trettiseks.

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Narra Isak^^^

-Bebe...-. Me giré en la cama, pensando que él estaría durmiendo tranquilamente a mi lado.
Este no se encontraba.
La ducha estaba prendida, y supuse que estaría allí.

Me incorporé Y noté sus prendas reposadas en la cama.
Agarre su camiseta y la observe por unos segundos, para luego abrazarla contra mi pecho.
Me recosté y pude notar su colonia en esta.
Era tan dulce y agradable.
....
Y era de mi chico.

Poco a poco el sueño que tenía invadió mi cuerpo y me quede dormido profundamente.

Narra Even^^^

El agua fría chocaba con mis hombros para bajar por el resto de mi cuerpo desnudo.
Estaba pensando en Isak.
No tenía ganas de hacer nada, me sentía cansado.
Y no quería hablar con nadie.
Me agarre los cabellos fuertemente y mire a el techo.

Tras pasar unos minutos, corte el agua y salí de la ducha.
Agarre la toalla blanca, puesta en un gancho plateado, y me la puse rodeando mi cadera y cubriendo mi miembro.

Abrí la puerta y vi a Isak, acurrucado abrazando mi camisa, durmiendo plácidamente.
Parecía no querer soltarla y yo sonreí.
Mi pequeño...

Me seque muy bien el cuerpo.
Para después agarrar unos bóxers para ponérmelos.
Me senté en el borde de la cama en donde mi novio dormía.
Y le mire.

La luna, que era la única luz que alumbraba el cuarto, hacía que pudiera apreciar con más detalle sus facciones hermosas.
Me desplomé, cayendo justo al lado suyo y le abrace.
Este se dio la vuelta, aún semi dormido.
Y abrió sus ojos.
Me miraba fijamente, y ninguno de los dos decía alguna palabra.
Sus ojos verdes estaba iluminados y se veían celestiales, realmente.
Sus cabellos de oro, sus finos labios deliciosos...

Fue el momento en el que me di cuenta de lo afortunado que era.
De tenerlo a él a mi lado.
Y lo amaba.
Luego se pego más a mi cuerpo, y noté como se estremeció al notar mi torso al descubierto.
Se sonrojó y yo sonreí.
Se veía tan adorable.

Pasaban los minutos y el silencio cómodo que había me tranquilizaba.
Isak apoyó su cabeza contra mi cuello.
Yo acariciaba su espalda lenta y suavemente, por debajo de la polera.
Estaba cálido, y mi mano demasiado fría.
Pero sabía que a él le gustaba.
Porque su cuerpo estaba de lo más tranquilo.

Cuando estaba quedándome dormido, susurre en su oído, -buenas noches, Isak...-. Este se vuele a estremecer.
-Buenas noches, Evy.-.

Sonreí ampliamente al escuchar aquel apodo.
Nunca me había llamado así, pero me gustaba cómo sonaba.
Y saliendo de los labios de mi chico, me encantaba.

Ocean eyes Where stories live. Discover now