Unnoticeable ||5sos||

Capítulo 49: "Change your ticket"

Violet's POV

¿Qué rayos estaba mal conmigo?
¿Qué rayos estaba mal con Mike?

Mi estómago crecía junto con mi tristeza.
Ya no hacía más que estar en mi cuarto y comer para no matar al bebé, como la última vez.
Pero no hacía más que llorar, no podía evitarlo, no entendía como no había luchado en cuanto dijo que se iría.
Tenía que recuperarlo.
Toqué mi estómago en cuanto el bebé pateó.

No podía nacer sin un padre.

No iba a nacer aún.
Y Michael me había "dejado" hace apenas cuatro días.

Me estaba volviendo loca.

Caminé a paso decidido hacia el cuarto de Luke.

Toqué la puerta y la puerta se abrió dejando ver a mi quizá exesposo si no arreglaba las cosas.

—¿Qué quieres? — frunció el ceño y apretó los ojos.

—¿Qué nos sucede? — me miró y me indicó que pasara.

—No lo sé — me volteé y lo miré — no entiendo que está mal conmigo — negó con la cabeza.

—Lamento esto, son las hormonas del embarazo y todo — su mirada bajó a mí ya más grande panza.

—A veces lo olvido... — se acercó un poco — lamento haber estado tan raro últimamente, necesito tu ayuda. — lo abracé cerrando mis ojos — te necesito — me abrazó de vuelta. — lo siento tanto — su voz se quebró.— lamento haberte hecho esto.

Negué con la cabeza y lo apreté más hacia mí.

—Te amo. — susurré y lo separé mirándolo a los ojos. Él lloraba y yo quería hacer lo mismo.

—Yo también te amo — me susurró y se acercó para besarme, completó su acto acariciando mi estómago suavemente. — ¿podemos ir a la cama? quiero dormir.

—Sí, sí, claro — caminamos juntos hasta nuestro apartamento cerrando el de Luke.
Entramos y no llegamos siquiera a la cama, nos acostamos en el sofá y dormimos por horas.

•  •  •

Todo sonaba tan bien cuando salía de sus labios.

—Amo el helado — reí cuando él le dio un lengüetazo a su helado de crema arcoiris.

—Recuerdo cuando probé esta mierda, fue tu culpa — saboreé el helado de fresa, él rió.

—Vayamos a la playa — ofreció y asentí, tiró de mi mano haciéndome soltar mi helado, hice un puchero — ten el mío — me tendió el cono con colores y lo lamí feliz y él siguió corriendo.

Llegamos a la playa y ya había terminado mi helado. Estaba completamente vacía, pero no era nada raro, eran las site de la tarde.

«Vamos a nadar. — negué con  la cabeza.

—Mi barriga se ve horrible — me quejé y él levantó mi camiseta y besó mi estómago.

—Se ve hermosa —  rió — y tus boobies están más grandes — esta vez fui yo la que rió.

—Tengo un brasier de abuela — se acercó y besó mis labios desde abajo.

—Entiéndelo, Vi, no me importa. — asentí lentamente y me bajé mis pantaloncillos mientras él se quitaba su camiseta.
Ambos terminamos nadando en ropa interior.

—Te ves demasiado bien así. — halagué mordiendo mi labio inferior.

—No mientas, es malo — respondió.

—No empieces, ahora no tienes ni una excusa, yo soy la gorda aquí, así que cállate y bésame — él sonrió y me acercó a su cuerpo.

Entonces su sonrisa desapareció.

—¿Sentiste eso? — levanté una ceja entonces algo tocó mi pie, mis ojos se abrieron como platos y un chillido abandonó mis labios y Michael soltó una carcajada y me besó — Lo siento.

—¡No está malditamente bien hacerle eso a una maldita embarazada, cabrón! — reí y lo besé de vuelta envolviendo mis piernas alrededor de su cintura.

—Nos vamos a hund... — no pudo terminar porque nos hunidmos en el agua, lo solté y nadamos hacia la playa. Sin importarme cuanta arena se me pegara al cuerpo me acosté en la arena y miré al cielo.

Rayos, amaba las estrellas.

Y a Michael.

Sentí como un poco de arena salpicaba mi cuerpo mojado.

«Esto es lindo — dijo mirando al cielo también y abrazándome — estás toda arenosa.

—Tú también. — lo abracé sintiendo su piel contra la mía. Era una sensación muy agradable, lo extrañaba demasiado.

—Debería disculparme con Jo. — asentí — ¿Qué hora es en Australia?

—No lo sé, ¿temprano? — me encogí de hombros y él se estiró para tomar su móvil, marcó y lo puso en altavoz.

—¿Mike? Jo está... durmiendo — susurró, seguramente estaban juntos.

—Huh, ¿la despertarías? — pidió y Luke bufó.

—¿Le gritarás? — preguntó algo serio.

—No, quiero disculparme. — confesó y el rubio suspiró.

—Está bien — respondió — Josie... Jo... Bebé, Mike. — pareció que la había despertado — ¿Michael?

—Necesito disculparme, estuve actuando como un loco últimamente, yo... No tengo idea de que fue lo que me sucedió. — confesó y lo abracé orgullosa de él.

—No importa, yo también lo lamento, fui una perra — la escuché decir.

—No es un motivo, lo lamento de todos modos, ¿me perdonas? — sonreí, era muy tierno.

—Si tú me perdonas... Claro — Mike rió y su pecho se movió, yo reí también.

—Gracias, te quiero. — dijo y sentí algo de celos.

—Y yo. — respondió — pero recuerda que es mía — ambos rieron y nosotros igual.

Colgó la llamada y se puso sobre mí.

—Woah, estamos en una playa, llenos de arena, al menos espera a que volvamos — dije y una sonrisita se le escapó, me besó y le devolví el gesto.

—Volvamos — dijo en un tono suave y seductor.

—Sí, claro, volvamos — me levanté y me puse ropa, dolía por la arena pero no me importó.
Tomé la mano de Michael y volvimos a nuestro hogar.

Había extrañado a mi Michael.