Recordándome los daños de lo estéril

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Es difícil vivir justificando y haciendo promesas por alguien que nunca cambiará. Él era un alcohólico si remedio y yo estaba cansada. Le dije a mi madre que me iba, de él siquiera me despedí. Para aquel entonces tenía unos cuantos ahorros que me habían quedado de mi trabajo de canguro, lo suficiente para volar a mi país natal. Fui a casa de mis tíos, pero mi padre los había alertado diciéndole que era un desastre y que terminaría llenando su casa de gente peligrosa y de drogas. Solo me quedaba una opción, aunque fuera esa opción la misma causa por la que nos alejamos. Cuando estuve frente a esa puerta me di cuenta de que era muy tarde para echar marcha atrás. Me intrigaba la idea de verle otra vez, ¿seguiría viviendo allí?, ¿estaría más viejo?, ¿me reconocería? Al abrirse la puerta se despejaron todas mis dudas, él hombre del que me había enamorado una vez seguía exactamente igual.

- ¿Qué haces aquí?

No respondí.

- ¿No te bastó con joderme la vida?, ahora vienes a presenciar personalmente lo hecho polvo que me dejaste.

- Esa es forma de recibirme, he hecho un viaje larguísimo para llegar hasta aquí.- dije y entre como si aquella fuera mi casa.

- ¿Tus padres saben que estas aquí?

- Mi padre a esta altura debe estar tan borracho que no le debe importar ni donde está el mismo y mi madre es una puta sumisa que no vale la pena tener en cuenta. Ya puedes estar tranquilo, esta vez te aseguro que no habrán policías.

- Nunca pensé que este día llegaría.

- Yo en cambio no dejaba de pensar en que sí.

Al ver que no reaccionaba, me lancé sobre él y lo empecé a besar. Esa noche soñé que estaba sola en un lugar muy obscuro, sentía voces a mí alrededor, pero tenía la boca cubierta y no podía gritar, entonces se acercaba alguien, y... desperté. Había soñado con lo mismo cientos de veces y todo en el sueño era tan fiel a los hechos que no podía encontrar diferencia entre sueño y recuerdo.

- Estaba pensando en el día que nos conocimos.

- No vuelvas con lo mismo, sabes que no me gusta hablar de eso.

- Es que nunca me lo has dicho, me dices que te enamoraste de mí, que jamás me habrías lastimado, pero no me dices nunca porque me hiciste aquello.

- Si no lo hubiera hecho estaríamos muertos los dos, se habrían dado cuenta, me lo ordenaron como una prueba de confianza, tú sabes que no lo dudarían, estuviste tiempo suficiente para conocerlos un poco. Siempre aparecían, recordándome los daños de lo estéril, los peligros de ser vulnerable ante la belleza de lo puro.

Comencé una nueva vida junto a él, con la esperanza del cambio pero poco a poco regresaron las justificaciones y las promesas, ya no encontraba diferencia alguna entre él y mi padre. Tiempo después desapareció sin dejar rastro y yo sentí la necesidad de eliminar todo rastro de él que pudiera vivir en mí.

La interrupción fue breve, sin muchos contratiempos, pero los médicos dijeron que no estaba en condiciones de marcharme todavía, más tarde dijeron que había adquirido una bacteria muy extraña y que debía seguir hospitalizada por un tiempo. Las pesadillas reaparecieron y esta vez parecían no detenerse, en cada nueva ocasión los eventos eras mas vívidos. Opté por el desvele como maniobra evasiva. Una noche siguiendo sus pasos, descubrí a mis compañeros de al lado en la zona restringida, en la misma habitación que una vez sorprendí a Ale, tanta casualidad me llevó a creer que lo que decían sobre aquel suceso que investigaban era cierto. Yo fui la primera en descubrir un ápice de la verdad, lo ignoré, y Ale murió. Me sentí responsable, así que utilizando lo único que me enseñó la vida, tomé el pendrive del bolsillo de Carlos y me fui a mi cuarto. Esa misma noche regresé a aquella habitación, tomé la laptop en la habitación de al lado y pude ver aquellas imágenes horribles, era una cantidad de muertes inimaginable. Regresé la laptop a su sitio y corrí despavorida a mi habitación. Creí que nadie me había escuchado, pero muy cerca de mi fin, al observar a la mariposa tan cerca de mi cuello me pude dar cuenta que no había sido así.

Ahora rememoro los primeros instantes en que llegué a este lugar, me pedían que rellenara una planilla. Estaba casi segura de que en la causa de ingreso debía poner:

Joven caucásica desea abortar, debido a que el padre de la criatura es un bandido que cuando era niña, la secuestró y violó. Y agrego además Espero que le sepan explicar a la joven que es algo muy estúpido enamorarse de alguien así.

Me sentí satisfecha con mi idea pero me limité a poner embarazo no deseado.

La Mariposa NegraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora