You are not a bad girl - 3ra temporada

Capítulo 19

-NARRA YOUNGMIN-

Luego que supe que mi hermano estaba vivo, me regrese al hotel que me estaba quedando y me dispuse a descansar. La mañana siguiente me regrese rápido a la casa para Sun Mi hacerme una inmensa y extensa interrogación. Le respondí todo, pero fue duro saber que mi hermano no recuerda a nadie, lo que me hacia preocupar como Kristal fuese a reaccionar. Me preocupaba que Kristal reaccionara mal y le pedí a Sun Mi que intentara mentirle hasta que fuera capaz de hacerle recordar que su lugar es acá y no allá. La mañana avanzo luego que escuche a los niños llegar quejándose de hambre y Sun Mi iniciar a cocinar la cena. Uno de los gemelos camino hasta la habitación para jugarse una broma conmigo.

YM: Oye travieso – dije llamándole

El pequeño empezó a reírse por lo que me hizo, lo que causo que empezara a jugar con el niño. Cuando escuche a Sun Mi llamarme para que llevara al gemelo para que comiera. Senté al pequeño primero y luego me senté para iniciar a comer junto a mi hermosa familia. Mientras comíamos no dijimos nada ya que los niños estaban en la mesa y no queríamos agobiarlos con los problemas que estamos enfrentando. Luego que comieron y se fueron yendo a jugar, Sun Mi y yo nos quedamos solos en la mesa mientras comíamos y charlábamos.

SM: Que crees que le pudo haberle pasado a Kwangmin – preguntó

YM: No lo sé – respondí – parecía que esa chica lo está controlando – añadí

Seguimos comiendo hasta que terminamos y luego ayude a Sun Mi a limpiar la cocina. Al llegar la noche. Luego que me duche y ayude a Sun Mi a dormir a los niños, me fui a la habitación que compartimos para luego decidir irnos a dormir. No platicamos de nada y aunque tardamos un poco en dormirnos, nos mantuvimos callados.

-UNA SEMANA MÁS TARDE: NARRA KRISTAL-

Luego de trabajar todo el día, fui por mis niños al lugar de siempre para regresarme a la casa. Primero fui a buscar a Ilayda ya que siempre me ayudaba a llevar a sus hermanos al auto y era la que más temprano salía. Al entrar al colegio para ir por mi preciosa niña, la maestra me detuvo antes de entregarme a mi niña.

Maestra: Felicidades señora – dijo

Me quede mirándole raro ya que no sabía porque me felicitaban.

Kristal: Porque me felicitas – pregunte

Maestra: Ilayda consiguió el primer lugar de los exámenes – dijo – le felicito ya que ha hecho un gran trabajo en procurar que la niña haga sus asignaciones y estudie para sus exámenes – añadió

Me sonreí ya que me pareció una gran noticia que mi niña aun después de todo, consiguió el primero lugar en las notas de sus clases. Agradecí por esto a la maestra y tome a mi niña para luego ir por mis pequeños a la guardería. Al llegar a la casa lo primero que hice fue ir a cambiarme de ropa para luego ir a cocinar la cena. Seguido alimente a mis niños luego que todo estuvo listo para luego dedicarme a revisar las libretas de Ilayda para ver si mi niña tenía tareas para luego dedicarme a estudiar con ella. La tarde avanzó entre las asignaciones y algunas cosas que estaba haciendo en la casa. Al la noche llegar, dormí primero a mis niños y luego me senté a descansar en la sala. Allí sentada en el sofá pensaba que ya va una semana que Youngmin fue a los lugares cercanos de donde es la base militar donde estuvo Kwangmin, pero aun no sé nada de lo que encontró. Mañana iba a ser otro día que iba tomar libre. Aun sentía tantas ganas de decirle tantas cosas que no creo que un día me dé para hablarle. Cuando el sueño me venció, fui a ducharme y luego irme a descansar para el próximo día. Al siguiente día desperté luego de escuchar la alarma de mi celular. Abrí los ojos y lo primero que mire fue el lado donde dormía Kwangmin. Suspire tras no verlo otra mañana y decidí levantarme. Me duche y cambie de ropas para preparar el desayuno para luego ir a despertar a Ilayda para bañarla y cambiarle de ropas. Una vez que todo estaba listo y mis niños habían comido antes de salir de la casa, me dirigí a dejarlos al lugar de rutina y luego volver a visitar la tumba de Kwangmin. Al llegar, me dirigí en silencio hasta su tumba y allí una vez más me arrodille frente a ella.