Capitulo 20.

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Logan sonrió de lado observándome. Miré a mi alrededor y todos los chicos nos estaban mirando con las cejas levantadas. Me aclaré la garganta y me solté de Logan, nadando un poco hacia el otro lado.

– Sigan, sigan, nosotros estaremos por aquí. –me guiñó un ojo Kendall. Rodé los ojos con una pequeña sonrisa.

Logan de nuevo nadó hacia mi, mientras yo fruncía ligeramente el ceño.

– ¿No qué tu no sabías nadar? –pregunté al recordar el incidente en la piscina hace unos meses. Recuerdo que tuve que salvarlo porque el muy idiota no sabía nadar.

Él rodó los ojos y torció sus labios en una mueca.

– Ni me lo recuerdes, tuve que aprender a nadar luego de quedar como un tonto aquel día en la piscina. –explicó. – Aún me recuerdan como el chico que tuvo que ser salvado por una chica. Muy humillante hasta para mi.

Me reí.

– Pues es genial que hayas aprendido a nadar. –me encogí de hombros. Sus ojos me miraban fijamente. Su mirada era penetrante, tanto que hasta me erizaba la piel. Empecé a sentir el calor en mis mejillas, mientras él se acercaba ligeramente a mi.

Sus manos sujetaron mi cintura desnuda suavemente, mandándome oleadas de electricidad.

Bajó la cabeza un poco apenado, y miró a todas partes buscando las palabras correctas. En este punto del pequeño lago en el que estábamos, mis pies tocaban el suelo y el agua me llegaba hasta el pecho, así que como Logan era mucho más alto que yo, el agua le daba por el abdomen bajo.

– Yo... lo siento mucho por lo de hoy. –empezó. Sus palabras fueron música para mis oídos. Sonreí. – Estaba furioso contigo, y lo sigo estando, pero maldición... no puedo estar sin ti. –mi corazón latía muy muy fuerte, tanto que hasta tenía miedo que él pueda escucharlo. Abrí la boca para contestar, pero él habló de nuevo. – No puedo dejar de mirarte, no puedo estar sin escuchar tu voz, no puedo evitar querer tocarte... no sé que me has hecho, pero me estas volviendo loco Walks. Esto nunca me había pasado antes por eso no puedo manejarlo. Soy un idiota. –negó con la cabeza.

Sonreí hasta más no poder. Eso ha sido lo más lindo que alguien me ha dicho alguna vez.

– Disculpas aceptadas. –le guiñe un ojo haciéndolo sonreír. – Pero deja de ser tan malditamente bipolar. –rodé los ojos. Él se hizo el ofendido.

– ¿Yo? Pero si tú empezaste con el comportamiento extraño. –se cruzó de brazos. Lo miré mal.

– ¿Yo? No sé a que te refieres. –frunci el ceño.

– Primero actuabas como si te gustara, luego me ignoraste cuatro semanas, saliste con otro chico y después has venido a decirme que estabas muy arrepentida. –enarco una ceja retóricamente. Mis mejillas se tornaron de un color rojo fuerte.

Eso era en parte cierto.

Vale, era todo cierto. Pero debe entenderme, estaba asustada. Él me gustaba mucho y tenia miedo que todo lo que decía era solo una mentira para ilusionarme y luego romperme el corazón. Entonces creí que alejarlo iba a ayudarme a olvidarme de esos sentimientos, pero me equivoqué. Al contrario, alejarme de él me hizo darme cuenta de cuanto lo necesitaba. Luego apareció Mattheo... y creí que él podría ayudarme, pero no, él esta pérdidamente loco por la frutilla del demonio esa.

Definitivamente la suerte nunca va a estar de mi lado y algún día deberé aceptarlo.

– De acuerdo, tienes razón. –admitirlo fue lo más difícil que hice. Los ojos de Logan estaban a punto de salirse de sus órbitas. – Pero tengo mis razones.

Don't love before hate.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora