Capítulo 29

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Los ojos del menor se encontraban fijos sobre el jugo de durazno que en esos momentos tenía entre sus manos, el cuál era parte de su desayuno mientras él y Javiera esperaban el bus con destino a Santiago.
No sentía hambre, pues tenía un nudo en el estómago que le hacía sentir que comer era todo un logro y al mismo tiempo, algo desagradable.

Javiera comía tranquilamente y con mucha hambre el pan con queso y jamón que tenía entre sus manos; aún eran las seis treinta de la mañana, y su bus saldría a las siete. Para ____ todo iba o demasiado lento o demasiado rápido, más de una vez se perdió en sus pensamientos, imaginando un sin fin de cosas que posiblemente ocurrirían al ver a las personas que dejó atrás. Javiera, al notar el desastre que ____ tenía en su cabeza, no dudó en acercarse e intentar calmarlo o por lo menos sacarlo de sus pensamientos. En ese momento el bus llegó.

-¿Estái nervioso?- preguntó ella mirando el vehículo.

-Más que la cresta.

Javiera sonrió-. ¿Nos subimos ahora?

-Si.

Ambos subieron, no sin antes entregar sus bolsos al hombre encargado de guardar el equipaje en el bus; les entregaron sus respectivos bolsos para luego recibir un ticket con números que les serviría para el momento de llegada, ya que con aquel ticket podrían retirar sus cosas, en fin, ahora ambos yacían sentados en sus respectivos asientos, uno a lado del otro, ocupando los puestos nueve y diez.

-Me siento ansiosa. Nunca he ido a Santiago.- dijo Javiera mientras le sonreía tímidamente a su amigo.

-¿En serio?

-Si. Normalmente en mis vacaciones iba al sur o incluso más al norte.- explicó mientras de su bolsillo sacaba una pequeña barra de chocolate con relleno de almendras.
-¿Y qué me dices tú? ¿Cómo describirías Santiago?- preguntó ofreciéndole tres cuadros de aquel chocolate relleno.

-Es cómo muchas otras ciudades... ruidosa, llena de gente y sucia.- decía al recibir parte de la golosina comprada por Javiera algún rato atrás.

-Ah...

-Pero admito que me gustaba vivir ahí, creo que porque no estaba acostumbrado a estar lejos de la contaminación santiaguina.

-Entiendo.- sonrió.

Volvieron a quedarse en silencio, ahora ambos con audífonos en los oídos, cada uno escuchando una canción diferente, con letras muy distintas y que a pesar de eso transmitían sentimientos muy similares.

Entonces el bus comenzó a moverse mientras más gente subía a aquel transporte. ____, que estaba del lado de la ventana miró al exterior mientras el cristal temblaba y podía sentirse el ruido del motor. Cerró los ojos lentamente y los mantuvo así hasta poder conciliar el sueño.

Cuando los volvió a abrir, se encontró con que el bus ya hace mucho había dejado la estación y ahora iban avanzando entre cerros desiertos, imágenes que pasaban muy rápido frente a los ojos del chico.

-¿Quieres?- al mirar a Javiera, esta le tendía un paquete de galletas. Aunque no lo pareciera por lo delgada que era, Javiera comía mucho.

-No gracias. ¿Ya pasaron por los boletos?

-Si, tú tranquilo.

-¿Cuánto dormí?

-No sabría decir...- se echó una galleta a la boca -Por cierto, ¿a dónde iremos después de llegar?

-Vamos a ir con mi mamá.

-¿Le dijiste?

-Algo así.

No soy Homosexual |Nico y "Tú"| Jaidefinichon GOTHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora