Capítulo 19

2.3K 127 2
                                    

Aria

-Entonces, ¿Tyler se va con ellos y Luna se queda con nosotras?- pregunto una vez más a Irina para que me quede claro. Estamos todos en nuestra casa, ya que los hemos invitado para que la vean y nos salen con la sorpresa de que nos han preparado despedidas de solteros, por separado. Afortunadamente, o desafortunadamente, va a ser tranquila, cada uno en una casa diferente, como si fuera una fiesta de pijamas, o eso nos han dicho.

-¿Estáis seguros? Digo, yo no quería una despedida de soltero- dice Dylan a mi lado. Nos miramos y los volvemos a mirar a ellos.

-Claro que si, será genial- exclama Naira con alegría. La miro y sonrío, tiene a Luna en sus brazos, las dos están emocionadas por pasar la noche todas juntas. No puedo resistirme a ellas.

-Está bien, pero que sean tranquilas. Las dos- miro a los chicos y ellos asienten. Pongo mi mirada en Dylan.-¿Te parece bien?

-Si te lo parece a ti, a mi también- le sonrío y pego mis labios con los suyos.

-Estupendo- dice Finn y nos separamos. Me apoyo sobre su pecho y miro a Finn esperando a que hable.- Ahora cogeréis todo lo que os haga falta para mañana también. Hemos alquilado dos casas cerca de la playa donde se celebrará la boda, allí os preparareis y todas esas mierdas. Así que- da dos palmadas.- ¿A qué esperáis para hacer las maletas?


Una hora después estamos de camino a la playa, llevamos todos los coches para tenerlos mañana. Falta media hora para que lleguemos, Dylan conduce mientras yo lo miro apoyada en la ventanilla. Una sonrisa aparece en su rostro.

-¿Pasa algo?- pregunta con su voz ronca por no haber hablado en un buen rato.

-No- digo simplemente sin apartar la mirada de él y él no se gira a verme cuando vuelve a hablar

-Entonces, ¿qué tanto miras?-. Miro lo perfecto que eres, miro tu perfil, miro tu mandíbula que parece hecha a mano por los dioses, miro como tu pelo cae sobre tu frente y como cada ciertos minutos te pasas la mano por él para apartarlo, miro como conduces tan despreocupadamente, miro como bufas cada vez que aparece un semáforo en rojo, miro como mueves tus dedos al ritmo de la música, miro como disfrutas de la velocidad cuando cogemos la autopista, te miro a ti.

-A ti- digo sonriente sabiendo que con eso ya se lo he dicho todo y él no se entera

-Se que soy una obra de arte, pero no hace falta que me lo recuerdes todo el tiempo-, me mira unos segundos y me guiña un ojo para volver su vista a la carretera. Suelto una risa y sigo mirándolo.

Mañana me casaré con el amor de mi vida, siento tantas cosas en este momento que no me llegaría todo el día para describirlas. Estoy segura de lo que voy a hacer, estoy segura de que lo quiero y estoy ansiosa, sobre todo ansiosa, de que llegue mañana.

Cuando llegamos ya todos han entrado en las casas. Nos miramos durante unos segundos, una tensión sexual aparece en el ambiente antes de que nos acerquemos rápidamente y nos besemos con locura, un beso de esos que no se olvidan y de los que te dejan con ganas de mas porque ni nos hemos separados y ya quiero que no se acabe nunca.

-¿Hacemos una cosa?- dice con una sonrisa traviesa y yo asiento sonriendo también.- Cuando todos se vallan a dormir, nos encontramos en la playa- dice aún con esa sonrisa traviesa que tanto me gusta.

-Me apunto- le sonrío y me lanzo a sus labios otra vez. Jugamos con nuestras lenguas en un baile sin fin donde la única melodía es el latido de nuestros corazones.- Te amo- digo separándome un poco de él, aún con los ojos cerrados.

-Yo más- responde él. Abro los ojos y me encuentro con los suyos mirándome con ese brillo de siempre, que a pesar del tiempo sigue ahí.

-Imposible- le sonrío y le doy un beso de esquimal. Nos sonreímos mientras nos miramos, sumidos en nuestro silencio, en nuestro mundo. 

Unos golpes en la ventanilla hace que mire hacia atrás, donde está Finn mirándonos con una mueca de asco y hace gestos como si estuviera vomitando. Ruedo los ojos y bajo del coche.

-Eres un inoportuno, Finnegan-. Abro el maletero para coger mis cosas

-No es culpa mía que os deis el lote en todas partes-. Pongo mi mirada en él y niego con la cabeza riéndome. 

Entro en casa y el olor de algodón de azucar me absorbe. Miro a mis lados y todo está decorado para unha fiesta de pijamas. Luna aparece por la puerta de la cocina y corre hacia mi al verme.

-Ven te enseño tu cuarto- dice energética. Le sonrío y la sigo por las escaleras hasta la última habitación, que es la mía. Dejo las cosas sobre la cama.- Ponte el pijama, te espero abajo- dice sonriente y sale de la habitación cerrando la puerta detrás de ella. Abro mi mochila y saco mi pijama que consiste en un short violeta y una camiseta sin mangas negra, no me pongo los zapatos y salgo de la habitación. 

Al llegar a al sala me encuentro a Chloe y a Naira hablando de algo que no logro entender así que me acerco a ellas y se callan.

-Y bien...- digo sentándome en el sofá.- ¿Qué planes tenemos para esta noche?- pregunto y ellas me miran con unas sonrisas enormes.

********************

Son las 12 y media, todas están durmiendo ya porque dicen que para tener la piel perfecta para mañana hay que dormir lo suficiente y bla bla. 

Me levanto de mi cama, me pongo unos tenis y cojo una chaqueta antes de salir de mi habitación haciendo el mínimo ruido posible. Bajo las escaleras y salgo de la casa. Una vez fuera suspiro con una sonrisa, lo he conseguido. Miro mi móvil y me llega un mensaje de Dylan diciéndome que ya está allí, sonrío y apresuro mi paso. 

Camino por la playa hasta que lo veo, tumbado en la arena, sujetando su móvil sobre su cabeza haciendo que la luz del mismo le de en la cara. Corro hacia él y cuando llego a su lado me mira y aparta su móvil con una sonrisa, me agacho y me pongo sobre él.

-Hola, cariño- le digo sonriente

-Hola- dice en un susurro poniendo un mechón de mi pelo detrás de mi oreja.

-Espero que no hayas hecho nada por lo que te pueda pedir el divorcio- le digo bromeando y él suelta una carcajada que hace que tiemble

-Créeme que no, todos están dormidos- dice divertido

-Ellas también, todas. Cosas de belleza dicen

-Eso mismo han dicho ellos- dice riendo y yo me uno a él.- Están locos

-Lo se- digo riendo, me acerco a él y dejo un beso sobre sus labios para después dejar mi cabeza sobre su pecho y él me abraza.- Vamos a ser felices, ¿verdad?

-Por supuesto que vamos a ser felices, siempre lo seremos. Pase lo que pase

-Pase lo que pase- sonrío y él besa mi cabeza.


Always.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora