Habían pasado alrededor de setenta y dos horas desde la desaparición de Ángela y no se veía ni rastro de esta. Si la habían matado o secuestrado se estaban tomando demasiadas molestias en hacer creer lo contrario, porque a cada minuto un personal distinto pasaba por todas las habitaciones pesquisando. Todo estaba muy raro, pero si era referente a Ángela no podría ser de otro modo.
Entrada la noche alguien empezó a tocar en mi puerta. Luego sentí la voz de una chica, debía ser Ángela. La invité a pasar presurosamente. Al hacerlo me enfrenté a la decepción de ver a Beatriz, tenía el rostro pálido y parecía haber llorado.
- ¡No lo soporto más!, esa voz me está volviendo loca, discúlpame por presentarme así, es que llevo dos noches sin dormir y si no duermo ahora mismo...
- ¿Le has hablado a tu médico de eso?- respondí sin saber de qué iba todo.
- No creo que el doctor Marcos trate con ese tipo de problemas. ¿Si te digo algo me prometes que no te vas a reír?
- Prueba a ver.
- Por las noches oigo voces.
- ¿Le has hablado a tu médico de eso?- repetí la pregunta y a ella no pareció darle la menor gracia.
- No estoy loca sé lo que oigo y lo que veo y si te digo que en mi cuarto están ocurriendo cosas raras es porque están ocurriendo. Los objetos aparecen fuera de su sitio, las lámparas parpadean se escuchan voces. ¿Sabes que creo de todo esto?
- ¿Sí?-respondí con la esperanza de que se callaría cuando terminara de hablar.
- Y disculpa que te lo diga, pero a mí lo que me parece es que a Ángela la han matado en mi cuarto y su anima rechaza marcharse hasta encontrar venganza.
- A mí lo que me parece es que has visto muchas pelis de terror.- dije furioso por lo que acababa de decir.
- Entonces, ¿me puedo quedar aquí esta noche?- dijo en gesto de suplica.
- Se me ocurre algo mejor, no has escuchado eso de que si le das un pescado a una persona lo alimentas por un día pero si le enseñas a pescar lo alimentas para toda la vida, pues yo te voy a enseñar a pescar esta noche, y te prometo que no me voy a marchar hasta que estés convencida de que no existen los fantasmas.
La lámpara nos recibió con un parpadeo.
- ¡uhm!-pronuncié mirando la lámpara con asombro.
- ¡Lo ves!, ¡lo vez!, te lo dije.
- No sé de qué fantasmas has escuchado tú pero no creo que sean del tipo que van creando falsos contactos es los interruptores, en fin, que más que un cazafantasma, lo que tú necesitas es un electricista.
Me senté junto a ella en la cama, en espera de los sonidos del más allá. Toda esta situación me parecía un chiste de mal gusto, esperaba que en cualquier momento me saltara arriba y me dijera tonto, ¿o no? Espera. Algo estaba ocurriendo y yo también lo escuchaba. Algo muy parecido a una voz humana retumbaba disonante en aquella habitación.
- ¿Ahora me crees?- dijo un tanto satisfecha-asustada al ver mi cara de espanto.
- La voz no decía nada coherente y se acompañaba de un repiqueteo igual de tétrico.
En ese momento ni mi más firme precepto materialista me hacia rechazar la idea de que en ese cuarto había un fantasma, pero para los efectos yo seguiría negándolo todo.
- Eso seguro son ratas.
- Si, por supuesto, porque no se me ocurrió antes tener de mascota una rata y enseñarla a cantar, si esas ratas de allí pueden hacer ese sonido, porque la mía no puede cantar una balada. -dijo con el más crudo sarcasmo, con una nueva energía, ya no estaba centrada en el miedo, ahora quería hacerme ver que no estaba loca.
De pronto volví a la realidad.
- ¿Me dijiste que algunos objetos estaban fuera de lugar?-pregunté
- De hecho fue un solo objeto.
- ¿Puedes ser más específica?
- Hace tres días volví de la enfermería y mi closet estaba fuera de su lugar, me asombré mucho porque aunque tú no lo creas este es un cuarto tranquilo, sin muchas visitas.
- ¿Oh por Dios?, espero que sea lo que estoy pensando. Me puedes ayudar a empujar esto.
Al hacerlo un gran fragmento de madera coloreada igual que el resto de la pared cayó. Detrás se divisaban unos ojos de fiera herida, conocía esos ojos, era Ángela. Brotó a la luz y cayó sobre mis hombros como lo hubiera hecho el fragmento de madera. Cuando lo sueros entraron en su sistema aminorando los síntomas de la deshidratación, me hizo un ademán para que me acercara.
- No le digas a nadie donde estaba. Diles que me hallaste así en el suelo de mi cuarto.
- Tienes mucho que contarme, ¿no crees?, estuve muy preocupado por ti.
- Todo se limita a ese hallazgo que hice detrás del closet, estaba obscuro y se me hacia dificultoso el paso. Si alguien alguna vez se interesa por saber que sabor tendrá las tinieblas, que me lo pregunte a mí. Esos no son pasadizos, solo es una falsa pared que al parecer crearon para la instalación hidráulica.
- Y si no encontraste nada, ¿Por qué no quieres que nadie sepa dónde estabas?, ¿sabes que te van a interrogar sin descanso?
- En ningún momento te dije que no encontré nada, los conductos de ventilación se comunican con esta falsa pared. Vagué hasta el cansancio por estos, agotando todas las posibilidades de trayecto con los que me topé, pero siempre me aparecían esas hélices mecánicas que me imposibilitaban el paso. Al regresar, exhausta, me encontré con la salida sellada. He pasado dos días completos gritando sin respuesta.- dijo esto último, haciéndome reír.- te parece chistoso lo que me pasó.
- Mejor no preguntes.
- ¿Deben haber sido unos días largos para ti también?
- Ahora que lo mencionas...espera, creo que tienes fiebre,...Doctor, doctor, mi amiga tiene fiebre, eso es normal de la deshidratación.
- No, de la deshidratación no.- dijo mientras inspeccionaba una muestra del líquido rojo que asomaba por su nariz.
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La Mariposa Negra
Misterio / SuspensoPalpitante, acida, esa luz en mis ojos me enferma Recordándome los daños de lo estéril Sumiéndome en palabras que nadie dice y todos piensan Y si cierro la puerta, si las ventanas cubro, Si esos últimos ases de esperanza los destruyo ¿Qué sabor tend...