Noches de insomnio

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Habia pasado el findesemana y Charlie se habia convertido en el reflejo de la miseria. Despues de la noche en la que soño con Nancy, las demas, fueron un calvario.

El ruido estruendoso de un disparo en medio de la nada, los pajaros alsandoce en vuelo aturdidos por la salida de la bala; el espacio se achicaba y todo olia a polvora fresca, recien cargada.

El bosque ya no olia a bosque, olia a dolor, desason y a maldad, oscuridad extendiendose mas y mas en el interior drl joven Headen.

El pasto aplastado que dejaba la marca de dos cuerpo tendidos, una ruta sin escape hacia algun rincon del alma donde los fantasmas no recurrieran para hacerte saber que fallaste. Fallaste porque se esfumo como vapor la lluvia que una vez rego aquel jardin para hacerlo florecer.

Charlie le dio un trago al agua, corto un pedazo considerable de milanesa y se lo llevo a la boca. Miro a su alrededor, vio a Luciana tratando a algunos internos con tan amabilidad que era certero decir que habia sentido celos. Mike estaba en la otra punta, le huzo un gesto que parecia un saludo, Charlie le devolvio una pequeña sonrisa. Inspecciono un poco mas...<El viejo volvio a desaparecer.> Miro el plato de comida, nada de lo que le hanian servido le apetecis y es porque Charlie habia sido criado con costumbres de etiqueta y de comidad elaboradas por su ptopio chef. Suspiro.

Sintio que una silla se era arrastrada cerca de él. Levanto la vista. <¿Y esta que quiere ahora?> Lucrecia se sento en silencio, al parecer tampoco le era apetesible la comida porque empezo a jugar con el tenedor en medio del plato.

Charlie se quedo mirandola, blanqueo los ojos y volvio a concentrarse. Los enfermeros que andaban deambulando se pusieron a la defensiva , al igual que las enfermeras que rondaban. No era para menos ya que la vez pasada el episodio de violencia se habia desarrollado en medio del comedor.

_ Me gusta comer solo. - dijo en voz baja. Lucrecia sonrio.

_ Finge que no estoy. - contesto ella. La chica encontraba tentador molestar a Charlie y mas sabiendo que fue con la unica que habia perdido los estribos tan rapidamente. El joven Headen resoplo sin alegar mas nada.

Corrio la silla unos centimetros mas lejos de ella como si eso fuera a cambiar el hecho de que su presencia le molestaba. Al menos las miradas intrigadas habia sedado y el bullicio volvio a rondar en el comedor. Charlie se pregubtaba que podria traerse entre manos Lucrecia porque de un asesino no hay mucjas opciones que esperar y Headen era odiado por mas de la mitad del mundo.

Se concentro en terminar rapido el menú para poder retirarse a algun lugar mas alejado de aquel comedor. Algun espacio dentro dele establecimiento que le diera la paz que necesitaba. ¿Los psicopatas podian sentirla? Al menos Charlie se esmeraba por encontrarla, siempre y cuando Nancy no rondara en sus pensamientos, siempre y cuando no recordara el sonido del disparo que se quedo grabado en la memotia auditiva.

Queria recurrir a su madre pero como se plantaria a hablarle a la nada misma si nadie mas que él la veria...resoplo una vez mas pasando el trago amargo y tratando de mo degustar el proximo bocado que se metia a la boca. ¿Cuando iba a acostumbrarse a ese sabor tan desabrido?

_ Algo me dice que mo estas durmiendo bien. - comento Lucrecia sin mirarlo a la cara pero sostenia una sonrisa maliciosa con total libertad que irritaba hasta el nervio óptico de Charlie.

Headen no contesto, siguio divagando en los rostros sin vida de los que estaban internados ahí dentro. Es de esperarse que la muerte juegue con las personas pero dejarlos sin espiritu manteniendolos con el aire de sus pulmones, eso...eso era despreciable. Una asesina mas pero de rango superior, al que nunxca igualarian por la frialdad que poseia.

coleccionista de muñecas (Una Mente Psicopata))Donde viven las historias. Descúbrelo ahora