía algo que decirme, era importante, o al menos me pareció notar preocupación en su rostro cuando me habló.

-¿Qué estará tramando?- Ron frunció el seño.

-No creo que intente nada, sería ridículo sabiendo que sus padres están en Askaban y que cualquier paso en falso haría que él tuviese el mismo destino.- opiné.

-Por favor, Hermione. Es Malfoy.- Dijo Ron para luego tomarme de la mano.- ¿Qué tenemos ahora?

-Transformaciones.- Respondió Harry.- Sólo Gryffindor.

-¡Qué alivio!, no soportaba un segundo más al lado de Malfoy.- Hice un gesto de celebración mirando a Harry, pero el y Ron miraban fijamente hacia delante.

Los tres dejamos de caminar y miramos a la misma persona, aquel rubio que se nos había parado adelante.

-Sólo quería decirte...- dijo este mirando a Harry, luego nos miró a Ron y a mi.- decirles que lo siento. Lo siento por todo.- acto seguido se alejó caminando por el pasillo opuesto al que teníamos que tomar nosotros.

-Eso sí no me lo esperaba.- dijo Harry.

-¿Habla en serio?- pregunté un tanto aturdida por lo que acababa de suceder.

-Por favor, Hermione. Es Malfoy- repitió Ron.

Pero sin dudas esas palabras se quedaron dando vueltas en nuestras cabezas toda la tarde.