Capítulo 1: Citas y mentiras.

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Al

-Señorito Albert ¿podría levantarse? Su padre lo espera en su despacho y se le hará tarde para el colegio -Escuché la voz de Ellen, mi nana, en el umbral de la puerta. No quería levantarme- ¿Al? -Respondí con un gruñido, sabía que no se iría hasta que estuviese en el baño. Vencido, alejé las sabanas de mi cuerpo y me dirigí al baño. Ellen se interpuso en mi camino y me miró severamente.

-¿Sucede algo? -Pregunté con una sonrisa, sabía qué sucedía.

-¿Dónde quedó mi niño? -Dijo, limpiando unas cuantas lágrimas. Sonreí y la abracé fuertemente, Ellen había llegado a mi vida cuando yo tenía 12 años, por eso la quería como a una madre- ¡Feliz cumpleaños, Al! -Me alejé de ella y besé su mejilla. Hoy cumplía 18 años... y tenía que ir a la escuela.

-Gracias El ¿puedes decirle a papá que bajaré en unos minutos? -Ella asintió y salió dándome privacidad. Suspiré y entré al baño para darme una ducha rápida, Ellen tenía razón, llegaría tarde al colegio. Mientras me alistaba y bajaba las escaleras no paré de preguntarme porqué mi padre me esperaba. Llamé a la puerta con dos toques y, cuando recibí el consentimiento de entrar, lo hice con cuidado- Buenos días, papá.

-¡Buenos días hijo! Ven siéntate -Miré extrañado a mi papá mientras obedecía, esta mañana estaba feliz pero al mimo tiempo se veía triste.

-¿Qué pasa?

-Antes que nada ¡Feliz cumpleaños, Al! -Sonreí, pensé que no lo haría. Me tendió una pequeña cajita negra y me miró esperando a que la abriera; una billetera. Miré a mi padre y él sonrió aún más- Ellen me cuenta que siempre encuentra billetes y cambio tuyos por todas partes, creo que te ayudará esto -Sonreí y la abrí, dentro estaba grabada la siguiente frase: "Si amas a alguien y eres correspondido habrás triunfado en la vida." Mi sonrisa se tornó melancólica al recordar quien había dicho eso; mi madre. Me lo dijo cuando yo tenía 12 años.

-Gracias papá, significa mucho -Cuando subí la mirada vi cómo él sostenía una fotografía, en ella estaba mi madre, él y yo de bebé.

-¿La recuerdas, Al?

-La recuerdo papá -Respondí asintiendo. Mi padre sonrió y observó la foto de nuevo.

-Para mí, y seguramente para tu madre, es importante que cumplieras 18 años ¿sabes por qué? -Negué- ambos teníamos tu edad cuando nos conocimos, e igual a los 18 se enamoró tu abuelo de tu abuela -Fruncí el ceño ¿Amor? ¡Qué tontería!- Como te habrás podido dar cuenta, hace unos meses que llego más temprano del trabajo y me he dado cuenta de algo...

-¿De qué?

-Por lo que he visto puedo deducir que hay alguien en tu vida con la que te has estado viendo -Contuve la respiración y abrí los ojos tanto como puede. Imposible.

-¿Por qué dices eso papá?

-Hay noches que sales sin importarte el clima y llegas tarde. Veo que recibes mensajes y sonríes... y Chris me contó que te vio hace unos días en compañía de una señorita, esas son suficientes pruebas para saber que ya tienes novia -Solté el aire e hice una mueca, dedujo todo mal. No quería ni tenía novia. Todos esos mensajes y esas salidas eran de "amigas", pero ¿cómo podía explicarle eso a mi padre?

-¿Una señorita?

-Sí, mira, hasta me envió una foto porque no pude creerlo -Mi padre sacó su móvil y busco en él, después de unos segundos me tendió el aparato y permitió que viera la foto. Volví a contener el aire y, de nuevo, abrí los ojos lo más que pude; Catherine Roth. En la foto estábamos en un restaurante, ambos sonreíamos. Aquella "salida" no había salido específicamente bien, ¿por qué me estaba pasando esto?- ¿Cómo se llama?

-Cat -Respondí distante, pero al ver el ceño fruncido de mi papá regresé-. Catherine.

-Lindo nombre -Guardó su móvil-. Dime hijo ¿es tu novia?

Permanecí en silencio con la mirada baja. ¿Qué podía hacer? John Foster era un firme creyente del amor verdadero. Él siempre decía que el hombre y la mujer estaban destinados a amar una sola vez en la vida y que sólo te podías entregar a la persona que amaras. Por eso nunca volvió a casarse. Para mí eran puras tonterías, el amor verdadero no existía, pero para mi padre eran cosas importantísimas. Ahora, teniendo en cuenta todo eso, si John se enteraba de que nunca había tenido novia formal (y ni quería) y que, como dicen mis amigos, cambiaba de mujeres como de ropa interior terminaría decepcionado de mí, cosa que no quería.

-¿Hijo? -Salí de mis pensamientos y miré a mi padre. No quería decepcionarlo- ¿Lo es?

-S... sí -Mentí. Bueno, una pequeña mentira no podría afectar a nadie-. Cat es mi novia.

-Qué bueno hijo -Juro que nunca había visto a mi papá sonreír tanto, su sonrisa era similar a la del gato de "Alicia en el País de las Maravillas"-. Se ve que es alguien encantadora -"No tienes ni una idea" pensé sarcásticamente, Cat era el mismísimo demonio.

-Lo es -Sonreí falsamente.

-Quiero conocerla -Decidió-. Más bien, voy a conocerla Al.

-¿Qué? -Traté de guardar la calma. Eso era imposible por dos razones;
1. Cat y yo no éramos ni seríamos novios.
2. Cat me odiaba y, por lo que había pasado hace unos días, yo a ella.

-Sí, ya lo decidí -Dijo sonriendo orgulloso de su idea-. El sábado haré una parrillada e invitaré a unos amigos, Jos podrá invitar a sus amigos y tú invitarás a Catherine para que conozca a tu familia. ¿Qué te parece?

-Eh... ¿no crees que la estaría presionando? -Dije nervioso. Si mi padre no estuviera viendo me daría un coscorrón, eso me pasaba por mentiroso.

-Tonterías, sólo es una parrillada -Dijo. Tragué saliva, era jueves. Sólo tenía dos días para solucionar esto.

-De acuerdo -Respondí con un tono bajo- ¿Algo más?

-No -Miró su reloj-, será mejor que te vayas ya, se te hará tarde para el colegio.

-De acuerdo, papá. Nos vemos más tarde.

-Nos vemos, Al. Feliz cumpleaños -Asentí y salí corriendo de ahí.

-Tonto, tonto, tonto -Me reprendía mientras salía de la casa. No podía decirle a mi papá que le había mentido, se enfurecería. Sólo me quedaba hacer una cosa: tengo que buscar la ayuda de Cat.

La Novia de AlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora