Capitulo ocho.

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—Eliot, ¿A donde nos dirigimos?—

—Pronto, llegaremos al castillo de Aurora.—Dijo caminando, cargando un par de cosas.

—Ah, interesante.. ¿Aurora es una princesa?—

—Nah, es sólo una líder de territorio, todos los líderes tienen un territorio marcado y solo los visitantes pueden pasar con un permiso especial. Nosotros.. somos como lo que te explique, somos viajeros misioneros, ¿Entiendes?—Me miró y luego aparto la vista.

—Si, más o menos, entonces... Mm.. bueno. Ya casi llegamos ¿no? ¿Es ese castillo?—Apunte con mi pulgar al gran castillo amurallado delante mío.

—Si. Ese es. Ahí está Aurora.—

Mi boca se abrió un poco con semejante belleza. Ni en los cuentos de hadas me mostraban algo así. Era una arquitectura única.

Caminamos un poco más hasta llegar justo enfrente de la gran muralla donde un hombre que evidentemente vigilaba la puerta nos esperaba.

—Buenas tardes, caballero. Soy Eliot, del distrito de la luna, ella es mi ama Sara. Somos viajeros misioneros, venimos a entregarle la piedra a su Líder, Aurora.—

El hombre barbudo nos miró con desaprobación y dijo:

—Necesito una prueba de que verdaderamente son viajeros... Sino.. no podré dejarlos pasar.—

Eliot saco la piedra brillante y se la entrego al centinela.

—Es la piedra de Aurora. Muy importante ¿no? Creo que es suficiente para dejarnos pasar.—Dijo con sonrisa de suficiencia.

El centinela no tenía palabras y luego solo nos dejó pasar.

—Que tengan una buena travesía.—

Me quedé más sorprendida de lo que estaba y mire a Eliot.

—¿Es esa piedra tan importante?—

—Claro, es la piedra de la reina.—

—Pero, ¿no deberían arrestarte por tenerla tu?—

—Nah, ellos saben muy bien que está piedra fue robada hace años por unos hechiceros pero que luego fue encontrada por la organización de las misiones y que ahora solo es un objeto que se usa para esto,—señalo el castillo.—Si ves bien, en la punta de la nariz de ese dragón se encuentra una habitación donde esta "El recipiente del tiempo".—

Eliot tomo robada una manzana de un puesto y la mordió. Yo respondí a su comentario.

—Oh.. entonces el objetivo de las misiones..—

—Si,—Dijo hablando mientras comía—En pocas palabras le hacemos los trabajos a los grandes líderes, con cosas que son importantes para ellos.—

Yo mire la estructura del dragón. Era una escultura tallada en la parte más alta del castillo. Era solo la cabeza de un dragón. Me fijé en la punta de la nariz, y en efectivo, hacía falta algo. Hacía falta la piedra.

La entrada al castillo ya fue cosa fácil. Dentro de el, nos encontramos con enanito pequeño que era un mayordomo encargado de llevarnos con la Líder.

Y fue ahí, donde la conocimos.

—¿Viajeros? Ustedes.. ¿Tienen mi piedra?— Dijo la chica, de unos veintitrés o veiticuatro años de edad. ¿como rayos era capaz de ser la líder de un territorio entero. Era grandioso.

Por su físico o apariencia podría decir que tenía un los ojos grises con una pizca de azul en cada uno. El cabello blanco, como si fuese canas tan largo que se lo recogía en dos partes y un vestido de igual color que su cabello.

A Través de los charcos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora