Capítulo 6: Más pesadillas.

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Cat

 

- Tranquilo Snup, él no puede encontrarnos acá –le dije a mi pequeño amigo para tranquilizarlo, estaba asustado, lo podía ver en sus ojos de botones. Yo igual lo estaba, pero no quería que Snup lo supiera. Lo abracé más a mí y vi por la pequeña rendija de luz qué sucedía afuera. Suspiré un poco aliviada. Creo que se olvidó de mí; después de todo ya llevábamos un buen tiempo acá.

– ¿Caty? –Preguntó alguien y yo me aferré más a mi amigo: era él– ¿dónde estás? –me imaginé el tamaño de sus pies cuando cerré los ojos, debían ser enormes porque sus pisadas se oían muchísimo. Abrí los ojos y vi a Snup– ¡Catherine! –cerré los ojos al mismo tiempo que la rendija de luz creía cada vez más.

– No –dije sin abrir los ojos, traté de girar a Snup para que igual no viera pero él me lo había arrebatado…

Me levanté de golpe antes de que pasara algo peor que mi mente se negaba a sacar, aunque sabía que ellos seguían dentro de mi cabeza, encadenados permanentemente. Poco a poco el aire abandonaba mis pulmones con el simple recuerdo de todo eso. Al enfocar la vista me alarmé aún más cuando vi que no estaba en mi cuarto. Traté de levantarme pero algo me tenía anclada al suelo. El aire abandonó mis pulmones por tercera vez cuando vi lo que era; se me llenaron los ojos de lágrimas al ver que nada me daría tregua esta noche.

– ¿Tú también tienes pesadillas, Catherine? –Susurró la causa número tres de mi hiperventilación. Al sentir como trató de darme apoyo apretando mi mano no pude contener más las lágrimas. Él se incorporó y me jaló para que estuviera más cerca, supongo que ya era algo automático teniendo una hermana menor. Pero yo igual era una hermana menor y lo único que necesitaba era a Tony, aunque los abrazos de Al no estaban tan mal– ¿qué pasa? Tranquila, no está pasando nada, todo está bien Tery, lo prometo.

– Yo… yo tengo que irme –me alejé de él y limpié mis lágrimas, tenía que estar sola, necesitaba encontrar un lugar seguro. Me levanté y Al me siguió.

– Son las tres de la mañana, no puede irte sola ¿estás loca? –Dijo, pero me negué a escuchar, necesitaba irme de aquí; encontrar estabilidad.

– Me voy –dije decidida, tratando de que no se me quebrara la voz –. No vemos mañana –y corrí de ahí antes de darme la vuelta y volver. Debía encontrar estabilidad, ahora. Como iba corriendo sin fijarme en el camino no me fijé que alguien estaba enfrente así que prácticamente me lleve a la persona conmigo y encima caí sobre él/ella.

– ¿Cat? –al instante supe de quien se trataba y, como si mi cuerpo estuviera programado a eso, me aferré a su pecho para buscar un poco de consuelo– Ay no niña ¿otra vez? –asentí con mi cara escondida en su camisa. Rafael rodeó mi cuerpo con sus brazos y me levantó con él– Bien, te llevaré a casa, Tony te está esperando. Seguro está listo para esto –dijo, al ser hermano de mi mejor amiga se podría decir que él igual formaba parte importante en mi vida, por lo tanto me conocía tan bien como Kris.

– Por favor –rogué. No sé porque giré mi cabeza, pero me sorprendí al ver a Al en medio del pasillo con el ceño fruncido y una expresión confundida en el rostro mientras veía como Rafael me llevaba a casa.

*

– ¿Pequeña? –preguntó mi hermano mayor en cuanto entré a mi casa. Ver su simple cara de preocupación me ayudó a calmarme un poco– Rafael me llamó, dijo que… –me lancé a sus brazos y el me tomo y se sentó en un sillón conmigo en su regazo. Deja vu.

– Ya estoy mejor –pero un sollozo me delató. Su abrazó se volvió más firme.

– Tranquila, ve Cat, sólo estamos tú y yo, no hay nadie más pequeña. Ya no te hará daño, ya nadie podrá hacerte daño, lo prometo –y, por alguna extraña razón, eso último me hizo recordar a lo que Al me había dicho hace unos minutos. “Tranquila, no está pasando nada, todo está bien Tery, lo prometo”… un momento ¿Tery?

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