Capitulo 17

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Amanecía con frío en el centro de Santiago, Nicolás se encontraba dormido en la nueva habitación, tapado hasta la cabeza y hundido en las cómodas almohadas.

Un ronroneo seguido de un peso en su espalda le hizo entre abrir los ojos.

-¿Mochi?- gruñó aún adormilado.

La gata lentamente comenzó a amasar en la espalda del moreno, enterrando sus uñas en la piel de éste.

-No po' Mochi...

En ese momento sintió el cómo aquel peso se iba de su espalda.

-Levántate.- escuchó mientras le acariciaban el pelo con cierto toque brusco, cómo sí quisieran despeinarlo con cariño.

Se quitó la frasada de la cara y se encontró con un ____ sonriente.

-¿Qué hora es?

-Las ocho.

-¡¿Las ocho?! ¡Es muy temprano!- dijo volviendose a tapar.

-Levántate Nico... Yo tengo que ir a una cita con el médico.

-¿Te acompaño?

-No, pero quiero que laves la losa que ensuciaste anoche.- ____ se sentó a un lado del moreno y se acercó para depositar un beso en la escasa cabellera que se veía de Nicolás.

Nicolás no pudo evitar sonrojarse, agradecido de que el menor no pudiese verlo en esos momentos.

-Chao. El Bestia me va a llevar en su auto así que quizás no me demore.

-Que te vaya bien.

La habitación quedó en silencio y Nicolás estaba dispuesto a dormir de nuevo, pero un ronroneo y el peso de la gata lo hizo gruñir.

El moreno bajó para hacerse el desayuno, en el momento en que colocó el hervidor, su celular sonó: Era un mensaje del Edgar.

-Oye Nico.
Vamos a hacer el live o no?

-Perdón Edgar pero por ahora no vamos a subir nada
Tengo algunos problemas y no estoy en mí casa.

-Esa wea es grave.
En dónde estai?

-Tú avísale al Jaimeme nomás.

Y sin más, guardó el celular.

Vivir en esa casa era muy tranquilo y a pesar de haber pasado ahí solo dos días, se sentía muy cómodo, pero su pequeña sonrisa se esfumó al recordar a Camila y su hijo en camino.

-Si tan solo toda ésta wea fuese más fácil.

Pasaron dos horas o un poco más y ____ llegó. El vehículo del Bestia se alejaba y el menor ya estaba en su casa, buscando con la mirada al moreno.

-¿Nico?

Ayudado por sus muletas se internó en la cocina, no estaba.

-¡Nico!- repitió; subió las escaleras con dificultad y fue directamente a la habitación que ocupaba el moreno, pero tampoco estaba.
Salió de ésta y ahora fue a su habitación, ahí estaba el moreno, durmiendo en la cama del menor.
-Culiao flojo.

Dejó las muletas a un lado y se sentó en el borde de la cama, con cuidado se quitó la venda del brazo izquierdo y lentamente la piel quemada se dejaba ver. Suspiró con tristeza y cambió la venda.

-Hola weón.- escuchó a sus espaldas.

-Hola.- volteó con una sonrisa fingida, que pronto se volvió real al ver el rostro de aquel moreno -¿Dormiste bien?- el contrario asintió.

No soy Homosexual |Nico y "Tú"| Jaidefinichon GOTHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora